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Los biólogos valencianos advierten que los grandes incendios de este verano son fruto de una “gestión inadecuada durante décadas”

Bomberos forestales trabajando en las labores de extinción del incendio de Artana.

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Valencia —

El Col·legi Oficial de Biòlegs de la Comunitat Valenciana (COBCV) ha emitido un comunicado sobre la gestión forestal en materia de incendios. En este escrito, desde el COBCV apuntan que los grandes incendios de este verano en territorio valenciano (Carcaixent, Bolbaite, Sierra de Espadà, etc.) no son casuales: “Esto proviene de una situación de abandono, consecuencia directa de una gestión inadecuada durante las últimas décadas”. Así, inciden en que esta gestión “inapropiada no sólo proviene de la carencia de acciones efectivas sobre el bosque, sino también del total colapso de la agricultura y ganadería en la montaña valenciana”.

De hecho, los biólogos aseguran que se han perdido los beneficios que sobre la vegetación, la biodiversidad y el paisaje ha tenido la actividad agropecuaria durante siglos y que, “de paso, ha limitado el riesgo de grandes incendios forestales”. Actualmente, advierten que los montes valencianos está llena de cultivos de secano abandonados y faltan rebaños para mantener los pastos y abrir la vegetación. “Mientras tanto la despoblación avanza por la falta de oportunidades y servicios básicos en el medio rural”, indican.

Por lo tanto, la existencia de grandes incendios forestales “obliga a hacer grandes inversiones en extinción que, paradójicamente, se tienen que desviar de las acciones directas de prevención y, de alguna forma también, del apoyo al sector agropecuario más relacionado con la montaña”. De este modo, explican que el reto a medio y largo plazo es revertir esta tendencia, “es decir, se tiene que invertir en prevención para disminuir progresivamente los enormes gastos de la extinción. La idea es simple pero nada fácil de ejecutar”. De hecho, “será imposible sin una buena dosis de convicción” por parte de los responsables de la Conselleria competente y, por supuesto, del Consell.

En opinión del Col·legi de Biòlegs, la consellera del área, Elena Cebrián, tiene que tener entre sus prioridades revitalizar las actividades económicas vinculadas a la montaña para tratar de recuperar paisajes en mosaico: cultivos, pastos y bosque. Por este tipo de paisajes los incendios “avanzan con más dificultad y se les puede hacer frente con esfuerzos razonables y con poco peligro para aquellos que los asumen”. Pero para ello “hacen falta personas que encuentren en la agricultura y la ganadería una forma digna de ganarse la vida y esto difícilmente será posible sin un apoyo muy decidido”. Las contrapartidas son la creación de ocupación directa, la revitalización de un sector y la recuperación de un paisaje y una vegetación mucho menos favorable a los grandes incendios.

Evidentemente, prosiguen, también es necesario hacer tareas directas de prevención sobre el bosque y tareas de manejo de las áreas quemadas: “Hoy por hoy es necesario hacer desbroces y clareos y abrir franjas junto a las pistas que puedan hacer posible la extinción dado el caso. También hay que evitar la masiva proliferación de pinos y otras especies pirófitas en las zonas quemadas, que da lugar a masas demasiado densas en muy pocos años. No dudamos, entonces, que sea imprescindible culminar la redacción de la llamada 'Estrategia Valenciana para la Prevención de Incendios Forestales y Adaptación al Cambio Climático', de la cual tendría que extraerse directrices clarísimas”. Esto habrá que particularizarlo en planes zonales que contemplen todos los condicionantes locales, sean económicos, sociales o relacionados con la conservación y promoción del paisaje y la biodiversidad.

El reto del Consell y, por lo tanto de Elena Cebrián, es revertir a medio y largo plazo esta situación y poner en funcionamiento mecanismos para fomentar el sector primario más vinculado al bosque. Sin embargo, “de ninguna forma pensamos que sea un reto fácil y sabemos que no podrá lograrse en poco tiempo, pero hay que empezar a sentar las bases inmediatamente. Desgraciadamente, la alternativa es muy clara: tendremos grandes incendios indefinidamente y las comarcas y pueblos de montaña continuarán abocados a la ruina económica y al despoblamiento”, concluyen.

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