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El BCE enfrenta el dilema de subir los tipos de interés y complicar la crisis bancaria o perder la credibilidad

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE).

Daniel Yebra

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El Banco Central Europeo (BCE) enfrenta el dilema de subir los tipos de interés y complicar la crisis bancaria, o puede optar por frenar y que la amenaza pase a ser una pérdida de la credibilidad y del control sobre el impacto de sus acciones sobre la inflación.

El consejo de gobierno de la institución decide este jueves si cumple con su compromiso de subir el 'precio' del dinero otros 0,5 puntos al 3,5% o si modera la agresividad de su lucha contra las subidas de precios y prioriza la estabilidad financiera. Hacia las tres de la tarde, la comunicación que haga su presidenta, Christine Lagarde, en la rueda de prensa posterior a la publicación del cambio en los tipos de interés será clave.

“Hacer lo que ha dicho [subir 0,5 puntos el 'precio' oficial del dinero]” es “arriesgarse a crear una crisis bancaria”, lamenta Francisco Quintana, director de estrategia de inversión en ING España. Pero “hacer lo que el mercado cree que va a hacer [subir solo 0,25 puntos los tipos de interés o no subirlos]” es “dañar una credibilidad que le ha costado años construir”, añade este experto.



Las turbulencias financieras de los últimos días, tras los colapsos del Silicon Valley Bank y del Signature Bank en Estados Unidos, son el primer aviso serio de las consecuencias de la verticalidad de las subidas de los tipos de interés de los bancos centrales. En julio, el BCE todavía mantenía el 'precio' del dinero en el 0%.

El aumento de tres puntos de estos tipos de interés de referencia [la Reserva Federal de Estados Unidos ha sido todavía más agresiva] en menos de un año ha incrementado los tipos de interés de todos las clases de deuda en los mercados financieros. Y eso significa que en general las carteras de deuda de los bancos, aseguradoras o fondos de inversión han perdido mucho valor de golpe.

En el mercado de deuda, las compras suben el precio y bajan el tipo de interés. Y al revés: las ventas bajan el precio y suben el tipo de interés. Esto es lo que viene ocurriendo masivamente en los últimos meses por las decisiones de los bancos centrales. Esta situación del mercado es precisamente lo que ha detonado la crisis en Silicon Valley Bank y lo que amenaza con hacer descarrilar a otras entidades. Mientras, el miedo a que los problemas del banco suizo Credit Suisse se trasladen al sistema financiero europeo son cada vez más evidentes.

Por eso, hasta ayer la prioridad absoluta de los bancos centrales era la inflación. Y para bajarla han buscado en los últimos meses ahogar el consumo de las familias y a las empresas que necesitan financiación con las subidas de los tipos de interés. Pero hoy, muchas voces piden que se paren a repensar esta estrategia, de manera que el primer objetivo pase a ser la estabilidad financiera. 

“Es preocupante que la mayoría de los economistas, incluidos los de los bancos centrales, estén ahora mismo más preocupados con la inflación que con una posible crisis bancaria generalizada. Para empezar una crisis bancaria nos llevaría automáticamente de la inflación a la deflación. Para seguir, la inflación, aunque cueste, se puede conseguir que baje. Una crisis bancaria es un caos y la mayor pesadilla de cualquier economía”, avisa Víctor Alvargonzález, fundador de Nextep Finance.

“Otra paradoja de nuestro tiempo. Quien finalmente conseguirá que se detenga la subida de tipos de interés no será la bajada de la inflación, sino la inestabilidad de bancos y entidades financieras”, reflexiona Carlos Martín Urriza, director del gabinete económico de CCOO.

“Si el martillo monetario del BCE —pensado para machacar la demanda— no sirve para apretar las tuercas de una inflación de oferta [relacionada con la energía, o con los cuellos de botella en el comercio mundial], su eficacia se ve ahora aún más comprometida por la estabilidad financiera”, concluye este experto.

Señales de alerta en los mercados

Algunas señales que se han producido en los mercados financieros desde el lunes han sido muy explícitas. Uno de los indicadores financieros más populares por su impacto directo en las cuotas mensuales de las hipotecas es el euríbor, que cotiza según la expectativa sobre los tipos de interés oficiales del BCE. Si supera el 'precio del dinero' de referencia significa que se prevén más aumentos. Si retrocede es que se estima que bajará.

Y este martes llegó a caer cerca de medio punto, hasta el 3,5%, desde el máximo de 2008 en el que cerró el pasado viernes. Este miércoles, rebotó ligeramente por encima del 3,6%, según se observa en el gráfico siguiente.



Este retroceso del euríbor muestra el giro que se ha producido en el universo financiero. Un cambio que es más evidente en la negociación de la deuda de corto plazo de los estados.

El interés que se exige en los mercados a la deuda alemana a dos años, la principal referencia para los plazos cortos en la eurozona, ha llegado a sufrir un desplome en apenas unos días de varias décimas, hasta el 2,5%. El de la de España, ha retrocedido del 3,5% al 2,7%, para el mismo plazo de dos años.



Este vencimiento es una de las referencias sobre dónde esperan los grandes inversores (fondos, bancos, aseguradoras...) que estén los tipos de interés oficiales próximamente en cada región monetaria. Con las caídas de rentabilidad están indicando que los bancos centrales frenarán los incrementos del 'precio del dinero'. En la crisis del euro, el BCE ya cometió un grave error al subir los tipos de interés en 2011. Una decisión que asfixió definitivamente a los países más endeudados, como Grecia o España, tras la crisis financiera que desató la caída de Lehman Brothers en 2008.

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