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Carmen Vázquez, geógrafa: “Se ningunea el conocimiento de quienes viven en territorios afectados por incendios”

Incendio forestal en Romancos (Guadalajara) en 2025

Inma Sánchez Morate

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Estrenamos el otoño en España sin que se desvanezca la sensación de desolación que nos han dejado los grandes incendios forestales declarados en solo dos semanas del mes de agosto. Nos han mostrado un escenario excepcional en el que resultaban insuficientes los servicios de emergencia y de gran riesgo para quienes han participado en su difícil extinción. Un escenario que supone un reto mayúsculo para la gobernanza y para la gestión forestal.

“Gestionar el problema forestal solo con medios de la administración es inviable por la cantidad de medios que deberíamos tener con su correspondiente coste. Necesitamos que la población se implique y colabore en la gestión”, afirma la profesora titular de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Carmen Vázquez Varela, convencida de que no vamos a encontrar soluciones a corto plazo, pero también de que hay que trabajar con otras ventanas temporales

Procedente de la Universidad Autónoma, llegó a Castilla-La Mancha hace 25 años y actualmente dirige en la institución académica el Grupo de Investigación en Ciencias Sociales y Gestión Integrada del Fuego, un grupo muy joven creado en mayo 2022. “Somos un grupo pequeño con cuatro personas del departamento de Geografía, pero nuestra vinculación con la gestión sostenible de espacios forestales y del medio rural viene de antes”.

La perspectiva que introducen explora la transformación territorial que afecta al mundo rural, la despoblación y el abandono de los usos tradicionales. Ahora el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades les abre otra puerta para investigar la adaptación y la resiliencia frente a los incendios y les ha concedido un proyecto que se desarrollará hasta 2027. “Vamos a trabajar con los catedráticos Daniel Moya y Jorge Antonio de las Eras el concepto de vulnerabilidad territorial”, un campo que requiere aún un importante esfuerzo científico.

“Analizaremos casos en Castilla-La Mancha con metodología cualitativa sobre todo entrevistas y cuestionarios masivos, porque nuestra aportación siempre es la de las ciencias sociales, cómo interactúan la parte humana y la parte física y en lo que más hemos trabajado es en el uso tradicional del fuego y las causas que están detrás del origen de los incendios. Sus compañeros y miembros del Grupo son Jose María Martínez Navarro, José Antonio Montero Álvarez y Ariadna Gómez-Escobar Camino.

Usos del fuego beneficiosos que ya no se transmiten entre generaciones

El debate sobre el origen de estos megaincendios se ha desbordado este verano en redes sociales y medios de comunicación apuntando a los pirómanos unas veces y otras a un supuesta “excesiva protección ambiental” que habría dejado abandonada la vegetación de los montes. Según el Ministerio para la Transición Ecológica, la inmensa mayoría (95%) de los incendios en España tienen una causa humana, directa o indirecta, pero solo un pequeño porcentaje se debe a la figura del pirómano incendiario.

Y sobre la causa humana de los incendios, Carmen Vázquez cree que resulta muy complejo responder qué es necesario y urgente para incidir sobre ella. La investigadora subraya la gran controversia existente al respecto de qué hacer o no hacer. “Personalmente y con nuestra experiencia hay que intentar dar respuestas a largo plazo con una visión transversal. Una política exclusivamente sectorial que tenga que ver con apagar incendios es necesaria, pero no es la solución. Tenemos que amplificar las voces rurales de quienes además son al final los más afectados, escuchar sus problemas y necesidades y recuperar el conocimiento de los usos tradicionales del fuego”.

Una política exclusivamente sectorial que tenga que ver con apagar incendios es necesaria, pero no es la solución. Tenemos que amplificar las voces rurales de quienes son al final los más afectados y recuperar el conocimiento de los usos tradicionales del fuego

Para esta geógrafa es necesario un aprendizaje mutuo “y me refiero a los usos tradicionales del fuego a los que no se ha prestado suficiente atención. Se ha ignorado y ninguneado ese saber y por eso ha ido difuminándose o desapareciendo”.

“Esto, unido a todas las políticas de prohibición de uso del fuego, ha hecho que no se haya trasladado a las generaciones actuales Se ha dejado de utilizar, se han prohibido en muchos casos usos del fuego que eran buenos, quemas de carácter agrícola que favorecían que hubiese menos combustible forestal. Hay mucho más. No se usa la leña, hay menos ganadería, menos usos extensivos. Así hemos llegado hasta aquí. Hemos cambiado de estilos de vida”.

