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El presidente del TSJC aspira a una plaza en la sala penal del Supremo

Jesús María Barrientos, en una imagen de archivo en el Parlament

Oriol Solé Altimira

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), Jesús María Barrientos, concursará para optar a una de las tres plazas vacantes de la sala penal del Tribunal Supremo, han informado este martes fuentes judiciales. Esta sala será la encargada de juzgar la causa por el proceso independentista que actualmente instruye el magistrado Pablo Llarena.

Barrientos, de la asociación moderada Francisco de Vitoria, es de momento el único magistrado de Catalunya que ha optado a esas vacantes en el Supremo, cuyo plazo de presentación de candidaturas finaliza este martes. También se han presentado candidatos de Madrid, Extremadura, Andalucía y Canarias. Las plazas corresponden al turno de especialista en el orden penal, una formación que en España tienen solo 33 magistrados. De estos, hasta este martes 28 de los han presentado su candidatura para acceder a la sala penal del Supremo.

Los magistrados de la sala penal del Supremo, que a día de hoy tiene sólo doce miembros, serán los encargados de juzgar la causa por rebelión. Llarena, al haber sido instructor, no podrá formar parte del tribunal, ni tampoco los tres magistrados que han resuelto los recursos de apelación, Miguel Colmenero, Francisco Monterde, Vicente Magro y Alberto Jorge Barreiro.

Esto dejaría un tribunal de sólo siete magistrados, igual que el que juzgó a Francesc Homs por el 9-N. De ahí que hay posibilidades de que uno de los nuevos tres magistrados que entren en la sala penal del Supremo forme parte del tribunal que juzgará a los líderes independentistas.

No obstante, aunque fuese elegido para ser miembro de la sala penal, Barrientos difícilmente juzgará el 'procés'. Al haber conocido varias causas relacionadas con el proceso soberanista en el TSJC, como por ejemplo las primeras querellas contra Carme Forcadell que ahora forman parte de la causa del Supremo, fuentes de las defensas de los exconsellers ya han advertido de que lo recusarán si llega a formar parte del tribunal o a resolver recursos.

El Consejo del Poder Judicial (CGPJ) convocó el pasado 3 de mayo tres plazas de magistrado en la sala de lo penal del Supremo ante las vacantes generadas por la muerte de José Manuel Maza –que antes de ser fiscal general del Estado era magistrado– y por el nombramiento como juez del Tribunal Constitucional de Cándido Conde-Pumpido y como fiscal general de Julián Sánchez Melgar.

El pleno del CGPJ nombró a Barrientos presidente del TSJC en enero de 2016 tras obtener 12 votos frente a los 9 del anterior presidente, el magistrado Miguel Ángel Gimeno, actual director de la Oficina Antifraude de Catalunya (OAC). Barrientos presidió el tribunal que juzgó al expresidente de la Generalitat Artur Mas y a las exconselleras Joana Ortega e Irene Rigau en el caso del 9-N, y fue el ponente de la sentencia que condenó a los tres políticos a dos años de inhabilitación por desobediencia.

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