Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El Puerto de València mantiene su polémica ampliación sin declaración ambiental pese a la crisis abierta por la pandemia

Imagen panorámica del Puerto de València

Carlos Navarro Castelló

Valencia —

0

Ni la enorme crisis mundial generada por la pandemia del coronavirus hace que el Puerto de València, con su presidente Aurelio Martínez a la cabeza, se replantee su polémica ampliación norte, un proyecto diferente al que obtuvo Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de hace 13 años, pero que para la entidad portuaria sigue siendo válida y vigente pese a los cambios introducidos.

Sin embargo, con la actual crisis arreciando, el argumento del retraso que implicaría en el proyecto hacer una nueva DIA esgrimido siempre por Martínez para rechazarla pierde fuerza, puesto que la propia pandemia ya ha generado un parón en la actividad y una demora, por ejemplo, en la adjudicación de la concesión a la compañía TIL, filial de MSC, prevista para marzo, pero aplazada por el estado de alarma.

El Ministerio de Transportes dirigido por el socialista José Luis Ábalos será el que determine si finalmente es preceptiva una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA) como así lo consideran diversos informes remitidos por el Ayuntamiento de València y la Generalitat Valenciana.

La posición de Ábalos no es nada cómoda puesto que en su etapa de concejal, el grupo municipal socialista del que formaba parte en el Ayuntamiento de València en 2007 alegó en contra de la ampliación y apostó por trasladarla al puerto de Sagunt.

Martínez, defendió este miércoles la idoneidad de la infraestructura en el actual contexto durante la presentación del informe Entorno Económico Global del primer trimestre del presente año que ha llevado para la Fundación Valenciaport el analista de Coyuntura Económica del Instituto de Economía Internacional (IEI), Vicente Pallardó.

El acto, moderado por el Director General de la Fundación Valenciaport, Antonio Torregrosa, se ha llevado a cabo por videoconferencia y en el mismo ha participado el propio Martínez.

Así, sobre la afección de la actual situación al tráfico marítimo y si en este contexto de incertidumbre se justifica la ampliación del Puerto, Martínez reconoció que este segundo trimestre caerán los flujos por el parón de la economía y de la demanda, así como por la dificultad para exportar.

Sin embargo, afirmó que “hay que tener perspectiva y mirar a largo plazo; en este sentido, todos los analistas coinciden en que el nivel del Producto Interior Bruto (PIB) de finales de 2019 se recuperará entre finales de 2021 y principios de 2022, por lo que en ese momento las necesidades serán las mismas que las actuales”.

Según Martínez, “después de toda crisis viene la recuperación y habrá otro ciclo expansivo por tanto se recuperarán los tráficos; si la ampliación está en marcha dentro de seis o siete años, es probable que esté en ese nuevo ciclo expansivo”.

El presidente de la APV insistió en que, por tanto, “los tráficos se van a recuperar y por eso hay que tener perspectiva a largo plazo, que será algo que me imagino que tendrá en cuenta una empresa que va a invertir 1.000 millones de euros”.

Además, consideró “vital que la administración pública acelere los trámites de los proyectos que sean más viables para sacarlos adelante a ser posible en este segundo semestre con el objetivo de minimizar el impacto de la crisis en el empleo”.

Por otra parte, avanzó que tienen negociaciones avanzadas para habilitar dos zonas cercanas al Puerto para almacenar temporalmente contenedores a los que en estos momentos no se puede dar salida, con el objetivo de liberar espacio en las terminales. 

En este sentido, el autor del estudio, Vicente Pallardó, ha considerado que “cualquier proyecto de inversión pública o privada deben mantenerse, no deben de abandonarse proyectos de crecimiento de futuro; me preocuparía encontrar la idea de responder a esta crisis mirando al corto plazo”.

Por tanto, ha afirmado que los inversiones públicas “sí tocan porque de lo contrario nos costará el doble salir de la crisis, lo mismo que se deben mantener las inversiones privadas en la medida de lo posible”.

En cuanto al comportamiento de los tráficos, ha explicado que en un primer momento va a haber cierto “caos”, pero que se irá recuperando “de forma acelerada”. Además, ha comentado que “a medio plazo habrá una redefinición de rutas motivada por la relocalización que harán las grandes empresas de la producción en China, parte de la cual se trasladará a otras zonas orientales; es algo a lo que habrá que estar atentos”.

Mayor caída del PIB de la segunda Guerra Mundial

En cuanto al estudio presentado, Pallardó ha detallado que se ha producido la mayor caída del PIB desde la segunda Guerra Mundial debido principalmente a la paralización de la actividad económica, especialmente grave en occidente, la suspensión de grandes eventos de impacto mundial que paraliza la demanda y a la caída de las rentas por la pérdida de empleos.

Frente a esta situación, el analista considera que ha habido una respuesta inicial “descoordinada”, algo que ha considerado comprensible por la gravedad de la situación: “a partir del 3 de abril se empieza a articular cierta coordinación a nivel europeo con la movilización de los 540.000 millones de euros para dar liquidez a los estados para afrontar la crisis”.

A ello se une el acuerdo alcanzado entre Arabia, Rusia, Estados Unidos y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para retirar 10 millones de barriles de petróleo diarios con el objetivo de reequilibrar el mercado: “el problema es que la demanda ha bajado en 25 millones de barriles diarios, por lo que hay problemas de almacenamiento y se el precio de desploma, algo que lejos de lo que pueda parecer, no es bueno porque muchos sectores estratégicos se pueden hundir y si tienen créditos que afrontar pueden arrastrar el sector financiero, un sector que debe estar fuerte porque debe ser parte de la solución”.

Según Pallardó, no habrá crecimiento económico en 'V', sino en 'U', y por tanto “a mediados de 2022 se volverá a crecer como se ha hecho hasta ahora y posiblemente será en 2023 cuando el empleo se recupere a los niveles de 2019”.

Entre las consecuencias que saldrán de la crisis, ha explicado que muchas empresas que han centralizado su producción en países como China la relocalizarán en zonas cercanas para no depender del contexto de ese estado al tiempo que se tenderá al almacenaje de stocks para afrontar el desabastecimiento en futuras crisis.

También habrá “una tendencia peligrosa a la concentración de mercados en un menor número de empresas, por ejemplo, en sectores como el aeronáutico, las aerolínieas o el automóvil, algo que puede fomentar el inflacionismo”.

Para afrontar esta situación, Torregrosa considera necesaria “una renta mínima vital pero de carácter temporal, redefinir los impuestos y facilitar crédito para salvar a las empresas con futuro, no a las zombis; sostener en el empleo con los programas ERTE y a nivel europeo rear un programa de eurobonos pero con una perspectiva estructural para fomentar una nueva economía, no como medida coyuntaral”.

Etiquetas
stats