“La mujer rural de los años 50 estuvo silenciada y siempre al servicio del hombre”
Una historia de solidaridad entre dos mujeres sometidas a una sociedad patriarcal y profundamente machista. Este es el ADN que define a ‘Melocotones de viña’ (Txertoa, 2018), la primera novela de Lola López de Lacalle, escritora vasca de ascendencia alcarreña, tierra en la que nació su abuelo materno. La obra, que alcanza ya su cuarta edición, acaba de ser presentada en la Biblioteca Pública de Guadalajara.
Ambientada en el embriagador paisaje de los viñedos de la Rioja Alavesa, donde hunde sus raíces la autora, la obra reflexiona sobre el rol social de la mujer rural en la posguerra, una época en la que los derechos de la mujer quedaron cercenados durante cuatro décadas de dictadura franquista. “Trato de retratar la sociedad rural de posguerra en la que las mujeres estaban invisibilizadas para todo aquello que no fuera trabajar, criar a los hijos o satisfacer a sus maridos y, siempre al servicio del hombre”, asevera López de Lacalle a eldiarioclm.es.
Paulina, madre de doce hijos y Pilar, viuda de Genaro, fusilado por los falangistas poco después de acabar la guerra encarnan las almas de esta historia de amistad, amor y solidaridad, pero también de miedo, prepotencia y envidia. Amigas desde la infancia, la experiencia vital de estas mujeres evoluciona en torno a un secreto, un pacto de silencio que mantienen hasta el final de sus días. Será Blanca, nieta de ambas quien desvele su gran misterio muchos años después.
Una revelación, que permitirá sacar a la luz la historia que sus abuelas ocultaron con celo y de la que todo el pueblo fue cómplice. Blanca es la mujer que “en un acto de generosidad y de protección frente a los suyos libere a las generaciones venideras de secretos familiares”, explica López.
La narración, que abarca desde finales de 1954 y principios de 1955 hasta 2000, contrasta el perfil de dos generaciones de mujeres. El devenir de Paulina y Pilar, dos mujeres rurales de posguerra, rodeadas de miseria que se rebelan contra su falta de independencia y, el de la nieta, Blanca, una joven “empoderada”, que vive un tiempo de bonanza económica en la zona de la Rioja Alavesa, en torno al apogeo del vino, principal enseña de este territorio.
Entre viñedos
El escenario vinícola en el que se desarrolla la narración evoca los recuerdos de infancia de su creadora en la localidad alavesa de Laguardia. “Cuando mi padre me habló de los melocotones de viña, comprendí que era su lugar de la novela y entonces mis vivencias de niña en el pueblo, el amor por sus gentes y la admiración que siento por su paisaje emergieron de una manera brutal”, reconoce Lola.
Precisamente, la función de protección que ejercen los melocotones sobre los viñedos enfermos para evitar que se pierda la cosecha es el origen metafórico de esta historia de compromiso y apoyo entre mujeres. “Desconozco si en esta zona se ha realizado también. Sí sé que en la Rioja, hace ya algún tiempo, se plantaban melocotonares, como se dice allí, entre las vides para preservarlas del oído, el temible hongo capaz de arruinar la cosecha. Si se detectaba la enfermedad en el árbol, aún se estaba a tiempo de poner los medios para salvarla”, subraya la autora en la reseña del libro.
En opinión de López, “es una novela de espíritu feminista, que recuerda cómo la guerra, la miseria y el abuso de poder han sometido a la mujer, una de las grandes perdedoras de la historia”. Además, afirma que “solo unidas lograremos avanzar y encontrar nuestro lugar, porque es terrible que hoy nos sigan humillando y matando por el simple hecho de ser mujeres”.
La novela, publicada por la editorial Txertoa, se presentaba en Guadalajara en un acto con los lectores conducido por Inmaculada López Martínez, periodista del diario ‘La Tribuna de Guadalajara’. “Quiero dar a conocer la novela fuera de Euskadi, porque la historia de Paulina y Pilar es la de cualquier mujer rural de posguerra y hacerlo en Guadalajara, la provincia en la que nació mi abuelo materno, es especial”, concluye la autora.
0