Las multas a bicicletas y patinetes eléctricos en Barcelona se disparan casi un 50% en un año
Las multas a bicicletas y patinetes eléctricos se han disparado este 2025 en Barcelona. Con la entrada en vigor el pasado febrero de la nueva ordenanza de circulación en la capital catalana, que incluía nuevas restricciones y obligaciones sobre todo para los vehículos de movilidad personal (VMP), las sanciones que imponen los agentes de la Guardia Urbana a los usuarios de ambos vehículos han experimentado un salto muy significativo.
Con los datos hasta octubre de 2025, y en comparación con el mismo período de 2024, las multas a bicicletas han aumentado un 46%, de 11.868 a 17.353. Un incremento parecido al que han sufrido los vehículos de movilidad personal, que desde hace años superan ya en sanciones a las bicis a pesar de tener menos peso dentro de la movilidad urbana. De 13.225 multas en esos diez meses de 2024 han pasado a 18.154, un 47% más en un solo año.
Los datos remitidos por el Ayuntamiento incluyen bicicletas a pedales y eléctricas, así como las del servicio de Bicing y las de carga. En el caso de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), contempla los patinetes eléctricos particulares y de alquiler, además de los segways, hoverboards o monociclos.
Una de las razones que explica este alud de multas en el año que ahora finaliza tiene que ver con la nueva ordenanza de circulación, que entró en vigor el 1 de febrero, y concretamente con una intensificación de la actividad policial que acompañó a la campaña informativa del Ayuntamiento. Ese febrero se batieron récords sancionadores, con 3.641 y 2.543 amonestaciones económicas a patinetes y bicicletas, respectivamente, lo que supone un 17% del total de las registradas entre enero y octubre de 2025.
El efecto de la nueva ordenanza es evidente en los vehículos de movilidad personal. Unas 9.982 multas, lo que supone dos de cada tres aproximadamente, fueron por no llevar casco. Una obligación que no tienen las bicis y que se puso en marcha en la capital catalana con la nueva regulación. A mucha distancia de este motivo, con 2.000 sanciones o menos, están no respetar los semáforos, circular con auriculares, circular por la acera o transportar más personas de las autorizadas.
En cuanto a las bicicletas, las sanciones más repetidas son saltarse semáforos (3.859), circular con auriculares (3.433) o usar el móvil (1.457).
Además de la obligatoriedad del casco para patinetes, la nueva ordenanza introdujo otras novedades, amén de subir los importes de las multas a hasta 500 euros. Por ejemplo, limitó su velocidad a 25 km/h, fijó como obligatorio disponer de luces delanteras y posteriores y también que lo usen más de una persona. Restringió casi por completo el uso de bicis y patinetes en aceras –salvo excepciones con menores–, y añadió el mandato de bajar del vehículo en calles peatonales con aglomeraciones.
“La verdad es que el dato no sorprende, porque se han reforzado los controles”, reconoce Pol Solà, presidente de la Asociación de Usuarios para la Movilidad Personal (AUMP). Desde la entidad se muestran favorables a la nueva regulación, aunque lamentan que llega tarde, casi diez años después de que comenzaran a proliferar los patinetes, lo que hace más difícil de corregir los problemas que han ido surgiendo en su incorporación a la movilidad urbana.
El peso que ocupan los vehículos de movilidad personal en los datos de sanciones, donde superan a las de las bicis, contrastan con el que tienen realmente en la calle. O, más concretamente, en los carriles bici por los que también deben circular. Según un estudio del Bicicleta Club de Catalunya (BACC), realizado en cinco calles distintas de la ciudad, la cuota del patinete eléctrico sigue siendo inferior. Supone el 22% de los trayectos. El resto son bicis: la convencional (33%), el Bicing mecánico o eléctrico (29,8%) y la bici plegable (13,4%).
Adrià Arenas, del BACC, es prudente a la hora de valorar sanciones. “Incívicos los hay en todos lados, si te saltas un semáforo poco hay que añadir”, afirma. Pero pide también que esa fiscalización de la movilidad por el carril bici se traslade a otros métodos de transporte. “La gran cantidad de conductores que se los saltan en coche o moto, que hacen pirulas, que asumen que el carril bici es de adelantamiento, o que estacionan en él, ¿para eso también hay campañas?”, se pregunta.
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