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Mad Cool 2022: el hijo rebelde pero predilecto de Madrid arranca tras dos años de choques

Madrid busca la permanencia del Mad Cool "sin que esquilme los bolsillos"

Mónica Zas Marcos

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Tres años y múltiples amenazas después, el festival Mad Cool inaugura su quinta edición en el madrileño barrio de Valdebebas. Arranca este miércoles 6 de julio y se prolongará durante cinco días hasta el 10, un despliegue de recursos y tiempo que pocos se pueden permitir. Por eso Mad Cool se ha convertido en cinco años –y dos de pandemia– en el buque insignia de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. Un evento que ha dado tantos dolores de cabeza como ganancias al consistorio y al que interesa tener contento.

Aunque el festival nacido en 2016 sea mucho más joven que otros (Primavera Sound empezó en 2001, Benicàssim en 1995 y BBK en 2007), su cabecilla no es ningún novato. Javier Arnáiz lleva veinte años en la industria y tiene 50 ediciones de festivales a sus espaldas. El cartel del Mad Cool 2022 es la prueba de ello: Metallica, Muse, Florence + The Machine y Kings of Leon actuarán frente a miles de personas. La incógnita está en saber cuántas.

El aforo ha sido uno de los talones de Aquiles del festival, en especial en 2018, una edición empañada por las aglomeraciones al sol, las colas en las barras y el descontrol. Se habían trasladado a Valdebebas desde la Caja Mágica –un espacio bastante más pequeño–y la ambición les jugó una mala pasada.

Para remediarlo, en 2019 redujeron los asistentes de 80.000 al día a 60.000. Eso provocó más fluidez y menos titulares polémicos, pero también tuvo un impacto en la recaudación (de 22 millones pasaron a 14). Además, ese año, el Ayuntamiento de Madrid les anunció que debían abandonar Valdebebas y volver a la Caja Mágica, algo que Mad Cool no estaba dispuesto a tolerar.

El tira y afloja con Madrid

Esta semana se ha sabido que, efectivamente, 2022 es el último año del Mad Cool en Valdebebas. Su sexta edición se trasladará a Villaverde, donde el consistorio ha anunciado la creación de la Ciudad de la Música como homóloga a la Ciudad de la Imagen, situada en la carretera de Boadilla del Monte. Mad Cool será la pieza clave del proyecto anunciado por la vicealcaldesa Begoña Villacís, pero esta fase del idilio es nueva. Para llegar a ella, el Ayuntamiento ha hecho verdaderos esfuerzos por retener al festival en Madrid.

En 2020 los organizadores amenazaron con abandonar la Comunidad de Madrid después de que el Ayuntamiento les desahuciase del recinto. El distrito de Hortaleza presionó al alcalde, José Luis Martínez Almeida, para que sacara el Mad Cool de Valdebebas porque el ruido era “una burrada”. Mad Cool dijo que se iba, pero de Madrid, –incluso recibió una oferta para realizarlo en Valladolid con el nombre de Vad Cool– y las amenazas empezaron a surtir efecto. El miedo se sintió en el palacio de Cibeles.

También pidieron al Área de Cultura una subvención de 16 millones de euros para ejecutarla en cinco años que al principio les fue denegada. “Nuestra política cultural pública no solo se centra en los grandes festivales”, dijo Andrea Levy, delegada de Cultura. Dos años más tarde, han conseguido repetir en Valdebebas una última vez y que el Ayuntamiento y la Comunidad les inyecten más dinero que nunca. Han recibido 1,2 millones de euros a través de la empresa pública del Ayuntamiento, Madrid Destino, y 900.000 de la Consejería de Cultura de la Comunidad. El doble de la financiación pública de 2018.

Mad Cool 2022 recibe 1,2 millones de euros del Ayuntamiento y 900.000 de la Consejería de Cultura de la Comunidad

Madrid era la única gran ciudad de España sin un festival a la altura y, una vez conseguido, no iba a dejarlo ir tan fácilmente. A cambio, Mad Cool ha recolocado la orientación de los escenarios, ha mejorado el acceso al recinto y ha adelantado el final de los conciertos a las 3 de la mañana para reducir el ruido. El Metro mantendrá abierta la línea 8 hasta las 2 am el miércoles y el domingo y hasta las 4 am el jueves, viernes y sábado. También habrá una red de lanzaderas ofrecida por la EMT.

