VÍDEO | Ritual contra el Covid-19 en la azotea del monasterio más antiguo de València

La crisis del coronavirus está propiciando escenas un tanto surrealistas en la desértica ciudad de València. La mañana de este miércoles se ha celebrado una suerte de ceremonia en la azotea del Real Monasterio de la Santísima Trinidad de València, el más antiguo de la ciudad, situado en la calle de la Trinidad número 13, esquina con la calle de Alboraia.

La archidiócesis de València ordenó la suspensión de las “celebraciones públicas de la santa misa con fieles en todas las iglesias”, según un comunicado del pasado 14 de marzo. De hecho, la instrucción de la jerarquía católica es que los fieles españoles sigan los rezos por la televisión, la radio o Internet.

El cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares, pidió a los sacerdotes que “incluyan peticiones para la erradicación de la pandemia, y por los fallecidos, enfermos y sus familias, y también por los profesionales sanitarios abnegados, y dedicados a costa de sus propias vidas a salvaguardar las nuestras pensando en el bien común”.

En el Monasterio de la Trinidad, un sacerdote y media docena de monjas han realizado un ritual en la azotea del edificio, sobre las 10h de la mañana de este miércoles. Pocos minutos después, han bajado al convento por las escaleras que acceden a la azotea.

El monasterio, una joya del patrimonio cultural valenciano, fue declarado en 1983 bien de interés cultural. En 2014, la comunidad de monjas Clarisas abandonaron el conjunto de edificios, que incluye la iglesia, el monasterio, un espléndido patio e incluso un refugio subterráneo que se utilizó durante la Guerra Civil y que aún conserva los característicos conductos de ventilación.

Hace dos años, la comunidad de religiosas Siervas del Hogar de La Madre tomaron el testigo y desde entonces se han dedicado a ayudar a los sacerdotes del Hospital Clínico y a dar catequesis en varias parroquias.

Los curas celebran “en privado la Eucaristía”, según el comunicado de la archidiócesis de València, y deben permanecer “siempre disponibles para la atención espiritual, especialmente para los enfermos y necesitados de consuelo espiritual”.

“La oración y la caridad de evitar y no propiciar contagios es lo que podemos hacer en estos momentos”, dijo a los fieles y sacerdotes en otro comunicado el arzobispo de València, Antonio Cañizares.