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¿Son mejores los jabones sólidos o líquidos?

Detergente en polvo.

Martín Frías

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El jabón acompaña a la humanidad desde hace miles de años. Originariamente una combinación de plantas, el jabón es una sustancia única que se disuelve en agua y arrastra la suciedad y la grasa. Hace un siglo, el jabón que se consumía en los hogares era sólido: las mismas pastillas de jabón para lavar la ropa, los platos, el cuerpo y el pelo. La aparición del jabón de tocador también fue en forma de pastilla, y no fue hasta los años 60 y 70 del siglo pasado cuando se popularizaron los champús y otros tipos de jabón líquido. 

Hoy en día, muchos de los jabones y detergentes que consumimos son líquidos. Líquido para el lavavajillas, gel de baño y champú para el cuerpo y el cabello, jabón líquido de manos en el lavabo, detergente líquido para nuestra lavadora e incluso para el lavavajillas. Las alternativas, sin embargo, siguen existiendo, como las pastillas de jabón y detergentes en polvo. ¿Qué opción es más eficaz para la limpieza y cuál es más sostenible para el medio ambiente?  

Higiene y eficacia de los jabones y detergentes líquidos y en polvo

Desde el punto de vista higiénico, ambos tipos de productos, sean sólidos o líquidos, están diseñados para cumplir su función principal: limpiar. La efectividad de un jabón o detergente no depende tanto de su estado como de su composición química. Sin embargo, los jabones y detergentes sólidos tienen una ventaja significativa en términos de higiene debido a que son menos propensos a la contaminación bacteriana.

Desde los años 80 se sabe que una pastilla de jabón sólido no transfiere bacterias durante el lavado de manos, incluso aunque esté sucia. Esto disipa la creencia común de que pueden ser un caldo de cultivo para microorganismos. Por otro lado, los dispensadores de jabón líquido, especialmente los que se rellenan manualmente, pueden contaminarse con moho y bacterias más fácilmente, sobre todo si no se limpian a menudo. Es el motivo por el que los jabones y detergentes líquidos de todo tipo tienen que incluir potentes conservantes en su fórmula, algunos de los cuales, como los ftalatos y parabenos, pueden provocar reacciones adversas en algunas personas.

En cuanto a su eficacia contra la suciedad existen algunas diferencias menores. En los detergentes en polvo, el principal tensioactivo es el sulfonato de alquilbenceno (LAS) un ingrediente barato que es eficaz contra la suciedad, pero no tanto contra las manchas de grasa o aceite. Por el contrario, la mayoría de los líquidos contienen también etoxilatos de alcohol, que son eficaces contra las manchas de grasa más difíciles. Por este motivo, si nuestra ropa tiene manchas de grasa es posible que obtengamos mejores resultados con un detergente líquido.

En cuanto al uso de una pastilla de jabón frente a un gel de ducha o baño, también hay ventajas e inconvenientes. Los jabones en pastilla suelen tener un pH alcalino que es más agresivo con la piel, por lo que no se recomiendan para las personas con piel seca o afecciones como la dermatitis atópica. Por su parte, los geles y jabones líquidos contienen a menudo ingredientes hidratantes que pueden ser recomendables para este tipo de pieles. A cambio, las pastillas de jabón no contienen parabenos y es fácil encontrar opciones hipoalergénicas. 

Sostenibilidad del detergente y el jabón sólido frente a los líquidos

En términos de sostenibilidad, los productos sólidos llevan la delantera. La razón principal es su menor impacto ambiental en comparación con sus contrapartes líquidas. Los jabones y detergentes sólidos generalmente vienen en paquetes más sencillos y ecológicos, como papel o cartón, que son biodegradables o más fáciles de reciclar que los envases de plástico en los que se venden los líquidos. Asimismo, el formato sólido elimina casi por completo la necesidad de agua en su composición, a diferencia de los productos líquidos que contienen un alto porcentaje de agua. Esto quiere decir que tienen un menor peso y volumen, y por tanto el transporte de productos sólidos consume menos combustible y emite menos CO2, reduciendo la huella de carbono asociada a su distribución.

Un informe de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) sobre la reducción de residuos en embalajes señala que minimizar el impacto de los contenedores de plástico de los jabones y detergentes y optar por soluciones más sostenibles puede tener un impacto significativo en la disminución de los residuos generados por productos de consumo. 

Ambos formatos de jabón tienen sus ventajas y la elección entre uno u otro puede depender de preferencias personales, condiciones específicas de uso y consideraciones ambientales. Sin embargo, como consumidores, desde el punto de vista de la higiene y la sostenibilidad, los productos sólidos ofrecen los beneficios más significativos. 

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