La voracidad cultural de Carlos Pérez, “el hombre-museo”

Uno de los últimos proyectos que rondaba por la mente del experto en arte y pedagogo Carlos Pérez (València 1947-2013) era una exposición relacionada con la isla de Corfú (Grecia) y con el escritor, ilustrador y artista Edward Lear (1812-1888). Su preparación incluía una “ambiciosa expedición” al estudio del artista y una visita a la isla griega.

“No pudo ser”, cuenta Francesc Pérez Moragón, comisario de la exposición El viaje a Corfú. Carlos Pérez. El hombre-museo y, sobre todo, gran amigo y conocedor de los universos de Carlos Pérez. La muestra, inaugurada este viernes en el Centre del Carme y que se podrá visitar hasta el 24 de mayo, propone un recorrido por la vida de quien ejerció, entre 1989 y 2013, diversas funciones en museos como el Muvim, el IVAM o el Centro de Arte Reina Sofía.

El viaje por la sala que lleva su nombre desde 2017 visita sus intereses, sus curiosidades, sus pequeñas y grandes colecciones, o los innumerables carteles de exposiciones en las que participó como comisario, coordinador, colaborador de catálogos, promotor o autor de textos. En resumen, un paseo por su “voracidad cultural” y sus gustos por la modernidad, las artes y la cultura urbana.

El título El viaje a Corfú es un homenaje a ese último proyecto que no pudo llevar a cabo y reúne una buena muestra de todas las actividades que impulsó y de las que formó parte, así como otros tantos objetos, libros, juguetes didácticos, catálogos y fotografías, de las colecciones personales que guardaba en su casa de la Finca Roja. Incluso han trasladado su piano con la misma decoración que tenía él y una selección de su música favorita ambienta la sala.

“Esta exposición nos adentra en el pensamiento de una de las personalidades más destacadas de la cultura valenciana de las últimas décadas. ‘Viaje a Corfú’ es una invitación a descubrir a Carlos Pérez, una figura inspiradora para todos los que lo rodearon y una persona clave para la modernización de la museografía y la pedagogía en la cultura”, explicaba durante la presentación la secretaria autonómica de Cultura i Esport, Raquel Tamarit.

El director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, se ha referido a la exposición como “una deuda de València a un personaje que hizo por romper con lo que se entendía por alta y baja cultura”, lleno de “ideas revolucionarias”, que influyeron a “numerosas generaciones de creadores”. “Una persona capaz de cambiar el mundo”, definía Pérez Pont, quien ha comparado la identidad del Centre del Carme con lo que Carlos Pérez entendía como cultura.

Junto con la exposición también se ha publicado un catálogo con textos de personas que lo conocieron como Salvador Albiñana, Adolf Beltran, Juan Manuel Bonet, Vicente Ferrer Azcoiti, Jorge García, Vicente García Huidobro, Mercè Ibarz, Françoise Lévèque, Joan Llinares, Josep Monter y Claustre Rafart.

Un hombre que “se salía de los márgenes”

Carlos Pérez supo coordinar todo sus conocimientos como pedagogo, escritor, museógrafo y experto en las vanguardias artísticas del siglo XX, y reflejarlos en el resultado de sus trabajos. A través de esta muestra, se ha querido recuperar “la mirada aguda y crítica”, que quienes lo conocieron cuentan que le caracterizaba, junto a “una gran capacidad de trabajo y de ilusión por las cosas bien hechas, frente a un ambiente no siempre favorable”.

Un hombre, tal como describen los comisarios, que “se salía de los márgenes de lo convencional”. Como pedagogo, trabajó con niños y niñas con problemas auditivos, creó un taller ocupacional y diseñó juguetes infantiles, inspirándose en la lección de Montessori, Decroly o Freinet. Fue director general de Servicios Sociales de la Generalitat (1983-1986). Buena parte de esos proyectos están en la exposición.

El también comisario de la muestra y amigo de Carlos Pérez, Rafael Ramírez Blanco, ha añadido que no es tanto un homenaje como una “manera de ver la cultura que fue truncada por la corrupción”. “Carlos no veía diferencias entre lo privado y lo público, su actividad era siempre comprometida”, ha señalado.

“En València en los años 70 había una concepción de las exposiciones, de la museografía, elitista o casi anacrónica. El IVAM se creó en torno a la figura de Julio González que ya se considera vanguardia, pero él hace otras aportaciones de otras vanguardias europeas, de entreguerras”, explicaban los comisarios en referencia a disciplinas como la fotografía artística, el reportaje fotográfico, el cartelismo, la tipografía, el teatro o el circo. “Cuestiones que eran habituales para el público pero que en aquel momento no se consideraba que fueran dignas de un museo”.

En el itinerario de su fascinación por las vanguardias artísticas, dedicó también una atención especial al poeta Vicente Huidobro (1893-1949). En Madrid, comisarió con Miguel Valle Inclán la exposición Salle XIV. Vicente Huidobro y las artes plásticas, en 2001, presentada después en Chile. A raíz de ello, preparó un facsímil de los tres números de la revista Creación/Création 1921-1924, fundada y dirigida por el escritor chileno y publicada en Madrid y después en París.

“Era una enciclopedia cultural y aquí lo podéis conocer en estado puro”, resumía Ramírez sobre el legado de Carlos Pérez, “el hombre-museo”.