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Un aire limpio para una ciudad saludable

Un atasco en la V-30 en Valencia

Xavier Querol, Avelino Corma, Marian Sintes, Ferran Ballester, Josep Lluís Barona, Carme Miquel, Joan Olmos, Maria Àngels Ull, Vicent Torres, Xosé Manuel Souto, Maria Josep Picó, Carme Barona, Rafael Ortí, Amparo Vilches, Enrique Mantilla, Joan Romero, Martí Domínguez, Carles Dolç, Fernando Gaja, Daniel Gil Pérez, Rafael Rivera y José M. Felisi

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Las persones abajo firmantes, procedentes del mundo académico, investigador, educativo y sanitario,

Manifestamos:

1.- Que hemos aprendido, como habitantes de ciudades europeas, que “los actuales niveles de consumo de recursos nos hacen especialmente responsables de muchos problemas ambientales a los que se enfrenta la Humanidad”, como recogía en 1994 la Carta de las ciudades europeas hacia sostenibilidad, conocida como Carta de Aalborg, que al mismo tiempo afirmaba: “Estamos convencidas de que la vida humana en nuestro planeta no puede ser sostenible sin unas comunidades locales viables”.

2.- Al mismo tiempo, las instituciones sanitarias están advirtiendo y denunciando las graves consecuencias de la contaminación del aire de las ciudades, responsable de miles de muertes prematuras anualmente por enfermedades cardiovasculares y respiratorias (agudas y crónicas, incluido el asma), y cáncer de pulmón, tal como alerta la Organización Mundial de la Salud y corroboran estudios epidemiológicos de nuestro ámbito más próximo. La población infantil, en etapa de desarrollo psíquico y físico, es especialmente vulnerable, por lo cual se compromete en mayor grado su salud actual y futura.

Existen también estudios del beneficio que obtenemos cuando se reduce la contaminación en las ciudades, como la clara disminución de la mortalidad en Dublín cuando se aplicó la prohibición del uso de carbón y turba en las calefacciones domésticas, o el 60% de descenso en la mortalidad atribuible a la contaminación del aire desde 1990 a 2015 en la UE-28 que mostró la Agencia Europea de Medio Ambiente en su informe de 2018.

3.- La participación determinante de los vehículos motorizados en la contaminación ambiental —incluida la sónica— y, por tanto, en la salud pública, resulta ya científicamente incuestionable. Los responsables, entre otros, son las emisiones de gases como el dióxido y el monóxido de carbono, y las partículas en suspensión (provenientes en gran parte de los motores de los vehículos y del desgaste de frenos, ruedas y pavimentos), partículas ultrafinas y óxidos de nitrógeno (estos dos en gran parte provenientes de los tubos de escape). El dióxido de carbono , además, es un gas de efecto invernadero y por tanto de gran influencia en el Cambio Climático.

Por eso, resulta indispensable para una ciudad viable y saludable, reducir la movilidad obligada y dejar de fomentar el uso innecesario de los vehículos motorizados. Además de la contaminación, los vehículos han monopolizado la ocupación del espacio público y han apartado a la población infantil de las calles, contribuyendo a su sedentarismo.

4.- También sabemos que nuevas políticas urbanas están generando modelos de transición hacia unas ciudades humanizadas y sanas, con medios de transporte respetuosos con la gente y con el medio ambiente. Estocolmo, Berlín, París, Londres, Milán, Montpellier, sirven a modo de ejemplo tal como se expuso en la jornada “El reto de un aire más saludable en nuestras ciudades” celebrada en Valencia el pasado día 16 de febrero.

5.- Un nuevo urbanismo puede contribuir a la mejora de la salud pública: luchando contra la contaminación de todo tipo, fomentando nuevos hábitos de movilidad, en especial diseñando caminos seguros y saludables para los viandantes, ampliando el arbolado, reverdeciendo nuestras calles y plazas. También haciendo frente al Cambio Climático, provocado entre otros por la utilización de los combustibles fósiles. Estas prácticas, además, ahorran importantes recursos sanitarios y ayudan especialmente a los colectivos sociales más vulnerables. Por lo tanto, la apuesta para favorecer los medios de desplazamiento más respetuosos con la salud y el medio ambiente, como por ejemplo andar, la bicicleta o el transporte colectivo, tendrían que contar con el más amplio apoyo político y ciudadano.

Por todo esto,

Animamos a los habitantes de nuestras ciudades a reclamar a sus gobiernos medidas audaces y urgentes para garantizar el derecho a la protección de la salud y a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo personal, derechos básicos recogidos en la Constitución española en sus artículos 43 y 45.

Consideramos que hay que exigir a los gobiernos ir más allá de las declaraciones genéricas en defensa del medio ambiente urbano, desarrollando proyectos para reducir de manera sustancial la contaminación del aire y aumentando el arbolado de calles y plazas. En esa tarea es necesaria la colaboración y la complicidad de las instituciones sanitarias y educativas, así como la de los medios de comunicación.

Pedimos a los gobiernos locales, autonómicos y estatales que apliquen medidas concretas para reducir la movilidad motorizada, restringiendo el acceso a las ciudades de los vehículos con motor de combustión, en lugar de continuar aumentando la red viaria para automóviles y camiones. Protegiendo a los sectores sociales más vulnerables, garantizando los derechos de los viandantes, potenciando la proximidad a los servicios y equipamientos, favoreciendo la movilidad no motorizada, el transporte público y en particular el ferrocarril.

Este es el único camino para situarnos en el grupo de las ciudades europeas más amables y saludables.

En la Ciudad de València, a 1 de marzo de 2019.

Xavier Querol, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Premio Rey Jaime I 2013 sobre Protección del Medio Ambiente.

Avelino Corma, Investigador (UPV-CSIC). Premio Príncipe de Asturias de de Investigación Científica y Técnica.

Marian Sintes, Médica de familia y comunitaria, Centro de Salud P. Jofré, València.

Ferran Ballester, Profesor Titular Dep. Enfermería UV. Investigador FISABIO-Salud Pública y CIBERESP.

Josep Lluís Barona, Catedrático de Historia de la Medicina, UV.

Carme Miquel, Maestra, escritora. Académica de pleno de la Acadèmia Valenciana de la Llengua.

Joan Olmos, Profesor Titular de Urbanismo, UPV.

Maria Àngels Ull, Profesora Titular de Bioquímica Molecular y Biología, UV.

Vicent Torres, Dr. en Economía, ex profesor UPV.

Xosé Manuel Souto, Catedrático UV. Director del Máster en profesorado de Secundaria.

Maria Josep Picó, periodista ambiental, profesora de Ciencias de la Comunicación, UJI.

Carme Barona, Médica de Salud Pública, Jefa del Servicio de de Planificación i Evaluación de Políticas de Salud (G.V.)

Rafael Ortí, Jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Clínico de València.

Amparo Vilches, Catedrática UV. Dep. Didáctica de les Ciencias Experimentales y Sociales.

Enrique Mantilla, Investigador de la Fundación de la Comunitat Valenciana del CEAM.

Joan Romero, Catedrático de Geografía Humana, UV.

Martí Domínguez, Escritor y profesor de Periodismo de la Universitat de València. Director de la revista Mètode.

Carles Dolç, Arquitecto urbanista.

Fernando Gaja, Profesor Titular de Urbanismo, UPV.

Daniel Gil Pérez, Catedrático del Dep. Didáctica de les Ciencias Experimentales y Sociales, UV.

Rafael Rivera, arquitecto, profesor de Urbanismo UPV.

José M. Felisi, ingeniero químico, plataforma “València per l'aire”.

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