La actriz Lucila Teste (Buenos Aires, 1976) es hija de desaparecidos y activista de derechos humanos y lleva 13 años en España. Actualmente también es la presidenta de la Associació Crear per la Identitat i la Memòria (ACIM) que durante los días 2, 3 y 4 de diciembre ofrece la III Mostra de Curmetratges per la Identitat de Catalunya en la Casa América de Barcelona. Un ciclo en el que el secuestro y la apropiación de identidades toman todo el protagonismo y vigencia.
¿Cómo surge la muestra de cortometrajes que presentáis en Barcelona?
La muestra la montamos desde la Associació Crear per la Identitat i la Memòria, que nace de la experiencia de Teatro por la Identidad en Catalunya organizado por la Plataforma Argentina Contra la Impunidad. Parte de la gente que trabajábamos en el ciclo decidimos crear esta asociación para encargarnos específicamente de temas culturales relacionados con la identidad y con la búsqueda de niños secuestrados o apropiados. Nuestra asociación mantiene estrecha relación con las Abuelas de Plaza de Mayo, que es desde donde surge en primer término.
¿Cuál es el sentido de que se realice desde aquí, en Cataluña?
Con la experiencia de Teatro por la Identidad nos dimos cuenta de que el tema de la apropiación de menores no es una cuestión solamente argentina, sino que aquí hay una olla tapada de la cual no se hablaba y de la que ahora se empieza a hablar poco a poco. Tiene que ver con la apropiación de los niños durante el Franquismo: durante la Guerra Civil, la Postguerra y la Dictadura. Hubo una intención clara de educar a los hijos de republicanas colocándolos en auspicios o dándolos a otras familias en adopción –lo han explicado muy bien los periodistas Ricard Viñas y Montserrat Armengol–. Con lo cual, lo que pasó en Argentina ya había pasado aquí, de ahí nace la intención de encargarnos del tema a nivel catalán e internacional, ya que ocurre en diferentes partes del mundo.
Entonces la Mostra cobra un sentido de absoluta vigencia histórica…
Es fundamental y necesaria para revisar la historia y para hacer justicia. En España se calcula que hay 30.000 niños apropiados, que son tantos como todos los desaparecidos en Argentina, donde se calcula que hay 500. Además, se cree que en España puede haber hijos apropiados argentinos que hayan llegado cuando se abrió la democracia o bien durante la oleada de inmigración con la última crisis económica en Argentina.
En relación al tema, ¿habría grandes diferencias entre Argentina y España?
Los dos procesos son genocidios tipificados igualmente, cuya diferencia es que en Argentina fueron pocos años de dictadura comparados con España y cuando volvió la democracia había mucha gente que recordaba lo anterior, que todavía tenía ese espíritu de lucha. Aquí en España, 40 años de Dictadura, han sido dos generaciones criadas en el silencio. Y realmente se ha logrado ese objetivo… Además, con una Transición que ha sido lo que ha sido: “nos hacemos todos amigos y ya está”. El régimen franquista logró silenciar a la población, creó una población sumisa que acepta las reglas tal y como son. Es algo que ha calado muy hondo y son ahora los nietos los que empiezan a plantearse que ha pasado.
Parece una sombra alargada…
Además, lo que ha quedado del Franquismo lo estamos viviendo ahora, las instituciones. Cómo se han repartido los poderes, la clase política, un Rey que está ahí y fue puesto por el régimen… Somos la herencia del Franquismo. No se ha hecho una recuperación de la memoria y una recuperación de las víctimas. A través de la Transición se ha demostrado que no ha habido una voluntad real de resarcir a las víctimas. Siempre se habla de qué pasa con el otro bando. No, el lado vencedor, el del bloque nacional, ha resarcido durante 40 años a todos sus muertos mientras que los vencidos no han podido hacerlo. Primero por la Dictadura y luego por una transición que no lo ha hecho con una Ley de Memoria Histórica de pacotilla durante la época socialista.
¿Se puede hacer algo desde las instituciones existentes?
¿Qué ha pasado con Garzón? El poder que realmente gobierna en España es la herencia del Franquismo, no la clase política, que al final son unas marionetas. Si esto no se cambia desde la base no hay nada que hacer. La única manera de cambiarlo es a través de los organismos de Derechos Humanos y a través de una sociedad que exija ese cambio.
Volviendo a vuestra asociación, partís de la divulgación. ¿Hay objetivos pensados para más adelante?
Nuestro principal objetivo es colocar el tema en la sociedad. A través de la cultura sembrar el debate y poder restablecer la identidad de mucha gente que no sabe que tiene su identidad secuestrada. Tomamos el ejemplo de Abuelas, que surge desde la sensibilización de la sociedad: si lo incorporas ahí, consigues que mucha gente se plantee quién es y sus orígenes, siembras la duda. Es un primer paso para recuperar a personas que han sido apropiadas. Asimismo, también damos un espacio para hablar, para que estén los protagonistas de estos sucesos y puedan expresarse ante un tema tan fuerte y muchas veces silenciado. Les damos un espacio y un lugar.
A nivel institucional y de financiación, ¿existe sensibilidad respecto al Teatro por la Identidad o la Mostra de Curtmetratges?
Para La Mostra desde el principio tenemos concretamente el apoyo de Casa América Catalunya, que nos ayuda desde la primera edición. Y desde el año pasado también nos ayuda el Memorial Democrático de la Generalitat de Catalunya. Por otro lado, en realidad es muy difícil tener subvenciones públicas. Dinero material público aún no hemos conseguido, es algo que ha de ir evolucionando solo y llegará a medida que La Mostra vaya creciendo y se profesionalice.
¿Cómo es el público que asiste a los espectáculos y las muestras de este tipo?
Gente relacionada en general con Derechos Humanos y bastantes Argentinos, ya que en Barcelona hay una gran comunidad y son gente que desde su país de origen ya traen incorporada esta sensibilidad. Además, a través de un buen material intentamos que también llegue a cualquier persona que venga a ver la muestra porque tiene productos de calidad cultural e interesantes.
¿Qué se encontrará la gente que asista a la Muestra de este año?
Cortometrajes de diferentes lugares del mundo y que abordan el tema de la identidad desde diferentes perspectivas. No es sólo la apropiación de menores, para nosotros, por ejemplo, también se plantea cuando un niño vive en la calle y no puede vivir su niñez como debería. Creemos que el tema de la identidad está relacionado con muchos aspectos, desde el plano político, social, cultural e incluso a nivel de género como la identidad sexual. Abarcamos muchos puntos de vista y además lo complementamos con conferencias y debates.
Tres años de Mostra, recorrido, balance?
Ha tenido un recorrido natural y orgánico en el que ha ido año a año creciendo. Tenemos expectativas y esperamos que tenga una buena recepción por parte del público. Para nosotros lo más importante es que venga gente a verla, que se difunda, que se hable del tema y que se haga visible y mínimamente conocido.
¿La asociación ofrece servicios para gente que pueda sospechar que su identidad ha sido secuestrada?
A nivel argentino, sí. Estamos íntimamente relacionados con las Abuelas de Plaza de Mayo y con la Red Argentina Europea por el Derecho a la Identidad con sede en Madrid. A nivel español es más complicado por cómo se mueve aquí la temática, nadie se pone muy bien de acuerdo sobre las diferentes asociaciones y hacia dónde van.