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De un frontón neomudéjar a un templo románico: las guerras abiertas por el Patrimonio Cultural amenazado en Madrid

Convento de las Damas Apostólicas en Madrid

Paula Corroto

El cambio de los equipos de gobierno en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid también ha traído modificaciones en las direcciones generales de Patrimonio. En el consistorio, este puesto lo ostenta Luis Lafuente, quien ya fuera director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural en la época del popular Íñigo Méndez de Vigo al frente del Ministerio de Educación y Cultura. En la Comunidad, de momento, se mantiene vacante, una vez que la anterior responsable, Paloma Sobrini, haya sido designada directora de Arquitectura y Patrimonio del ayuntamiento.

Es en estas áreas, que dependen ambas de las carteras de Cultura, donde se decide la protección de los edificios históricos –mediante la declaración de Bien de Interés Cultural y su inclusión en el catálogo de bienes culturales- o qué hacer, por ejemplo, con restos arqueológicos que aparecen tras una excavación por unas obras en la capital o los municipios madrileños. Y hay varios asuntos enfangados en la Administración, que han supuesto un conflicto entre asociaciones en defensa del patrimonio, empresas que han comprado los terrenos o los edificios, particulares y la propia Administración. Muchos de estos temas son, además, bien conocidos por el actual alcalde, José Luis Almeida, que fue el director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid entre 2007 y 2011.

La arquitectura de las cocheras de Cuatro Caminos

Estas cocheras que cuentan con elementos que, según la asociación Madrid, Ciudad y Patrimonio (MCyP) pertenecen al arquitecto Antonio Palacios, es uno de los asuntos que más quebraderos ha generado y aún hay varios recursos en los tribunales. Son los talleres y cocheras con los que se inició el metro de Madrid en 1918, siendo una de las instalaciones industriales de suburbano más antiguas de Europa.

Sin embargo, este terreno, que pertenecía a Metro de Madrid, fue vendido en 2014 a la empresa Ibosa, que inició un proyecto para la construcción de 443 viviendas gestionado por la cooperativa Metropolitan. A partir de ahí comenzaron los problemas, puesto que asociaciones vecinales defendieron el valor artístico y cultural de estas estructuras mientras los cooperativistas luchaban por la construcción de las viviendas.

Después de varias idas y venidas de informes para su protección entre el ayuntamiento y la comunidad finalmente fue denegada la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) por la comunidad de Madrid, pero el Ayuntamiento sí decidió la protección de algunas partes: la embocadura del túnel, los restos de fachada de la casa Tuduri a la calle Esquilache y el cerramiento lateral de la nave-cochera a la calle Esquilache.

En el pleno del pasado 29 de julio, ya con el PP y Cs en el Gobierno, se decidió que comenzara el proyecto urbanístico de las viviendas con los votos de todos los partidos, excepto el PSOE. Pero las obras aún no han comenzado porque, como señalan desde MCyP, “tiene que haber un proyecto de parcelación, una solicitud de licencia, concesión de licencia… Aún podría pasar un año”.

Además, existen dos recursos interpuestos por esta asociación que han sido admitidos a trámite por el TSJM, uno respecto al patrimonio y el valor que tienen las cocheras, y otro de carácter urbanístico, que si salieran delante de forma satisfactoria para la asociación podrían anular el proyecto de las viviendas, si bien desde el Ayuntamiento del PP han insistido estos días en que el plan saldrá adelante.

Desde MCyP argumentan que podría darse el caso de que “se anulara el plan y no tengamos ni el patrimonio ni las viviendas. Quedaría como un solar vacío”. “Un desastre total” que la asociación achaca a “una imprudencia política por escenificar el cambio”.

El Convento neomudéjar de las Damas Apostólicas del Paseo de la Habana

El edificio que en 1929 diseñó el arquitecto Críspulo Moro en el actual Paseo de la Habana estaba entonces un tanto retirado del centro de la ciudad. De estilo neomudéjar y modernista, fue construido para alojar a las novicias de la Congregación de las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón, una comunidad de monjas que había sido creada por la aristócrata asturiana Luz Casanova. El edificio se rodeó además de un amplio jardín arbolado.

Las novicias comenzaron a vivir allí en 1930 y estuvieron hasta 2017, cuando las que quedaban – no muchas porque las vocaciones para monja han bajado unos enteros desde aquel 1929- decidieron vender el edificio, demasiado grande para ellas y con un jardín que ya no podían cuidar (muchas de ellas son de edad avanzada). Lo compró la promotora Global Alchiba para demolerlo y construir una residencia de estudiantes. Y ahí comenzaron los problemas, ya que los vecinos de la zona, una de las más adineradas de Madrid, empezaron a luchar por mantener toda la estructura y también el jardín.

En un principio parecía que no iba a haber problemas ya que el edificio debería estar sujeto a protección por estar construido antes de 1936, según la ley Ley 3/2013 de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, pero los vecinos se dieron cuenta de que este edificio no estaba incluido en el catálogo de bienes protegidos, que gestiona y actualiza el consistorio. Primer fallo que desembocó en que la empresa entrara con la maquinaria y destruyera parte de la estructura. Ante las quejas, finalmente la Comunidad de Madrid le otorgó la protección de Bien de Intéres Patrimonial (BIP), con lo cual quedaba protegido en parte, pero no así el jardín.

La última decisión se tomó en julio pasado, cuando el nuevo ayuntamiento decidió que se pondría a salvo el edificio y una pequeña parte del jardín, dejando fuera de la protección más de una hectárea de jardines y huertas del convento. Pero los vecinos quieren defender el edificio entero y el jardín en su totalidad y ahora se está en pleno proceso de alegaciones.

