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Los eventos meteorológicos extremos de 2019 provocan el mayor número de desplazados desde que se tienen registros

Decenas de personas se refugian en una escuela en Beira (Mozambique) tras el paso del ciclón Idai

Teguayco Pinto

El pasado mes de mayo el ciclón Fani obligó a más de 3,5 millones de personas de la India y Bangladesh a abandonar sus hogares. Apenas unos meses antes, otra tormenta provocó más de medio millón de desplazados en Mozambique. Estos son solo algunos de los fenómenos meteorológicos extremos que han provocado cientos de miles de desplazados durante los primeros seis meses de este año. En total, más de siete millones de personas han tenido que abandonar sus hogares, una cifra que marca el primer semestre de 2019 como el más desastroso desde que se tienen registros.

Los datos salen del Informe Mundial sobre Desplazamientos Internos publicado el pasado jueves y que concluyó que las inundaciones, deslizamientos de tierra, ciclones y otros eventos climáticos extremos desplazaron temporalmente a más personas en el primer semestre de este año que durante el mismo período de cualquier otro año desde 2003.

India y Bangladesh lideran la lista de los países más con mayor número de desplazados por desastres naturales, pero también aparecen países de otras regiones del planeta. La sequía que azota Somalia ha provocado más de 70.000 desplazados en lo que va de año, mientras que las cuencas del Amazonas y del Río de la Plata provocaron 389.000 nuevos desplazamientos en Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Las inundaciones también provocaron efectos importantes en Irán, con más de 500.000 desplazados o Etiopía, con 190.000, mientras que los deslizamientos de tierra provocados por la lluvias afectaron a casi 400.000 personas en Filipinas. También se han tenido en cuenta otros desastres no relacionados con el clima, como el terremoto que se produjo el pasado mes de junio en la provincia de Sichuan (China) y que afectó a unas 80.000 personas.

Con los datos obtenidos hasta ahora y en base a los registros históricos y lo que se sabe sobre la estacionalidad de los desastres relacionados con el clima, el informe estima que el número de personas que serán desplazadas a finales de 2019 se situará alrededor de 22 millones, una cifra que estaría entre las más altas jamás registradas.

Los eventos extremos son la nueva norma

Además, los nuevos datos se unen a los de un análisis publicado el pasado mes de mayo en la revista Global and Planetary Change y que concluía que el cambio climático ya se ha convertido en un factor más importante para las migraciones que los factores económicos y políticos en los países de origen.

Aunque a día de hoy solo unos pocos eventos se han podido atribuir directamente al calentamiento global, los investigadores llevan años advirtiendo de que una de las consecuencias de la crisis climática será el aumento en el número de fenómenos meteorológicos extremos y el informe destaca que “en el clima cambiante de hoy, el desplazamiento masivo provocado por eventos extremos se está convirtiendo en la norma”.

En este sentido, un estudio publicado el pasado mes de abril en la revista Science muestra cómo, en las últimas tres décadas, la velocidad del viento y la altura de las olas han aumentado en la mayoría de los océanos del planeta, lo que, unido a los efectos del cambio climático, aumentará la frecuencia de los temporales que causan destrozos e inundaciones en las costas.

Además, el aumento de estos eventos extremos es tal, que ha obligado a modificar los avisos del tiempo para la población y la Agencia Estatal de Meteorología está trabajando para que sus comunicaciones incluyan, no solo predicciones meteorológicas, sino también de impacto, de forma que los ciudadanos estén más preparados.

El clima también favorece la aparición de conflictos

Estudios anteriores también han mostrado cómo los eventos meteorológicos extremos pueden generar desplazados de forma indirecta, alterando la estabilidad sociopolítica de los países afectados, algo que ya había sido advertido en un informe del pentágono del año 2003, en el que se aseguraba que el aumento de esos fenómenos asociado al cambio climático supone “un grave riesgo para la estabilidad social, económica y política” del planeta.

En este sentido, un estudio publicado en 2015 mostró cómo el calentamiento global contribuyó a la sequía y al colapso del sector agrícola en Siria, provocando la inestabilidad en la región que posteriormente daría lugar al conflicto y al éxodo de refugiados. También una revisión de estudios más reciente, publicada en la revista Annual Review of Economics, mostró cómo las variaciones de temperaturas y de patrones de precipitación aumentan sistemáticamente el riesgo de conflicto.

Con todo, el nuevo informe, desarrollado por el Observatorio de Desplazamientos Internos (Ginebra, Suiza), también ofrece datos positivos, como la reducción en el número de muertos provocados por estos desastres naturales gracias a la concienciación de algunos gobiernos sobre la necesidad de actuar de forma preventiva.

“El desplazamiento sin precedentes provocado por el ciclón Fani oculta una historia de éxito, ya que los países realizaron evacuaciones preventivas que han salvado vidas”, asegura el informe. El documento compara las evacuaciones masivas en India y Bangladesh, que consiguieron que en ambos países se registraran menos de un centenar de víctimas mortales, con la falta de prevención en Mozambique, Malawi, Zimbabwe o Madagascar, donde el ciclón Idai dejó más de 1.000 fallecidos.

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