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La Generalitat da marcha atrás y no hará cambios inminentes en los mandos de los Mossos

Quim Torra

Neus Tomàs / Pau Rodríguez / Oriol Solé Altimira

Los cambios en los Mossos d'Esquadra que exigió Quim Torra este viernes tras las cargas en Girona y Terrassa no serán inminentes. Así se desprende de las reuniones que ha mantenido este domingo y este lunes el conseller de Interior, Miquel Buch, con el president y los mandos de la policía catalana tras la crisis abierta por ambos políticos al cuestionar el operativo policial del pasado 6 de diciembre, que ha ahondado más si cabe la brecha entre las bases y los mandos del cuerpo y la cúpula política de la conselleria.

Fuentes conocedoras de ambas reuniones han informado que Buch ha remarcado que los eventuales cambios serán en todo caso fruto de una “decisión interna” del cuerpo –en otras palabras, no por una exigencia de Torra– y que responderán “a necesidades estructurales y a criterios profesionales y objetivos”.

Con los cambios en los mandos de los antidisturbios en el congelador, la conselleria y el propio Torra intentan aplacar el enfado que ha generado en el cuerpo su reacción a las cargas policiales del 6 de diciembre. En este sentido, en ambas reuniones y tras analizar con más detalle los vídeos de las cargas, Buch ha defendido los dispositivos en Terrassa y Girona como “globalmente correctos”, rectificando así sus propias declaraciones del viernes en las que situó fuera de las prácticas de una “policía democrática” algunas cargas del 6 de diciembre.

Buch se ha reunido este lunes en la sede central de los Mossos, en el complejo Egara de Sabadell (Barcelona), con los comisarios de la policía catalana para exponer la reunión que tuvo este domingo con Torra, en la que ambos acordaron aumentar el servicio de mediación policial para evitar cargas como las que sucedieron en Girona o Terrasa, tal y como ha adelantado eldiario.es.

En este encuentro con la cúpula policial, Buch también ha hecho “autocrítica” por lo que fuentes de su entorno han tildado de “informaciones publicadas este fin de semana que hayan podido generar confusión o malestar en el cuerpo”. El conseller también ha reafirmado ante los mandos que su prioridad es defender al cuerpo y mantenerlo fuera del debate partidista y el foco mediático, han explicado las mismas fuentes.

Con todo, Buch ha reiterado ante los mandos que, como en todos los operativos, se realice una “revaluación de los hechos” y se tomen las medidas necesarias si se detectan actuaciones que no se ajusten a la praxis policial. En la reunión del domingo de Torra y Buch, cuyas circunstancias desde el Ejecutivo se manejaron con mucho más secretismo, también asistieron el secretario general de Interior, Brauli Duart, y el director general de la Policía, Andreu Martínez. Al término de las dos horas y medio de encuentro solo se confirmó que habían analizado los operativos en cuestión, pero sin replantear protocolos de actuación, tal como habían apuntado ambas partes.

Aislar a los violentos

Los dirigentes políticos y policiales dejaron claro el domingo que en ningún caso se prohibirán concentraciones de grupos de extrema derecha, tal y como reclama la CUP. “Se garantizará en todo momento el derecho de manifestación de cualquier opción democrática, como no puede ser de otra forma. Ahora bien, hacemos un llamamiento a no caer en las provocaciones de la extrema derecha y evitar la confrontación, porque es exactamente el escenario que buscan para deslegitimar al independentismo”, han apuntado fuentes conocedoras de la reunión.

Y en un claro mensaje a colectivos como los CDR, que organizaron protestas contrarias a actos de Vox hasta el punto de romper el cordón policial que separaba a unos de otros en Girona, desde el Govern insisten en que “los alborotadores encapuchados no representan al independentismo”. “Hay que aislar siempre a los violentos, sean del signo político que sean”, concluyen. Este lunes Buch ha remarcado ante los mandos la necesidad de que la sociedad catalana “trabaje para aislar las minorías violentas”.

Las unidades de mediación de los Mossos d'Esquadra se crearon en 2012, en un contexto de protestas sociales por la crisis, huelgas generales y manifestaciones que terminaban con disturbios, y están pensadas para evitar el uso de la fuerza y negociar con los responsables de las marchas. Buch, en su encuentro con los mandos, les ha pedido potenciar estas unidades “en todos los conflictos” así como “reforzar las estrategias de comunicación para contrarrestar la difusión de noticias falsas en las redes”.

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