El Sandy, los muertos y la política

Hay un periodismo marcado por las mismas preferencias que el modelo económico actual, en el que unos ciudadanos valen mucho más que otros. Las palabras de los que mandan son las que cuentan, las que trazan el camino y las que son escuchadas y divulgadas por esos medios de comunicación reforzadores de las estructuras.

Tampoco a la hora de morir todas las muertes son iguales. En las redacciones de los mass media siempre han circulado comentarios algo macabros y autocríticos que hacen referencia a este asunto.

“Un muerto occidental equivale a cincuenta muertos iraquíes y a cien congoleños”: Frases de este estilo muestran hasta qué punto está asumida esta realidad.

Hay muertos ligeros que se los lleva la indiferencia. Muertos que cuelgan olvidados de las páginas no escritas de la actualidad. Otros llenan periódicos y espacios en los informativos audiovisuales.

Se ha generado esta semana un debate en las redes sociales de Internet sobre el tratamiento que los medios de comunicación han dado en torno al huracán Sandy.

“Sandy ha matado a decenas de personas en el Caribe simplemente porque eran pobres. Pero los medios se preocupan por los veleros de Manhattan”, escribía una internauta en Twitter.

Antes de que el huracán se cobrara la primera víctima mortal en Estados Unidos los mass media estaban ya volcados en la cobertura sobre los posibles efectos del fenómeno meteorológico en territorio estadounidense. Finalmente el Sandy provocó más de un centenar de muertes en ese país. Cuando no se había registrado aún el primer fallecido, los grandes medios estaban ya entregados a la cobertura.

Sin embargo, que 71 personas murieran en el Caribe a causa del huracán -11 en Cuba, 54 en Haití, el país más pobre y maltratado del continente americano, afectado por una nueva crisis alimentaria tras el paso de la tormenta- apenas recibió atención mediática. No hubo interés por informar sobre el empeoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones de esos países tras el huracán.

Como dice un refugiado de Haití en este vídeo, “nadie sabe que existimos”:

Hay una tendencia a la empatía con las víctimas occidentales, fomentada por algunos mass media, por think-tanks, por el propio discurso dominante. En un ataque militar, un muerto europeo es noticia. Un muerto árabe de Oriente Medio, no. Se da valor a la vida en arreglo a la nacionalidad de la víctima.

En el Irak de 2003 morían miles de personas a causa de la violencia, y la mayoría de la población solo podía disfrutar de unas horas de suministro eléctrico diario, a causa, entre otras razones, de los destrozos causados por los bombardeos estadounidenses en diversas centrales eléctricas.

En julio de ese año, Nueva York se vio sumida en la oscuridad a causa de un corte de luz que dejó en la penumbra a parte de la costa este estadounidense. Un Times Square en blanco y negro, privado de sus clásicos letros luminosos y coloridos, fue la fotografía de portada de numerosos medios de comunicación.

En la ciudad estadounidense la ausencia de energía eléctrica no simbolizaba una amenaza mayor. En la capital iraquí la falta de luz era toda una metáfora del infierno en el que se estaba sumiendo el país. Nueva York fue portada en los medios occidentales durante días. Bagdad jamás habría sido portada por no tener energía eléctrica. De hecho llegó un momento en que si no había más de 50 muertos iraquíes diarios, no había noticia en Irak para buena parte de la prensa occidental.

En lo referido a la información sobre Estados Unidos, ningún análisis completo sobre el porqué de su enorme presencia en los medios puede obviar el hecho de que Washington es la primera potencia mundial. Casi todo lo que pasa por la “metrópoli” se eleva a la categoría de noticia.

Admitámoslo; se trata de una atención unidireccional: Si mañana hubiera un huracán Sandy en España, sus consecuencias no acapararían las portadas de los medios de comunicación estadounidenses.

Quejas en el buzón de la Defensora

Han llegado mensajes de queja a eldiario.es por la ausencia de noticias referidas a los efectos devastadores del Sandy. La portada de este medio se centró solo en analizar los efectos del huracán en la campaña electoral estadounidense.

“Si habláis del Sandy, tenéis que mencionar a los muertos, porque también son noticia. Ya sé que eldiario.es es un medio que se centra en la política y la economía, pero ¿qué es política? ¿Sólo las corbatas? ¿Que las zonas más pobres de Nueva York hayan sido las más afectadas no es política?”, protesta Carlos Jiménez en el buzón de la Defensora.

“No habéis dedicado una sola línea a decir el número de muertos estadounidenses que el huracán ha provocado. No veis a los muertos, solo a los políticos. Por no hablar de la total ausencia de Haití, Cuba o Jamaica, los otros países afectados. Los muertos de allí cuentan aún menos. Tendremos que formular la cínica pregunta de: ¿Cuántos muertos equivalen a un muerto de los nuestros?”, protesta Juan Valcárcel.

Nos encontramos aquí con una doble mirada “hacia arriba”. Se mira hacia arriba porque solo se presta atención a las dos personas que se disputan la presidencia de Estados Unidos y no a los afectados más directos del huracán Sandy. Es una práctica habitual, justificada en el hecho de que los que manejan el poder político manejan los hilos del mundo.

Se mira hacia arriba también porque dentro de la cobertura sobre el Sandy se pone solo el foco en Estados Unidos, no en los otros países del Caribe golpeados por el huracán.

Desde la mesa de edición de eldiario.es ofrecen esta respuesta a la Defensora:

“Eldiario.es es un medio que, por ahora, solo cubre la actualidad política y económica española. Estamos creciendo, pero aún no tenemos medios suficientes como para afrontar una cobertura internacional completa, aunque es algo que sí haremos más adelante. Por ahora, solo nos ocupamos puntualmente de algunos aspectos de la política internacional que, por su trascendencia, afectan a España y dentro de ese foco están las elecciones estadounidenses”.

Y prosiguen:

“Esa es la razón por la que nuestra cobertura de Sandy ha sido mínima. No hemos hablado de las víctimas que ha dejado esta tormenta tropical en Cuba y en Haití, pero tampoco de los muertos o los destrozos en Estados Unidos. Solo hemos tratado puntualmente este tema por sus posibles consecuencias dentro de las elecciones estadounidenses.”

Cierto es que este es un medio centrado por el momento en “política y economía españolas”, pero en una información -la primera en portada- sobre las repercusiones políticas del Sandy no habría estado de más incluir al menos una frase que mencionara a los muertos provocados por el huracán.

Olvidar a los muertos para rescatar el lado político del huracán podría entenderse como la negación de la fotografía completa de la realidad.

Hay aquí un planteamiento que merece la pena abordar:

Si aceptamos que solo debe prestarse atención a lo que afecta directamente a España, todas aquellas informaciones que proceden de -o se refieren a- quienes no tienen poder fuera de nuestras fronteras, no merecerían ser cubiertas.

Solo se informaría de lo que se cuece en ciertos despachos del mundo. Es una trampa enrevesada, porque los debates públicos se crean también a través de los relatos informativos.

Si mañana se registra otro gran tsunami en Indonesia, ¿lo cubriría eldiario.es? ¿mencionaría solo a las víctimas mortales españolas? ¿o solo a las que tienen poder político? ¿u optaría por informar tan solo de cómo el tsunami podría afectar a España y a las grandes potencias del planeta?

La comunidad de eldiario.es podría pensar que escribir sobre el Sandy sin mencionar a los muertos no se corresponde con la definición que eldiario.es hace de sí mismo: Un medio en defensa de los derechos humanos, con “el foco puesto en la política y la economía en su sentido más amplio: el que afecta a las personas más que a los partidos o a los mercados”.