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Ángel, enfermero en Ciudad Real: “He tenido turnos de 14 días seguidos y da igual la edad que tengas”

Un enfermero en su puesto de trabajo

Carmen Bachiller

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Las enfermeras y enfermeros quieren poder jubilarse de forma anticipada y voluntaria. Sin edad concreta y “sin repercutir negativamente en las arcas del Estado”, explica el secretario de Acción Sindical de SATSE Castilla-La Mancha, Ángel García. Actualmente se permite a este colectivo jubilarse “a los 63 años con una minoración importante de la pensión”.

La propuesta de este sindicato, que no tiene presencia en las mesas de negociación, necesitaría el respaldo de los sindicatos de clase. Permitiría adelantar en seis años el momento de jubilación, con el 100% de la pensión, para personas con más de 37 años cotizados o adelantar cinco años con un periodo de cotización menor, según explica. Y siempre, insiste, de forma voluntaria. “Hay gente que se encuentra física y mentalmente bien y puede continuar hasta los 65 y hasta alargarlo”.

La jubilación anticipada está recogida en la Ley de Seguridad Social, comenta. “Se realizaría a través de coeficientes reductores en función del número de años trabajados, con cotizaciones superiores durante los años en activo”.

Ángel García recuerda que “no somos los primeros en pedirlo. Ya hay otros colectivos que pueden jubilarse de forma anticipada: mineros, ferroviarios, bomberos, trabajadores del mar o policías locales, entre otros”.

¿Y por qué jubilarse de manera anticipada?, le preguntamos. “Somos uno de los colectivos sanitarios más trabajados, con diferencia”. Lo explica. “Las enfermeras tenemos una vida laboral complicada con riesgos de penosidad, de peligrosidad y psicosociales”, asegura.

Ocurre desde el inicio de su actividad profesional que en ocasiones se prolongará durante más de 40 años. “Van socavando la salud física y mental desde los 22 años y la COVID ha sido la puntilla”. A eso se suma que entre el 70 y el 80% de la profesión trabajan a turnos de mañana, tarde o noche en turnos de 12 o de 24 horas. “A veces tenemos guardias seguidas. Y no es lo mismo hacerlas con 25 años que con 65. Es de justicia”.

Ángel García lleva cerca de 30 años como enfermero. Ha trabajado en Albacete, en Atención Especializada en Medicina Interna y Geriatría, aunque casi toda su vida laboral la ha desarrollado en una residencia de mayores en Ciudad Real. Actualmente su plaza está en la Atención Primaria, aparcada temporalmente como liberado sindical.

“¿Mi experiencia? Trabajo a turnos, de forma irregular, incluidas noches y fines de semana. Conciliación cero. Nada de viajes en Semana Santa o Navidad, fines de semana complicados porque has de cambiarlos constantemente con los compañeros. El mundo gira de forma distinta al nuestro. Y muy poco descanso que, además, nos levantan constantemente porque no hay gente”.

Este último aspecto, dice, “es un mal endémico porque somos pocos para los que se necesitan. En Castilla-La Mancha hay turnos de hospital con 18 pacientes. Falta gente y aunque te toque librar tienes que ir a trabajar. Yo he tenido turnos de 14 días seguidos y da igual la edad que tengas”.

Por eso cree que la jubilación anticipada “mejoraría el sistema con la entrada de gente más joven: más rotaciones, y menos bajas por edad”, incide este enfermero. Además, hay que recordar que en este colectivo la temporalidad llega al 25% en Castilla-La Mancha, según los datos del Servicio de Salud (SESCAM).

Hasta la fecha más de 20.000 enfermeras y enfermeros de todo el Estado - hay más de 300.000 colegiados en España y más de 12.000 en Castilla-La Mancha - se han dirigido por escrito al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, para reclamar la jubilación anticipada.

Lo han hecho a través del envío masivo de escritos individuales desde las diferentes comunidades autónomas donde ponen de manifiesto su realidad laboral: alto nivel de responsabilidad, sobrecarga y tensión por las insuficientes plantillas, desgaste físico, psíquico o emocional además de riesgos biológicos, físicos, químicos o ergonómicos, asociados a su puesto de trabajo. “No hay forma de llevar una dieta equilibrada, tenemos el sueño alterado…”, abunda Ángel García.

“En esta cuestión no hay fisuras en el colectivo enfermero”, remarca el responsable de Acción Sindical de SATSE. La (mala) situación laboral de estos profesionales la reconocía también el presidente del Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla-La Mancha, Roberto Martín, en una entrevista el pasado mes de enero en elDiarioclm.es.

“Si no hay respuesta seguiremos insistiendo para convencer a la Administración pública. Es adecuado, no será una carga para el sistema de pensiones y favorecerá a las enfermeras en activo, a las que llegarán y a todo el ámbito sanitario en general”, insiste. Si no logran el objetivo, “tomaremos todas las medidas posibles como sindicato”.

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