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Las Kellys de Barcelona quieren que los usuarios puntúen las condiciones laborales de los hoteles

Con camiseta roja, V. Sachenka y M. Marilú, camareras de piso del hotel Hilton, junto a dos compañeras

Tomeu Ferrer

Algunas camareras de piso del Hotel Hilton Diagonal Mar de Barcelona se han hecho famosas por la lucha que mantienen por el reconocimiento legal de su situación. Diez de las treinta empleadas denunciaron a la empresa para la que nominalmente trabajan: External Outsourcing Elosa por cesión ilegal de trabajadores. De ellas cinco han sido despedidas y las otras siguen en su puesto de trabajo aunque explican que su actitud les ha costado ser castigadas.

Cuatro trabajadoras de este colectivo, vinculadas a las Kellys, nos cuentan su situación. Las portavoces son V. Sachenka y M. Marilú. Las dos han denunciado a la empresa External Outsourcing Elosa. La primera trabaja en el hotel y la segunda fue despedida después de denunciar a la compañía. Junto a ellas sus compañeras puntualizan o añaden detalles al relato colectivo. También interviene Alejandro Garcia y Eulalia Garcia, abogados del colectivo.

¿Desde cuando trabajáis en el Hotel Hilton Diagonal Mar?

V. Sachenka: Algunas estamos aquí desde la apertura del hotel, en el año 2005. Entonces la empresa que nos contrató ya era una compañía multiservicios, que unos años después fue comprada por External Outourcing.

¿Solo trabajáis en este hotel?

V.Sachenka: Siempre hemos trabajado en el Hilton Diagonal Mar. Tenemos encargados de External, pero los housekeepping son del hotel. Ellos programan el trabajo que luego nos encargan a nosotras.

¿Cuál es vuestra tarea?

M. Marilú: Tenemos que limpiar en cada jornada unas 30 habitaciones. Eso dura aproximadamente 8 horas, aunque lo normal es que algunas tengan que quedarse dos horas más cobrando lo mismo.

¿Cómo funciona esto?

M. M.: Te encargan las 30 habitaciones y hasta que no terminas no puedes salir. Eso supone que cobremos una cifra de 1,5 o 1,75 euros por habitación. Hablamos del Hilton Diagonal Mar. En este hotel lo normal son habitaciones de 45 metros cuadrados, con camas de 2x2 metros y en algunas plantas con muchas mamparas, jacuzzi o vidrieras, lo que hace más difícil el trabajo.

¿En el hotel han recibido solidaridad de los otros trabajadores?

V.S.: Desde el primer momento estuvimos en contacto con la representación de los trabajadores del hotel, que nos han ayudado en lo que han podido.

¿Qué pasó después de la denuncia?

V.S.: De las 10 que denunciamos, 5 fueron despedidas. Otras 5 seguimos trabajando. En mi caso y en el de otras compañeras, trabajamos a pesar de que nuestra situación sanitaria es sensible, es decir que estamos enfermas. Para aguantar el ritmo tengo que tomar diariamente 12 medicamentos. Según hemos sabido en estas situaciones tendrían que adaptar nuestro trabajo. A mi, lo único que han hecho es reducirme la jornada una hora, pero siguen dándome el mismo tipo de habitaciones. Peor aún, después de denunciar me dieron el piso 14 que es el más difícil de limpiar, porque tiene muchas mamparas y cristales.

¿En el hotel cuántas trabajadoras realizan la limpieza de habitaciones?

M. M.: Normalmente somos unas 30, pero si hay más habitaciones ocupadas traen más empleadas. Siempre la dirección del trabajo se realiza desde los responsables del hotel y luego nuestros encargados nos distribuyen las tareas a realizar.

Marilú, afirmas haber sido despedida después de denunciar a la empresa por cesión ilegal de trabajadores.

M. M.: Cuándo vimos la situación, algunas compañeras nos pusimos de acuerdo para denunciar la situación. Lo hicimos a través de nuestros abogados, que enviaron un burofax a la empresa. Justo después de presentar la denuncia me comunicaron que se me había rescindido el contrato. Y lo más curioso es que llevaba años sin contrato. Yo nunca firmé un contrato. Me pagaban cada mes y me entregaban la hoja de salarios pero yo nunca he firmado un contrato y esto lo supimos cuando miramos nuestro historial laboral.

V.S.: Además su caso era especial porqué su ritmo de trabajo era más elevado que el de la mayoría. Le pagaban por ejemplo por trabajar 30 horas y hacía 50, a veces sin descansos semanales. A pesar de ello le enviaron un papel diciendo que se le rescindía el contrato.

¿A la primera denuncia por cesión ilegal de trabajadoras, se ha unido pues una segunda denuncia de cinco despidos, no?

