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Un ecuatoriano presenta un pionero diccionario quichua-inglés

Santiago Gualapuro habla con Efe ayer, 22 de octubre de 2019, en Quito (Ecuador).

EFE

Quito —

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Un pionero diccionario quichua-inglés se presenta este miércoles en Quito de la mano de su autor Santiago Gualapuro, oriundo de la comunidad de Otavalo, en el norte de Ecuador, y quien desarrolló su trabajo en Canadá.

El “Kichwa English Shimiyuk Kamu Dictionary”, de 278 páginas, busca posicionar al quichua y promover la investigación de estudios lingüísticos y filológicos de las comunidades indígenas de Ecuador, aseguró el autor en una entrevista con Efe.

“Esperamos que la comunidad quichua se sienta empoderada porque es nuestra lengua”, afirmó.

Su diccionario está escrito en quichua unificado, sugerido por la “Academia de la Lengua Kichwa (ALKI)” en 2008, pero la pronunciación detallada entre corchetes es aquella que se habla en la provincia de Imbabura, de la que el autor procede.

SOBREPONIÉNDOSE A LAS DIFERENCIAS LINGÜÍSTICAS

En el quichua existen dos grandes variantes en Ecuador: el de las tierras altas (sierra andina) y el de las tierras bajas (Amazonía), pero ambas comparten el mismo sistema de escritura, pese a sus diferencias orales, advierte el académico estadounidense Simeon Floyd en la introducción del diccionario.

“Hay el inglés de la calle y el inglés académico”, puso como ejemplo Gualapuro y detalló que pese a ser el mismo idioma puede haber diferencias entre la una y la otra variante pues la lengua es algo “adaptable” y por lo tanto no es posible una estandarización absoluta.

Entre las dificultades de elaborar un diccionario está el hecho de que no todas las palabras tienen traducción.

“El quichua es una lengua oral, las cosas modernas como una computadora no existen”, por lo tanto, para traducirlas se buscan significados que se parezcan.

Por ejemplo, computadora en quichua se dice “antanikik”, un término compuesto de “anta”, que significa “cosa hecha de hierro”, y “nikik”, que es “contar, contabilidad” y así, “antanikik” es una máquina que hace contabilidad, explicó Gualapuro.

EL QUICHUA DEPENDÍA HASTA AHORA DEL ESPAÑOL

Uno de los objetivos de este diccionario es “romper completamente” la dependencia del quichua, que debía pasar hasta ahora obligatoriamente por el español para abrirse al mundo, según el autor.

“El quichua, como lengua, tiene el mismo estatus que el inglés, el francés o el alemán...”, enfatizó el lingüista, para quien cualquier quichuahablante debería tener la oportunidad de aprender otra lengua “sin necesidad de pedir permiso” al español.

Estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), Gualapuro aprovechó su origen indígena para generar propuestas desde el conocimiento interno de la lengua.

“Yo soy ecuatoriano, pero soy nativo de Otavalo, hablo quichua y esa es mi primera identidad, después cualquier otra”, apostilló Gualapuro, quien busca que el quichua adquiera fuerza internacional a partir del diccionario.

Con el lanzamiento de la obra, el autor espera también empoderar a la población indígena y que sienta que su idioma tiene “un estatus igual al de otras lenguas del mundo”.

Preguntado por Efe sobre la necesidad de un diccionario impreso en la era de internet, en la que tienden a desaparecer este tipo de volúmenes, el otavaleño explicó que “la realidad de la ciudad no es la realidad del campo”, donde no llegan las redes.

LA NOSTALGIA DE LA INVESTIGACIÓN

El autor decidió crear el diccionario mientras vivía en el extranjero, donde comenzó a tener un mayor acercamiento con su propia cultura.

“A veces uno necesita salir del espacio donde está para darse cuenta a dónde perteneces y que eso es mucho más que un apellido, una lengua o una cultura”, confesó.

En 2011, en sus “ratos libres”, Gualapuro comenzó a experimentar en la traducción del quichua al inglés y cuando tuvo un mínimo consolidado golpeó las puertas de la Universidad de Alberta (Canadá), donde los profesores de lingüística le ayudaron a darle un alcance “más técnico y profesional” al proyecto.

Cinco años después, la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), su alma máter, apoyó en la impresión del diccionario, cuyas regalías se destinarán a un fondo de becas para estudiantes que hablen quichua (sean o no indígenas) y que escriban sus tesis en este idioma, según Gualapuro.

Kevin Vélez Guerrero

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