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Con costura, artesanía y ganadería, migrantes emprenden en Ecuador tras regresar de España

Con costura, artesanía y ganadería, migrantes emprenden en Ecuador tras regresar de España
Quito —

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Quito, 5 dic (EFE).- Un taller de costura, artesanías elaboradas con semillas de tagua e incluso una granja de cerdos se encuentran entre los emprendimientos que han visto la luz en este año en Ecuador a cargo de migrantes ecuatorianos que retornaron a su país desde España, a donde habían viajado para buscar sin éxito un futuro más próspero.

La falta de oportunidades, la precariedad y la dificultad para regularizar su situación fueron las dificultades que afrontaron estos ecuatorianos durante su estancia en España, antes de acogerse al programa 'Retorno Voluntario', que la Asociación Rumiñahui gestiona con fondos del Gobierno de España y de la Unión Europea (UE).

Con estas subvenciones, los beneficiarios reciben el billete de avión para el retorno a su país, 450 euros (unos 475 dólares) por cada miembro familiar que debe volver y hasta 6.000 euros (6.340 dólares) para poner en marcha un negocio, con el compromiso de no retornar al territorio europeo en el plazo de tres años.

En el transcurso de 2024, un total de 17 migrantes retornaron a Ecuador desde España bajo estas condiciones.

“Su retorno no lo hacen porque desean, sino que lo hacen por las circunstancias de no tener trabajo, no tener que alimentarse o donde dormir” explica Vladimir Paspuel, presidente de la Asociación Rumiñahui, que desarrolla este proyecto en Ecuador en alianza con la Fundación Vista Para Todos.

Del avión al taller de costura

Uno de estos casos es el de Mercedes (nombre ficticio para preservar su identidad por seguridad), de 43 años, quien después de cuatro meses entre Madrid y Pamplona en busca de oportunidades laborales que nunca llegaron, tuvo que regresar a casa debido a que su madre, quien cuidaba a sus hijos en Quito, cayó enferma.

Ahora, gracias a la asistencia económica consiguió reponer el taller de costura que tenía antes de poner rumboa España. “Cuando viajé, tuve que vender el taller porque me costó el vuelo muy caro y me quedé sin nada”, explicó a EFE.

En una pequeña sala de su propia casa, Mercedes prepara desde ropa deportiva hasta pijamas en diferentes tallas y colores con maquinaria especializada que pudo adquirir gracias a la contribución recibida.

“Es un gran apoyo que ayuden a que se regrese la gente y se reintegre, porque mucha gente, como mi persona mismo, tenemos que vender pensando en un futuro y a veces no es como uno lo piensa” afirmó.

Tallar nuevas oportunidades

Marta, de 65 años, viajó el pasado mes de febrero a Barcelona donde estuvo buscando una oportunidad hasta el 13 de septiembre, momento en el que volvió a Ecuador para retomar, con la ayuda prestada, su negocio de artesanías en tagua.

La mujer relató a EFE que salió de Ecuador rumbo a España al verse extorsionada por una de las bandas criminales más temidas del país. “Un buen día a las 6:00 de la mañana me llamaron y me dijeron que eran de la organización Los Lobos, que sabían que tenía una cevichería y que querían que les diera mensualmente un tanto (parte de los beneficios)”.

Tras este episodio decidió cerrar su negocio y viajar hasta España donde residía su hermana desde hace 30 años. Tras siete meses decidió que “ya no valía la pena estar luchando” y fue entonces cuando recurrió a Rumiñahui para comenzar su proceso de vuelta.

En la actualidad ha conseguido retomar la producción de bisutería y figuras hechas a partir de tagua, una ocupación en la que tiene más de 24 años de experiencia pero que fue interrumpida tras el terremoto que asoló la provincia costera de Manabí en 2016 (7,8 grados de magnitud) y que acabó con toda su maquinaría.

Granjear un futuro

“La experiencia en España sí fue dura para mi”, explica Soledad, de 40 años, quien estuvo medio año en Madrid donde encontró trabajos esporádicos como limpiadora de viviendas. Según contó a EFE, llegó a España con su hermana en busca de “algo mejor” pero “no fue como esperaba”.

Ahora, gracias al dinero recibido, celebra poder comenzar un nuevo negocio junto a su hogar dedicado a la crianza y venta de cerdos que, por el momento, “da para vivir” y sustenta su familia. Por el momento dispone de cinco ejemplares pequeños y uno algo más grande para criar, pero su intencón es hacer su producción “más grande y que haga más”.

Alexander Martínez

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