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Blackstone: un imperio con seis socimis y más de 22.000 casas edificado sobre la operación de Ana Botella

Claudio Boada, representante de Blackstone en España.

Diego Larrouy

El mayor fondo buitre del mundo, Blackstone, ha aprovechado los años de crisis en España para erigirse en un imperio del ladrillo en este país gracias a la adquisición de activos tóxicos procedentes de la banca pero también de vivienda pública. Este es el caso que ha sido condenado ahora por el Tribunal de Cuentas que reclama a la exalcaldesa de Madrid Ana Botella y a siete miembros de su equipo de Gobierno 25 millones de euros.

Aquel acuerdo, en 2013, fue una de las primeras operaciones de Blackstone en España. La primera fue la compra de una cartera de activos procedentes de Catalunya Banc. Desde entonces, no ha dejado de crecer hasta convertirse hoy en día en el propietario de seis socimis –tiene una séptima, Hispania, sobre la que lanzó una opa en julio– y en uno de los principales caseros de España, con más de 22.000 viviendas en alquiler.

El año 2018 ha sido activo para el grupo en cuanto a operaciones. La compañía ha obtenido esta misma semana el visto bueno para que su sexta socimi, Euripo, comenzara a cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil. En el MAB, esta sociedad se unirá con Torbel, Albirana, Testa, Corona y Fidere. 

Precisamente esta última es la sociedad en la que se integraron los activos de la EMVS cuya operación ha sido duramente criticada por el Tribunal de Cuentas en la sentencia conocida este viernes. Esta sociedad, que salió a cotizar al MAB en 2015, defendía en su folleto de información previa a salir a Bolsa que esta operación se realizó “a través de un proceso competitivo”. Ya en aquel documento asumía que la adquisición de vivienda pública suponía “un riesgo reputacional”.

Blackstone anunció el pasado año, aunque se ha cerrado en 2018, su mayor operación en España con la compra de más de 30.000 millones en activos tóxicos de Banco Popular tras su adquisición por parte de Banco Santander.

De este tipo de operaciones procede el grueso de sus activos inmobiliarios en España. La última socimi en salir a cotizar, Euripo, cuenta con viviendas procedentes de BBVA y Banco Popular, según informó en su folleto de incorporación al MAB. En este caso eran 1.600 viviendas las que directa o indirectamente estaban incluidas en la inmobiliaria, la mayoría desocupadas.

Los bajos precios de los activos inmobiliarios de los que se ha desprendido la banca y el aumento de los precios del alquiler han servido de aliciente a Blackstone para crear este imperio. Su principal hito en este sentido fue la toma de control de Testa Residencial, la mayor socimi española de vivienda en alquiler en España. Esta sociedad era propiedad de BBVA y Santander y también estaba participada por Acciona y Merlin. Actualmente es el dueño del 80% de esta inmobiliaria y el resto queda en manos de Santander.

Aunque una de cada cuatro socimis españolas dedicadas a la vivienda en alquiler llevan el sello de Blackstone, lo cierto es que las inversiones del fondo buitre en España van más allá del negocio residencial. Otro de sus hitos este 2018 ha sido la adquisición de Hispania, la mayor socimi hotelera. La empresa lanzó una opa antes del verano, con el objetivo de sacarla de Bolsa.

Sin embargo, es por el negocio residencial por el que se ha conocido fundamentalmente a Blackstone en España, con nombres muy conocidos como el de Fidere. Antes de la salida a Bolsa de Euripo, el fondo ya tenía cuatro socimis en este campo que acumulaban más del 80% de todas las viviendas en alquiler que controlaban estas inmobiliarias con ventajas fiscales. Según la documentación oficial de todas estas empresas, suma unas 22.000 casas en España.

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