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Los nuevos estudios de los suelos del ATC costarán más de un millón de euros

Terrenos ATC. Foto por la Plataforma contra el Cementerio Nuclear de Cuenca

Francisca Bravo Miranda

El nuevo presidente del Consejo de Administración de Enresa, Juan José Zaballa, firmó los pliegos para un contrato de suministros y servicios, destinado a la “caracterización geotécnica dinámica para los estudios de interacción terreno-estructura” y para el “complemento del análisis hidrogeológico” en el Almacén Temporal Centralizado de Villar de Cañas. Con un presupuesto de 1,4 millones de euros, se trata del mayor contrato sacado a concurso por parte de la empresa.

El nuevo contrato publicado por Enresa fue sacado a concurso el pasado 27 de febrero, y los nuevos sondeos y estudios empezarían en septiembre de 2015, para extenderse durante ocho meses. La empresa señala en el pliego de prescripciones técnicas que esto se une a “ciertos estudios de caracterización geotécnica y geofísica” hasta profundidades no mayores a los 75 metros, pero que según la normativa nuclear americana, es necesario alcanzar profundidades mayores a las investigadas hasta la fecha, que es el principal objetivo del estudio.

Las dudas que existen alrededor de la idoneidad de la elección de la localidad de Villar de Cañas para instalar aquí la infraestructura nuclear se dispararon con la presentación de la dimisión de su antiguo presidente, Francisco Gil-Ortega. La localidad era la cuarta en una lista elaborada por el gobierno de Zapatero, pero fue elegida en por el gobierno de Mariano Rajoy, por encima de Zarra (Valencia), Ascó (Tarragona) y la localidad alcarreña de Yebra. La elección se ha denunciado en reiteradas ocasiones por tener claros tintes políticos.

El Consejo de Seguridad Nuclear registró un informe en septiembre del año pasado, en el que se reprochaba, entre otros factores, el no haber realizado estudios en detalle hechos clave para la construcción de esta infraestructura, como el anticlinal de Zafra de Záncara, que se encuentra a unos diez kilómetros de los terrenos del proyecto. El CSN señalaba “deficiencias significativas” en el estudio hidráulico, no sólo en los datos empleados, sino también en las hipótesis que Enresa usó para obtener los niveles de agua en la zona inundable. “Deben contemplarse otros conjuntos de parámetros realistas”, señaló Seguridad Nuclear. El reciente terremoto, con epicentro en Ossa de Montiel, elevó las voces también no sólo en contra de este proyecto, sino también de aquellos relacionados con el ‘fracking’.

El Colegio de Geólogos de España recordó, también después de la dimisión de Gil-Ortega que la falta de estudios geológicos incidía especialmente en la seguridad de infraestructuras como el Almacén Temporal Nuclear, pero también en posibles sobrecostes que, según indicaba la entidad, podrían llegar a significar un 30% por encima del coste inicial. Los profesionales indicaron al Ministerio de Industria que debían tomarse el tiempo “técnicamente necesario” para adjudicar definitivamente obras de este calibre, con una vida útil de más de cien años.

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