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Marruecos obstaculiza la renovación de los permisos de residencia de los inmigrantes

Marruecos obstaculiza la renovación de los permisos de residencia de los migrantes

Sonia Moreno

Tánger —

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El gobierno marroquí ha endurecido el proceso de renovación de residencia a las personas migrantes de origen subsahariano que se habían beneficiado de la campaña de regularización excepcional emprendida por Mohamed VI en 2014, según han denunciado los afectados y ha confirmado eldiario.es. Se trata de un nuevo obstáculo que algunas organizaciones interpretan como un paso más del aumento del control migratorio para evitar llegadas irregulares a la Unión Europea.

Hasta el momento, los migrantes que se habían beneficiado de alguna de las dos campañas de regularización en 2014 y 2016 tenían facilidades para renovar su tarjeta, solo se les pedía un certificado del alquiler de la vivienda. Después de la epidemia, a aquellos que han acudido a las comisarías de Tánger o Rabat para extender su plazo de estancia en el país se han encontrado con nuevos requisitos. El Gobierno marroquí les pide documentación adicional, como un contrato de trabajo en vigor. Un requisito complicado para muchos migrantes afectados, pues suelen trabajar en la economía informal.

Las personas migrantes de origen subsahariano dieron la voz de alarma la primera semana de julio, cuando comenzó la desescalada y acudieron a renovar su documentación en Rabat y Tánger. Actualmente es necesario presentar el contrato de trabajo o justificar un empleo por cuenta propia, atendiendo a las nuevas disposiciones institucionales. “Esto es una manera de que todos aquellos que trabajan en lo informal (que es una gran mayoría) y que no tienen un contrato formal o más bien regularizado no puedan acceder. Es como una criba más”, confirma una fuente oficial desde Rabat a eldiario.es.

Daniel (nombre ficticio) lleva ocho años en Marruecos trabajando en diferentes empleos, “aquí y allá”. Además de tener una cuenta bancaria, paga las cuotas de autónomos, y tiene una casa alquilada. Sin embargo, tras salir del confinamiento estuvo dos semanas estresado porque no le renovaban la ‘carte de sejour’ (tarjeta de residencia). “Fui hasta cuatro días seguidos, y cuando llegaba a casa, me volvían a contactar para pedirme algún papel”, explica en una entrevista en una café de Tánger.

“Actualmente nos exigen contrato de trabajo, cuenta bancaria, certificado de inscripción en la CNSS (seguridad social marroquí), tarjeta sanitaria, certificado de antecedentes penales, certificado médico, las tres últimas nóminas, etc. Mientras que anteriormente al grupo que se regularizó en la campaña real solo se les pedían el contrato de alquiler”, detalla Daniel después de varios días en trámites con la administración para regularizar su situación. “Los migrantes no tienen fuerza no saben qué hacer”, confiesa el ciudadano camerunés residente en Tánger.

“Hasta antes de la epidemia para renovar la residencia se solicitaba un justificante de alquiler de vivienda y el pasaporte en vigor, pero ahora exigen un contrato de trabajo válido que justifique que son regulares porque han estado trabajando, y así poder renovarles”, confirman fuentes institucionales a elDiario.es. En caso de no tener contrato, la tarjeta de emprendedor también se acepta porque “normalmente es lo que tienen como justificante, lo único, para renovar. Su negocio es como su garante”, continúan.

Entre los testimonios que circulan en las redes sociales, un migrante asegura haber invertido en Marruecos y haber montado una sociedad, pero su solicitud de renovación de la tarjeta de residencia le ha sido denegada. En un vídeo, Serge Guemou, un conocido activista del tejido asociativo de migrantes en Marruecos, aparece con un esparadrapo tapando su boca rodeado de maletas con su mujer y su hijo, simulando que se vuelve a su país.

“O te mandan a Tiznit o te expulsan a tu país”

“¿Es por el coronavirus o porque la economía está cayendo y Marruecos quiere echar a los migrantes?”, se pregunta una migrante residente del país. Para Hassane Amari, investigador y portavoz de Alarm Phone la respuesta la tiene el Estado, que “ha entendido que el objetivo de la mayoría de los migrantes que se acogieron a la regularización no es quedarse en Marruecos, sino que buscan una manera de ir a Europa”.

Los migrantes y las asociaciones temen que este cambio administrativo conduzca a una ola de desalojos de los migrantes. Esas son precisamente las consecuencias de la no renovación de la residencia, piensa Daniel, “o te mandan a Tiznit o te expulsan a tu país”.

“Es una estrategia del Estado, que va a poner muchas dificultades a los migrantes para que no renueven, y así repatriar y expulsar a la gente a quien rechacen la renovación de la tarjeta de residencia”, sostienen desde Alarm Phone. Además este investigador señala desde Oujda “la presión de la UE y de España” como causa de este endurecimiento administrativo.

El rey Mohamed VI cambió en 2014 la estrategia nacional de inmigración y asilo (SNIA) dirigida a que Marruecos, un país de tránsito para las personas refugiadas y migrantes, se convirtiese en un país de destino. Una estrategia alabada y apoyada por ACNUR que trabajó en estrecha colaboración con las autoridades marroquíes. De hecho, el Alto Comisionado Auxiliar para la Protección, Volker Türk, elogió los esfuerzos de Marruecos en materia de protección de las personas refugiadas en una visita a Rabat en 2017, destacando que el país magrebí “lanzó una serie de cambios de política sin precedentes desde 2014 en beneficio de los refugiados”.

Sin embargo, desde 2016 los migrantes en Tánger han denunciado que el último proceso de regularización no funcionó. “La mayoría de inmigrantes en Tánger y Nador están en tránsito y no quieren estar aquí. La realidad es que nosotros hemos hecho mucho. Algunos quieren aprovecharlo y otros no. No podemos hacer más de lo que hacemos, ni para los marroquíes. Ellos han tenido acceso a alojamiento social y a todos los programas del Gobierno. Pero no somos un país rico”, afirmó el año pasado el responsable de migración y vigilancia de fronteras del ministerio del Interior, Khalid Zerouali, durante una entrevista con elDiario.es

En los dos procesos de 2014 y 2016, Marruecos regularizó a aproximadamente 50.000 inmigrantes. De las cerca de 28.000 demandas de regularización presentadas, alrededor del 85% fueron aprobadas, según información del ministerio del Interior.

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