M. M.: Hemos denunciado por despido discriminatorio reclamamos que nos integren en la plantilla del hotel, para el que realmente trabajamos.

V.S.: Las que quedamos vimos como se nos adjudicaban los trabajos más difíciles. Decidimos ayudar a las que tienen más trabajo, pero la empresa nos lo ha impedido: “aquí no existe amiguismo”, nos dijeron. Tampoco dejan que coincidamos en las horas de comer, para que no nos agrupemos.

–Las camareras del Hilton Diagonal Mar han participado en una concentración a las puertas del hotel y en una acción sorpresa consistente en repartir en la mesa de los directivos de la cadena hotelera unas tarjetas navideñas reivindicativas de su situación, recordando el lema del Hilton: “somos el alma del hotel”. Hace poco bloquearon simbólicamente la puerta del establecimiento en un momento de gran presencia de viajeros del World Economic Forum–.

¿Después de sus movilizaciones se vincularon a las Kellys?

V.S.: Nos dimos cuenta de que no estábamos solas. Contactamos con las Kellys, que nos han ayudado y nos han puesto en contacto con mucha gente solidaria. También hemos visto que el ratio de habitaciones de nuestro hotel es desmesuradamente alto. En otros establecimientos el nivel pocas veces supera las 15 habitaciones por jornada y eso nos lo han dicho nuestras compañeras de otros hoteles.

M. M.: Cada miércoles nos reunimos y preparamos nuevas acciones. Hasta que no se solucione nuestra situación realizaremos movilizaciones espectaculares hasta que el Hilton Diagonal Mar reaccione. Hasta ahora su respuesta ha sido decir que no tienen vinculación con nosotros, pero la empresa a la cual teóricamente pertenecemos sólo tiene en Barcelona una oficina de pocos metros cuadrados donde trabaja un administrativo. Cuando les llaman, los directivos van al hotel. Antes trabajaban en diversos hoteles, ahora sólo en este.

¿Reciben ayuda las que fueron despedidas?

V.S.: Las Kellys somos autosuficientes. Si tenemos gastos los cubrimos con múltiples colaboraciones que van desde la artesanía que vendemos hasta muchas actividades que nos ayudan. Así, hay estudiantes que nos acompañan a las reuniones, o las asociaciones de vecinos que también colaboran e incluso las cantantes que participan en las acciones.

¿A cambio, ustedes, las Kellys, también participan en las acciones cívicas?

V. S.: La última fue muy emocionante, nos invitaron a hablar en el cierre de la manifestación del 8 de marzo en Barcelona. Pudimos explicar nuestro caso frente a millares de manifestantes que nos mostraron su cariño. Esto es muy importante para nosotras.

¿Quizás me repita, pero han visto cambios, aparte de los despidos, en el trabajo en el Hilton Diagonal Mar?

V.S.: Una de las cosas que hemos visto es que se contrataba a más gente, muchas trabajadoras africanas, a las cuales hemos visto que les adjudican cargas de trabajo más altas incluso que las nuestras. A veces han de limpiarse 35 e incluso 40 habitaciones. Y ellas no se quejan.

De las cuatro, por el acento veo que todas son de origen extranjero, ¿es una casualidad?

M. M.: No, no, de las 30 que usualmente trabajamos en el hotel, me parece que sólo hay una española. Cuando viene alguna, que es de aquí, dura poco porque no está dispuesta a aceptar las condiciones y los ritmos de trabajo que nos imponen. Además, claro, si eres extranjero, perder el trabajo supone mucho más que perder ingresos. La ley de extranjería puede hacer que te quedes sin permiso de residencia. Parece que ahora en la empresa se centren en contratar a las personas más débiles.

Acompaña a las Kellys, Eulalia García, abogada del colectivo Laie, que les defiende judicialmente. ¿Hace poco se entrevistaron ustedes con responsables municipales de Barcelona, no?

Eulalia García: Conseguimos reunirnos junto con las trabajadoras con el concejal Agustí Colom, del equipo de gobierno, encargado del área de hostelería. Le sugerimos poner en marcha un mecanismo por el cual los clientes de los hoteles puntuasen las condiciones laborales de los establecimientos. Queríamos que lo hicieran una vez al año, en una recepción, y se reconociese a las empresas que lo hacen mejor en este sentido. No pareció interesarle. Otra sugerencia fue que en las reuniones con el gremio de hostelería dejasen participar a las Kellys. También hemos pedido si en las cumbres con los hoteleros se puede abrir el debate sobre las externalizaciones, y tampoco pareció entusiasmarle. Sea como fuese, hemos enviado una carta con estas propuestas a la alcaldesa, Ada Colau, para ver si ella nos entiende mejor.

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