Los montadores en huelga demandan a la Fira por contratar a otra empresa para construir los escenarios del Sónar

El conflicto laboral de los montadores de escenarios de la Fira de Barcelona se agudiza y llega al juzgado. Los llamados 'riggers', en huelga desde el pasado jueves, han demandado a la Fira por contratar a otras empresas para construir los escenarios del Sónar, el festival de música electrónica más importante de Europa que está previsto celebrarse en el recinto ferial de L'Hospitalet a partir de este jueves.

Según han informado fuentes judiciales, el titular del juzgado de lo social 27 de Barcelona, Santiago Vidal, ha celebrado este lunes durante tres horas una vista para decidir las medidas cautelares solicitadas por los huelguistas. En síntesis, los 'riggers' han pedido que el juez que impida a la Fira contratar a otras empresas para montar los escenarios del Sónar, al entender que la contratación de otras empresas vulnera su derecho a la huelga.

Por contra, la Fira –un consorcio formado por el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y la Cambra de Comerç, pero gestionado de forma autónoma– argumentó la semana pasada que la contratación de otras empresas era una posibilidad que ya contemplaba el contrato con el proveedor actual cuyos trabajadores están en huelga. La medida respondía, añadió la Fira, a “asegurar el montaje” del Sónar.

El festival Sónar, que en la edición del año pasado reunió a 126.000 personas, se celebra a partir de este jueves y se ha visto afectado de pleno por el conflicto entre los 'riggers' y la Fira. El conflicto entre trabajadores y ente ferial se explica por la licitación de un nuevo contrato para montar escenarios y ferias a partir del próximo octubre, que según los 'riggers' barceloneses –los únicos de España que están sindicados– no garantiza la continuidad de los empleados y pone en peligro las mejoras laborales conseguidas los últimos años.

Está previsto que el juez resuelva antes del jueves sobre las medidas cautelares solicitadas por los trabajadores, en lo que supone el primer caso mediático que conoce el magistrado Vidal después de su vuelta a los juzgados tras su suspensión por escribir un proyecto de Constitución catalana.