Más de la mitad de las personas sin trabajo en Castilla-La Mancha son parados de larga duración
Un “importante aumento” de los parados de larga duración es lo que ha detectado un estudio de UGT, en base a la Encuesta de Población Activa. Actualmente el 53,1% del total de desempleados de la región se encuentra en esta situación, tras años con una evolución “muy positiva” en cuanto a la reducción del paro de larga duración. A pesar que desde 2013 este colectivo venía descendiendo progresivamente, los números han vuelto a subir en 2021 y lo hizo tanto respecto a 2020 como a 2019.
Los parados de larga duración se refieren a los que no encuentran empleo desde hace al menos un año y se ha elevado en 2021 en 17.800 personas en Castilla-La Mancha, un incremento que en términos porcentuales se traduce en una subida del 25% respecto a 2020. Es el colectivo de mujeres, con un 30% de aumento, el más afectado por esta tendencia. La secretaria de Empleo y Política Sindical de UGT Castilla-La Mancha, Isabel Carrascosa, concretaba que en 2021 la cifra de parados de larga duración registrados en Castilla-La Mancha se ha situado en los 88.700, siendo de 70.900 en 2020 y de 78.300 en 2019.
La reducción que hubo en 2020 respecto a 2019 se explica porque el Instituto Nacional de Estadística, para contabilizar a una persona como parada, exige que ésta haya realizado una búsqueda activa de empleo, algo que muchas personas no pudieron hacer en el segundo trimestre de 2020 debido al confinamiento y a las medidas restrictivas. Por ello, lo más acertado es comparar los datos de 2021 con los de 2019. “Después de unos años en los que Castilla-La Mancha ha tenido una evolución muy positiva en este sentido -desde 2013 el número de parados de larga duración venía descendiendo progresivamente-, ahora nos encontramos con que en 2021 este grupo de desempleados vuelve a subir y lo hace tanto respecto a 2020 como a 2019 y en unos porcentajes que para nosotros resulta preocupante”, comentaba Carrascosa.
El estudio de la Unión General de Trabajadores de Castilla-La Mancha señala que el incremento de parados de larga duración se debe, “en buena medida”, al aumento de personas que llevan en situación de desempleo entre 1 y 2 años y no tanto por el aumento de aquellos que llevan apuntados como demandantes de empleo durante más de 2 años.
“Sombras en el crecimiento”
Carrascosa ha destacado que, si bien los últimos meses están siendo favorables para la creación de empleo y que comienza a haber una verdadera reactivación de la actividad económica, “existen sombras en este crecimiento”. En este sentido, UGT teme que la situación de paro se enquiste para algunas personas que no pueden volver a incorporarse al mercado laboral. “Creemos que, aunque ahora muchos titulares hablan de reactivación, recuperación o de la mejora de la tasa de paro, lo cierto es que no podemos olvidarnos de este colectivo, uno de los más vulnerables junto con los jóvenes”, añadía Uno de cada dos parados en la región son de larga duración
A día de hoy, en Castilla-La Mancha, las personas que llevan sin trabajar al menos un año representan el 53,1 por ciento del total de parados, un porcentaje que en 2020 fue del 45,3 por ciento y del 48 por ciento en 2019. “Esto quiere decir que en la región uno de cada dos parados son de larga duración. Según la experiencia de crisis pasadas, el desempleo se enquista tras una fuerte recesión, lo que afecta sobre todo a aquellos que tienen más dificultades para acceder al mercado laboral”, recalcan desde el sindicato.
Como primer paso para reducir este paro estructural y transitar hacia un modelo laboral más justo y equilibrado con los trabajadores y trabajadoras, UGT aboga por derogar la reforma laboral de 2012 y por continuar con la senda de crecimiento del Salario Mínimo Interprofesional.
Por otro lado, tal y como ha apuntado la secretaria de Empleo y Política Sindical, UGT lleva años pidiendo a nivel nacional una profunda reforma de las Políticas Activas de Empleo y es que estas se diseñan, plantean y ejecutan sin mejorar sustancialmente las oportunidades de empleo de los parados. De hecho, “pensamos que presentan grandes deficiencias con respecto a otros países, donde son mucho más eficaces”.
“Ocurre que muchas veces los desempleados no reciben las acciones básicas que les permiten volver al empleo: no reciben un verdadero diagnóstico de sus necesidades y posibilidades, no reciben un itinerario personalizado de inserción…. Igualmente hay una falta de identificación de las necesidades de los desempleados y de las demandas de trabajo de las empresas, lo que lleva a que los programas de empleo y de formación se elaboren a ciegas”. Del mismo modo, apunta, “hay que dotar a las oficinas de empleo con más recursos y más personal para resolver los problemas de las personas y asistirles de manera más eficaz”. “En algunas ocasiones hemos llegado a verdaderas situaciones de colapso, algo en lo que la pandemia ha tenido mucho que ver pero algo también que iba a ocurrir más tarde o más temprano debido a la falta de plantilla y a la escasez de recursos”, concluye Carrascosa.
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