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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Breve guía para aclararnos con los programas de la lavadora

Foto: Jordi Sabaté

Jordi Sabaté

¿Somos el tipo de persona que se abruma con la oferta de opciones de lavado de nuestra lavadora y tiramos por la vía de en medio, escogiendo solo entre agua fría o caliente? No somos tan raros: según un estudio elaborado por IPSOS, el 82% de la población no atiende a los programas aconsejados por su electrodoméstico para cada tejido o tipo de prenda.

Solo distinguimos mayoritariamente entre ropa blanca y de color, y entre si precisan agua caliente o fría, aunque sin saber muy bien los motivos de esta decisión. Así, no debe extrañarnos que según el mismo estudio, un 38% de los españoles confesemos haber estropeado ropa -encogido sobre todo- en el último año al lavarla.

Y esto es así porque los programas tienen una razón de ser. O mejor dos razones: optimizar el lavado de la prenda y cuidar que esta no se estropee durante el mismo. Así que, para que de una vez por todas te decidas a aplicar a cada tipo de prenda o tejido el lavado que le corresponde, hemos diseñado esta breve guía de uso de tu lavadora.

Los cinco parámetros

Existen cinco parámetros importantes con los que nos debemos manejar en el uso de una lavadora. Los programas estándar que te indica tu mando circular ya prefijan los valores de algunos de ellos, pero muchas veces permiten modificarlos. Estos parámetros son:

  1. Jabón: por razones de eficiencia, los fabricantes recomiendan el jabón en polvo para la ropa blanca, ya que es más agresivo, y el líquido para la de color. Pero no debes olvidar que el jabón en polvo lleva microesferas plásticas que tienen consecuencias para el medio ambiente. Así que tal vez sea mejor ceñirnos al jabón líquido. Existe un jabón específico para prendas delicadas que podemos usar a la sazón, pero también en tal caso podemos aplicar menor cantidad de jabón normal.
  2. Temperatura del agua: influirá en la capacidad de quitar las manchas, pero también puede provocar que los tejidos se encojan. Además, en caso de no ser necesaria implica un gasto extra de energía y agua, ya que alarga el lavado. En general, solo usar para ropa muy sucia y en caso de manchas aisladas, podemos aplicar en seco un quitamanchas sobre la misma y lavar luego con agua fría. Tener en cuenta además que en verano el agua seguramente estará sobre los 30º C, por lo que nos podemos ahorrar aplicar el agua caliente del programa.
  3. Carga: es la cantidad de ropa que vamos a lavar, e influirá sobre todo en el tiempo de lavado. A mayor carga, más agua y jabón necesitaremos y por lo tanto alargaremos el lavado y el aclarado. Los programas largos son para cargas largas. Ahora bien, si no es ropa muy sucia, podemos especificar el uso de agua fría. Las lavadores suelen tener programas concretos para cargas altas, medias y bajas.
  4. Velocidad de centrifugado: el centrifugado nos permitirá sacar la ropa más o menos seca, según nos interese, modulando las revoluciones en el mando correspondiente. Debemos tener en cuenta que un centrifugado alto genera prendas secas y arrugadas, por lo que se usa en prendas que se plancharán. Por contra, uno medio o bajo las deja más húmedas, pero que pueden tenderse luego y quedar lisas, ahorrándonos su planchado. Así, se emplea en prendas que no se suelen planchar, como calcetines o ropa interior. Por otro lado, un centrifugado a alta revolución encoge algunos tipos de tejidos. Es por ello que los programas para los distintos tejidos adaptan la velocidad de centrifugado.
  5. Prelavado: lo añadimos como un parámetro extra aunque no es regulable. Algunas personas gustan de aplicar un prelavado a su ropa, especialmente si está muy sucia y presenta restos sólidos -como en el caso de pañales reutilizables- o tienen una carga muy alta. No obstante, muchas lavadoras no incluyen esta opción porque la contemplan en los programas largos.

Un programa para cada necesidad

En general, los distintos programas que muestra tu mando circular responden a difertes tejidos -el tipo viene indicado en las etiquetas de la prenda-, prendas y/o cargas. Pero como cada fabricante pone a sus programas unos nombres determinados y algunos tienen programas específicos, nos basaremos en el tipo de colada que sueles hacer para explicarte los programás más frecuentes que puedes usar.

  • Cargas altas de algodón: es el tejido más corriente y resistente y por ello verás que el programa que se propone implica máximo tiempo y temperatura máxima, hasta 90º. De todos modos, las lavadoras modernas te permiten reducirle la temperatura y el tiempo de lavado. Atiende a que muchas prendas pueden presentar encogimiento, por lo que es aconsejable que en el caso de camisas y jerseis apliques bajas temperaturas aunque los tiempos sean largos. Es el recomendado para la ropa blanca y especialmente si son sábanas. También para toallas y albornoces, así como el lino.
  • Cargas bajas: generalmente prendas íntimas y calcetines, etc. Un programa ligero de poco rato y temperatura limitada. Pero procura aplicarle agua al menos a 30º si no quieres que queden manchas.
  • Cargas mixtas: hay ropa de diferentes tejidos y la carga es media. El programa suele llamarse 'Mix' y aplica temperaturas medias y tiempos largos para no arriesgar.
  • Antibacterias/antialergias: es un programa radical, para prendas muy sucias, usadas durante una enfermedad o expuestas al exterior. Aplica agua caliente y un lavado largo.
  • Seda: es un tejido sensible, por lo que ajusta la temperatura y acorta el tiempo de lavado.
  • Lencería: requiere unos tratamientos similares a los de la seda, aunque el lavado suele ser algo más largo.
  • Lana: suele encogerse si nos excedemos en la temperatura o el centrifugado, por lo que es recomendable separarla de los demás tejidos y usar el programa específico para ella. A poder ser, no aplicar las revoluciones al máximo.
  • Sintéticos: indicado para prendas que comprendan algodón y poliéster, nailon y otras fibras sintéticas, que no absorben tanta suciedad. Es un programa de poco más de una hora y a temperatura entre 40º y 60º, según el fabricante. Las camisas actuales, que suelen tener esta composición, así como algunos pullover, pueden usar este programa.

Cómo lavar tu lavadora

Aunque no lo creas, tu lavadora también precisa ser lavada. No en su conjunto, por descontado, pero si en las partes más exteriores: el tambor, la goma, la bandeja y el filtro. Los tambores actuales suelen mantenerse bien, pero no está de más asegurarnos que no quedan monedas, trozos de papel y otros restos que puedan obstruir la entrada y salida del agua, así como restos de jabón. Pasar un paño seco de vez en cuando para comprobar su estado no está de más.

Respecto a la bandeja donde introducimos el jabón, probablemente sea el punto más sucio de la lavadora, ya que siempre conserva restos de jabón y de suavizante que pueden hacer grumos. La bandeja suele ser extraíble y desmontable, de modo que podamos lavarla bien bajo un chorro de agua y volver a montarla limpia de restos. El filtro, que está en su interior, también puede necesitar un baño.

Por último la goma de la junta de cierre de la escotilla siempre retendrá agua, que con el tiempo criará algas oscuras si no la limpiamos adecuadamente. El mejor modo es introducir un paño seco en sus ranuras e irla secando. Si está sucia de algas, podemos usar jabón para desincrustarlas, o incluso vinagre o lejía si la cosa pinta muy cochina. Pero cuanto menos agresivo sea el producto que usemos menos la resecaremos y más tiempo nos durará.

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