Como señalan desde MCyP, la problemática con esta estructura deviene de no haberla incluido en su día en el catálogo de bienes protegidos y no haber tenido en cuenta la ley de Patrimonio. De hecho, justo enfrente se encuentra el solar de la huerta Hortalaya, diseñada por Casto Fernández-Shaw, arquitecto modernista del estudio de Antonio Palacios, y que al no estar incluida en el catálogo de bienes protegidos fue adquirida por el Grupo Ibosa –el mismo que el de las cocheras de Cuatro Caminos- por 70 millones de euros el pasado julio para la construcción de viviendas de lujo.

“Hay muchos edificios que no están en el catálogo y otros que sí están y ni siquiera se protegen, como la casa Vallet de Goytisolo en Ciudad Lineal, de 1958, o la casa particular del arquitecto Secundino Zuazo en Ciudad Universitaria”, sostienen desde esta asociación en relación al abandono que sufre el patrimonio madrileño “desde hace décadas”.

El gran lastre es que “el catálogo no se actualiza desde que se publicó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en 1997 y solo ha habido modificaciones puntuales, pero no se ha hecho una revisión del mismo”, apostillan.

Ermita románica de Santa María la Antigua y alrededores en Carabanchel

La Ermita de Santa María la Antigua, en Carabanchel, es un templo románico-mudéjar del siglo XIII, el más antiguo que hay en la capital. En 1981, el Ministerio de Cultura se declaró la iglesia monumento histórico-artístico de interés provincial, estableciéndose así la necesaria protección legal del edificio.

En la anterior legislatura se iniciaron las obras de rehabilitación. Sin embargo, lo que preocupa es el entorno, que permanece prácticamente abandonado. Muy cerca se encontraba la cárcel de Carabanchel, inaugurada en 1944 y cerrada en 1998. Su demolición comenzó en 2008 y lo que hoy se puede ver en este solar son ruinas. “Se podría haber hecho un centro por la memoria y por la paz. Que al menos se dejase en pie la rotonda central con la cúpula; se podría haber reciclado y haber tenido un uso público, pero no se hizo”, lamentan desde MCyP, donde también ven con preocupación lo que puede pasar con los restos arqueológicos romanos que hay en la zona: “Sería una oportunidad para reivindicar espacios culturales en Carabanchel, y que no sea solo un barrio residencial de segunda categoría”.

En este barrio se encuentra también la Finca de Vistalegre, propiedad hoy de la Comunidad de Madrid, y que aloja en su interior el Palacio del Marqués de Salamanca, inaugurado en 1824, y que después de numerosas vicisitudes históricas -acabó muy deteriorado tras la Guerra Civil- ha quedado en desuso a pesar de algunos intentos por impulsarlo (Esperanza Aguirre quiso que fuera un campus de la privada Universidad de Nueva York).

“Es un conjunto importante, y tendría un gran valor recuperar este palacio. También habría que recuperar la finca de forma integral, eliminando aquellos edificios que no tengan un valor real”, señalan desde MCyP.

Restos arqueológicos en Plaza de España y El Retiro

Hace unas semanas las excavaciones de las obras de la Plaza de España descubrieron restos arqueológicos que se creen parte de las antiguas Caballerizas Reales levantadas durante el reinado de Felipe II, si bien otros expertos apuntan a que pueden ser de la época de Carlos III (están muy cerca del Palacio Real). También hace unos días aparecieron restos en las obras que se están llevando a cabo en el paseo de México del Parque del Retiro, que pudieran pertenecer a diversas ermitas del siglo XVII que rodeaban un estanque navegable que existía cuando el parque aún era propiedad de los reyes. Le toca ahora a Patrimonio de la Comunidad de Madrid decidir qué hacer al respecto.

Desde MCyP temen que suceda “lo que casi siempre suele ocurrir con los restos: extraen los pedazos, los llevan a un museo y ya está. Ya ocurrió con los vestigios del Alcázar”. Los restos de la antigua Casa del Tesoro, donde vivían artistas como Diego Velázquez, y el jardín de la Reina se descubrieron con la reforma de la Plaza de Oriente en 1996. Entró la piqueta, se recogieron y nada quedó en el lugar de estas antiguas estructuras.

“Si saliera una dimensión lo suficientemente importante desde el punto de vista arquitectónico, igual se plantean hacer algo. Si son unos trazos en el suelo, dirán 'aquí estaban', y se acabó”, lamentan desde MCyP, que también recuerdan que uno de los problemas es que en Madrid no existe una dirección general de Arqueología: “No hay arqueólogos en plantilla para evaluar estas cosas”.

El histórico frontón Beti Jai

Este frontón de pelota vasca situado en el barrio de Chamberí fue inaugurado en 1894 siguiendo un estilo neomudéjar en varias de sus partes y con arquitectura de hierro típica del siglo XIX. Fue proyectado por el arquitecto Joaquín Rucoba y hasta 1918 gozó de mucha actividad. Sin embargo, con el tiempo cayó en un estado ruinoso y al final fue abandonado. No fue hasta 2011 cuando fue declarado Bien de Interés Cultural con Almeida al frente de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid.

Las obras de rehabilitación, puestas en marcha en la anterior legislatura, comenzaron en 2017 y han acabado en junio de este año, pero todavía no ha sido abierto al público, ya que todavía falta un plan para concretar el uso y habilitar su funcionalidad, que tendrá que poner en marcha el ayuntamiento. Desde asociaciones como MCyP y la plataforma Salvemos el Beti Jai, que han luchado por que esta estructura no acabara como una escombrera, esperan que no tengan que pasar otros cien años para que se puede disfrutar de sus instalaciones.

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