Se han prohibido en muchos casos usos del fuego que eran buenos, quemas de carácter agrícola que favorecían que hubiese menos combustible forestal. Hay mucho más. No se usa la leña, hay menos ganadería, menos usos extensivos

Hasta el día 2 de septiembre habían ardido casi un millón de hectáreas en la Unión Europea, cuatro veces el promedio histórico de los últimos 19 años. La magnitud del desastre es colosal.

“Las condiciones del clima que tenemos hoy favorecen la propagación de los incendios y con el mismo número de igniciones vamos a tener más eventos extremos y eso es un problema gravísimo”. La experta insiste en revisar el enfoque: “No basta con invertir en extinción, hay que potenciar la prevención activa y la gestión del territorio”, con la que se muestra crítica, señalando la insuficiencia de medios y de inversión, y “porque la gestión privada es muy complicada cuando la rentabilidad es muy baja”.

Hemos penetrado en espacios forestales en busca de paisajes más atractivos y el abandono ha hecho que esas superficies hayan llegado a la puerta de nuestras casas y hay que trabajar en esa sostenibilidad territorial, comenta durante la conversación.

Incendio forestal en Peñalba de la Sierra, en el norte de la provincia de Guadalajara, en una imagen del 25 de septiembre de 2025

Pese a la dimensión del desafío, Carmen Vázquez no se muestra pesimista y dice que “la realidad es la que es, pero obviamente hay que hacer cosas y tenemos la capacidad de hacerlas. Primero por la vía del ensayo para después ver cómo pueden aplicarse los modelos más exitosos, analizar lo que funciona y también los fracasos porque todo nos va a ayudar a aprender”.

“Hay mucha gente trabajando en este tipo de propuestas en toda Europa porque a medio plazo esta situación se va a ir extendiendo a Europa central y señala entre los proyectos en marcha hoy, el denominado Proyecto Mosaico desarrollado en la Sierra de Gata y las Hurdes tras los incendios de 2014 y cuyo objetivo es diseñar una estrategia participativa de prevención de incendios basada en actividades agrícolas, ganaderas y forestales que gradualmente recuperen un paisaje diverso, habitado y con menor riesgo de incendio, un paisaje en mosaico. ”Se quejan de la burocracia para sacarlo adelante porque no se puede avanzar todo lo rápido que quisieran, pero entendemos que no hay otra solución“.

La imagen estereotipada del mundo rural

¿Soluciones? “No llegaremos a una solución abordando solo una parte del problema y es muy importante la sostenibilidad territorial”, afirma. El territorio ha cambiado porque ha cambiado nuestro modo de vida y con él las condiciones de la población rural. Ya no es la foto fija de mediados del siglo XX. Mucha gente se mueve a diario entre los mundos rural y urbano para prestar servicios. La agricultura y la ganadería se gestionan por personas que ya no viven en el pueblo, viven en la ciudad“.

“Para hacer el mundo rural atractivo y que ofrezca posibilidades hay que hacer que lo que produce tenga valor para los consumidores finales y buscar otras escalas y redes para que la gente se organice en el territorio”. En este punto, Carmen Vázquez cita Los Rebaños de Fuego, otro proyecto, esta vez catalán, que promueve el consumo de rebaños que gestionan los bosques y que se propone favorecer un cambio de percepción de la sociedad para que esta comprenda que una determinada gestión del territorio permitirá evitar los grandes incendios que más daños ocasionan, y que con acciones tan simples como consumir productos de rebaños próximos ya se está contribuyendo a mantener los paisajes adaptados al fuego.

Reconoce que los agentes forestales y los ingenieros de la Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible de Cuenca “con los que trabajamos”, hacen todo lo que pueden, pero “todo el mundo está desbordado”. Los eventos extremos van a estar ahí, afirma convencida Vázquez, “saltaremos de una DANA a olas de frío como lo fue Filomena, de olas de calor a sequías cíclicas”.

Su mensaje es claro tras haber investigado en varios proyectos con financiación regional y nacional. Se muestra partidaria de preparar los ecosistemas para el nuevo contexto y “hay que hacerlo junto a la población”.

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