Eyes Wide Shut (en Hispanoamérica Ojos bien cerrados) es el decimotercer largometraje dirigido por Stanley Kubrick, protagonizado por Tom Cruise y Nicole Kidman y estrenado en 1999. Fue la última película de Kubrick, así como su obra póstuma, ya que el director murió pocos días antes de poder acabar el montaje definitivo. Está basada en la novela Relato soñado, de Arthur Schnitzler, y su guion fue escrito por el mismo Kubrick y Frederic Raphael.
Hasta aquí la introducción de la película en torno a la cual el Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana (C/Alberique, 35) organiza el jueves 18 de junio (19.30h) un cinefórum que tiene por objetivo “analizar la película desde distintos enfoques psicológicos, técnicos y musicales, la tortura de los celos, la infidelidad, la seguridad del matrimonio frente a los peligros del sexo furtivo, lo onírico y lo real, el drama psicosexual…”, según explica el Colegio en su web.
Para desentrañar lo que encierra Eyes Wide Shut, que gira en torno a las confesiones sexuales de una pareja tras acudir a una fiesta y las consecuencias que traen consigo ciertas revelaciones secretas, el Colegio de Psicólogos reúne a una serie de expertos. Los encargados del análisis de la obra póstuma de Kubrick son: Begoña Siles, profesora agregada de la Universidad CEU Cardenal Herrera; Daniel Gascó, crítico de cine; Ricardo Bonet, licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia; Francisco Campos, psicólogo clínico y psicoanalista, y Óscar Cortijo, vicedecano del Colegio.
Stanley Kubrick narra en Eyes Wide Shut el extraño trayecto de Bill Harford (Tom Cruise), médico que ha vivido de manera acomodaticia pero que, tras la confesión por parte de su mujer Alice (Nicole Kidman) de un deseo secreto, se verá envuelto a lo largo de una noche en una serie de aventuras y amenazas. Los sueños ocupan un lugar fundamental en la película, ya que son los que permiten aflorar los auténticos deseos de Alice (Albertine en la novela de Schnitzler), a partir de los cuales su marido detecta ciertas lagunas en su vida matrimonial.
Como apunta Luis Martín Arias, en el ‘Escritos’ dedicado a Kubrick, “las eternamente fracasadas aventuras sexuales del marido revelan –como sucesión de actos fallidos- su propia inseguridad sexual, sus dudas respecto a ser capaz de satisfacer lo que se demanda desde el lado de lo femenino”. De ahí que su doble recorrido nocturno sea, según Martín Arias, “también una búsqueda de reafirmación de su propia identidad, la cual es inseparable de la crisis que cierto fracaso sexual ha hecho emerger”.
En las malas relaciones de Stanley Kubrick con su padre, médico que siempre deseó que su hijo ejerciera su misma profesión, diversos comentaristas de su obra fílmica han visto un condicionamiento biográfico que se habría reflejado en su cine, tal y como señala el propio Martín Arias. “De tal modo que se ha mencionado con insistencia la ausencia de la figura paterna en muchas de sus películas”, destacando en este sentido El resplandor, “donde la disolución del núcleo familiar corre a cargo de un monstruoso padre enloquecido”.