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Una cena con el rey desata la primera bronca en el Govern de Aragonès

Pere Aragonès, acompañado por la consellera de la Presidencia, Laura Vilagrá, y por el vicepresidente Jordi Puigneró, a su llegada a la reunión del Govern.

Arturo Puente

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Lo que inicialmente debía ser un cambio de política en el Govern en relación con los eventos en los que participa el rey ha acabado convirtiéndose en un problema interno y en el primer choque entre los socios del nuevo Ejecutivo. La súbita retirada del atril que debía ocupar el vicepresident Jordi Puigneró en la rueda de prensa posterior a la reunión de los consellers de este martes anticipaba que las cosas no iban bien pero, pese a eso, la portavoz Patricia Plaja confirmó que sería el número dos quien acudiría, por delegación del president, a la cena del Cercle d'Economia que preside Felipe VI este miércoles. Dos horas después, la vicepresidencia anunciaba un cambio de planes: Puigneró no cenaría con el monarca. “Ha propuesto a Presidència que, si es oportuno, deleguen en otros miembros del Govern”, afirmaban desde su equipo.

Pere Aragonès quería aprovechar las jornadas empresariales que celebra el Cercle d'Economia esta semana en Barcelona para representar el acercamiento del Govern al mundo económico y, de paso, que la presencia de Felipe VI no sería un obstáculo para la Generalitat participase en foros de este tipo. “El Govern no condicionará su agenda por lo que haga el rey”, argumentó la portavoz tras el Consell Executiu. El propio Aragonès abría las jornadas, como es habitual que hagan los presidentes de la Generalitat, y después estaba previsto que se reuniese con algunas personalidades participantes en el evento, como el presidente de Corea del Sur y empresarios de aquel país, muy conectados con el Mobile World Congress.

Pero Aragonès, tras meditarlo, había preferido no acudir a la cena inaugural que se celebra en presencia del rey Felipe VI. Así lo comunicó el lunes por la noche, delegando su presencia en otro miembro de su Gabinete, pues la voluntad del líder de ERC es que algún miembro del Ejecutivo estuviese en un encuentro que da cita a importantes representantes del mundo empresarial y político, no solo español sino con cierta presencia internacional. Aunque en un primer momento se había especulado con la opción de que el representante catalán fuese el conseller de Economía, Jaume Giró, quien participa además en una de las mesas, el lunes por la noche el equipo del vicepresident Puigneró confirmó su asistencia a la cena.

Aragonès además se había guardado otra carta en la manga para redondear la semana: el viernes tiene previsto acudir a Bruselas para verse con Carles Puigdemont. Ese es el día que Pedro Sánchez acude a Barcelona para participar en la ceremonia de clausura de las jornadas, lo que permitía al dirigente republicano enviar el mensaje de que priorizaba a Puigdemont antes que al presidente del Gobierno. Sin embargo, la visita a Waterloo, anunciada durante la rueda de prensa del Govern, ha pillado por sorpresa al entorno del expresident. Aunque desde la presidencia afirman que estaba comunicada, en Junts se extendía la idea de que eran convidados de piedra en un calendario diseñado según los intereses de Aragonès.

“Aquello parecía la cena de los idiotas”, indican en el entorno de la formación, en referencia a la obra de teatro de Francis Veber en el que un grupo de personas invitan a alguien a cenar para reírse de él. La sensación en Junts era que se les arrastraba a una cena para enviar un mensaje político mientras se preservaba a Aragonès. Desde el Palau de la Generalitat niegan esta intención y recuerdan que también podían acudir consellers de ERC, como Laura Vilagrà, consellera de la Presidència o Roger Torrent, titular de Empresa, como finalmente sucederá puesto que la escogida para estar en la cena con el Rey será Vilagrà.

La vicepresidencia de Puigneró comenzó a tocar teclas prácticamente durante la rueda de prensa de la portavoz, Patricia Plaja. Primero, mediante un mensaje a la prensa en el que, si bien confirmaba que el número dos del Govern acudiría a la cena con el rey, negaba que hubiera ningún cambio de política respecto a la doctrina de Quim Torra. “El Govern no asiste a actos organizados por la Casa Real ni invita la Casa Real a actos organizados por el Govern. Ahora bien, el Govern no dejará de asistir ni representar la Generalitat en actos en Catalunya de terceros donde asista el monarca español”, indicaban.

Un segundo mensaje directamente anunciaba que Puigneró no acudiría al acto. “El vicepresident no irá a cenar con el monarca español”, revelaban desde el departamento. “Ha propuesto a Presidència que, si es oportuno, delegue en otros miembros del Govern. El vicepresident asistirá a la Noche de las Telecomunicaciones y la Informática, como tenía previsto y comprometido”, añadían. Fuentes del equipo de Puigneró quitaban este martes por la tarde hierro a la decisión y afirmaban que, ante una coincidencia de dos actos solapados, había elegido asistir al relacionado con las telecomunicaciones, con el que ya se había comprometido y perteneciente a su ámbito de gestión.

Más allá del choque coyuntural, el enredo generado este martes ha revivido en ambos partidos el fantasma de la guerra de codazos que mantuvieron durante toda la legislatura pasada, y que tanto ERC como Junts se habían comprometido a superar. Un primer episodio que ha dejado con el pie cambiado a la nueva portavoz del Govern, una figura independiente y fichada con el objetivo de pacificar la comunicación, y a la que sin embargo han desmentido prácticamente en directo mientras trasladaba un mensaje que consideraba de consenso entre los socios. Una batalla inaugural que recuerda que el equilibrio interno es por fuerza precario en una coalición de dos partidos con posturas divergentes en casi todo.

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