La capital ha logrado retener a su evento musical predilecto, justo cuando el Mad Cool se encuentra en plena guerra contra la empresa rival, Last Tour, que organiza el BBK Live de Bilbao en las mismas fechas y otro festival en Málaga que coincide con una versión andaluza del Mad Cool que se han sacado de la manga. Se trata de dos festivales con el mismo público, aunque el Mad Cool cuenta con mejor cartel y esa va a ser su principal baza.

Un cartelazo “conservador”

Poco se parece el cartel de 2022 a lo que se ofrecía en 2020, aunque ahora es más largo y tiene más renombre. El Mad Cool ha cambiado a Taylor Swift, Billie Eilish y Mumford and Sons, que atraen a un público similar al que fue a ver a Bon Iver y Dua Lipa en las anteriores ediciones, por un line-up conservador, que es el que vende entradas.

La estrella es la banda británica Muse, con la que organizadores de festivales y dirigentes están enseñando músculo. No solo tocarán en el Mad Cool el próximo sábado, también en el Andalucía Big Festival by Mad Cool, en septiembre, y después en Galicia, donde el concierto ha provocado una pugna política después de que la Xunta pagase 1,2 millones de euros por él.

Mad Cool ha cambiado a Taylor Swift, Billie Eilish y Mumford and Sons por un 'line-up' conservador, que es el que vende entradas

El plato fuerte del miércoles es Metallica, que dará dos horas de concierto eclipsando a la cantautora canadiense Carly Rae Jepsen, autora del hit de Call Me Baby. Antes de la banda de thrash metal, los asistentes podrán elegir entre Placebo y los raperos de SFDK. Para terminar, Twenty One Pilot coincidirá con otro habitual de los festivales de nuestro país, Chvrches.

El jueves la cosa está entre Deftones y London Grammar al comienzo de la noche. El itinerario queda bastante claro después: Imagine Dragons, The Killers y Foals. Aunque habrá quien prefiera algo más indie durante los segundos y para eso está St. Vincent. El viernes los relojes se paran a la una para Muse, aunque antes actúan unos muy dignos Jamie Cullum, The War on Drugs y Mo. La fiesta terminará con Alt-J o, en su defecto, la DJ Paula Temple.

El sábado, Leon Bridges, Pixies y Kings of Leon allanan el terreno para Florence + The Machine, que presentará su recién publicado álbum y que no hará ningún favor a Editors, con los que coincide en horario. El dúo de rock Royal Blood pondrá punto y final al día. Para los valientes que aguanten, el cartel del domingo no ensombrece ante los anteriores: Nathy Peluso, Natos y Waor, Two Door Cinema Club, Jack White y La M.O.D.A son los atractivos principales.

Aportación benéfica “voluntaria” pero no mucho

A pesar del batacazo de la pandemia, Mad Cool no ha encarecido los precios, que se mantienen como en 2019: 65 euros por una jornada y 170 por tres. En cambio, la novedad es que cobran un extra por las acreditaciones de prensa y las invitaciones, 30 euros a los primeros y 15 a los segundos. La razón oficial es que se trata de una “donación” obligatoria a la ONG CEAR, de ayuda al refugiado.

ElDiario.es se ha puesto en contacto con esta última, que ha confirmado que “la decisión y criterio de aplicación corresponde en exclusiva a la organización del festival, igual que la desgravación fiscal, ya que es quien aplica este cargo”. Es decir, nadie podrá desgravarse el 35% de retorno de su entrada, sino que es un beneficio que repercutirá en la empresa organizadora. Mad Cool no ha respondido a las preguntas planteadas sobre este respecto.

El festival madrileño no es el primero en aplicar esta técnica de cobro a invitaciones. El Primavera Sound, celebrado unas semanas antes en Barcelona, lleva años haciéndolo y por un importe mayor: 50 euros. La diferencia es que el evento catalán admite que este cobro tiene como objeto “favorecer las condiciones de trabajo de los medios acreditados”. El BBK Live, por ejemplo, propone una aportación voluntaria (esta sí) de uno, tres o cinco euros para organizaciones que apoyan a Ucrania.

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