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La financiación europea de los ERTE se retrasa mientras Holanda quiere dejar para otoño la aprobación del fondo de recuperación

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la canciller alemana, Angela Merkel; y el primer ministro holandés, Mark Rutte, en Bruselas el 20 de junio de 2019.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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El centro de alerta de enfermedades de la UE, el ECDC, difundía este viernes dos cifras elocuentes: 170.603 personas fallecidas en la UE por coronavirus, y 1.460.676 personas contagiadas. Pues bien, con esas cifras encima de la mesa, junto con las previsiones de cerrar el año con una caída del PIB superior al 8% de media, según las previsiones del BCE, y con un primer trimestre en el que la caída de la zona euro fue del 3,6%, buena parte de las medidas aprobadas en abril –540.000 millones– aún no han entrado en vigor y el fondo anticrisis, que Bruselas quiere que sea de 750.000 millones, no está claro cuándo se aprobará ni cuándo empezará a llegar el dinero.

El 9 de abril el Eurogrupo aprobó movilizar 540.000 millones, de los cuales 100.000 millones serían para financiar los ERTE. Se suponía que los instrumentos estarían en marcha el 1 de junio, pero el único que lo está es la línea precautoria del fondo de rescates de la UE, 240.000 millones que nadie, salvo Chipre, quiere pedir por el estigma que le acompaña. 

Tanto los 200.000 millones del Banco Europeo de Inversiones para avalar empresas como los 100.000 millones del SURE para financiar ERTE están pendientes de las garantías de los Estados miembros para ponerlos en macha. En el caso del BEI, la cosa irá más rápida, porque vale con el 60% de las garantías. Pero en el caso del SURE, sólo arrancará cuando los 27 avalen los 25.000 millones necesarios para que la Comisión vaya a los mercados a conseguir los 100.000 millones que prestará a los países.

Según los cálculos de Bruselas, España podría aspirar hasta unos 15.000 millones, una cifra muy próxima a los 17.894 millones que el Gobierno incluyó como previsión en el Programa de Estabilidad de lo que se gastaría en ERTE.

España ha mostrado su interés públicamente por este programa. “Nos va a suponer un ahorro financiero y, además, políticamente nos interesa: es un instrumento que mutualiza deuda a través de la Comisión para proteger a las personas con problemas laborales. Nos gustaría que fuera permanente, no temporal”, explican fuentes del Gobierno.

Así, ya se han aprobado las garantías en el BOE y España será uno de los primeros países que, la próxima semana, aporte toda la documentación. Pero hay que esperar al resto. “Confiamos en que los procesos se cumplan en junio, aunque hay países que tienen procedimientos internos más farragosos. Y que entre en vigor en julio”.

En todo caso, los atrasos se acumulan en la medida en que la idea era que estuviera disponible el 1 de junio. 

Mientras, este 19 de junio se producirá la primera cumbre de líderes para debatir una propuesta concreta sobre el fondo de recuperación, la que ha presentado la Comisión Europea: 750.000 millones –500.000 en subvenciones y 250.000 en préstamos–. 

Las expectativas con esa cumbre por videoconferencia son tan bajas, que ya se habla de otra en torno al 9 de julio, esta sí presencial –todo el mundo en Bruselas coincide en que el fondo de reconstrucción y el presupuesto plurianual sólo puede acordarse cara a cara–. Pero incluso se habla de alguna más posterior.

“Este es realmente el comienzo del comienzo de la discusión”, advirtió el ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra, el jueves por la noche tras la reunión del Eurogrupo, fiando el acuerdo para otoño en vista de la “complejidad”.

“El acuerdo debe ser bueno para Europa y debe hacer justicia a la posición negociadora holandesa”, afirmó el ministro.

Países Bajos sigue siendo el país más refractario a la idea de un fondo ambicioso, hasta el punto de que los cuatro frugales  –Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia– están a punto de quedarse en tres, en tanto que Dinamarca se muestra más abierta a llegar a un acuerdo. Así, Holanda sigue encastillada en poner en duda todo: “Sigue poniendo problemas a la mayor [un fondo ambicioso], y pide que haya un análisis previo de las necesidades: está esperando a los detalles para justificar los 750.000 millones, y en todo caso sobre todo quieren que el fondo sea formado por préstamos”, explican fuentes de Economía.

España, en todo caso, mantiene la esperanza de que se pueda aprobar el fondo en julio, para que pueda comenzar a llegar algo de dinero en el último trimestre del año, mientras mira de reojo a Alemania. Y es que Alemania “está orientándose a su propuesta original” acordada con Francia: 500.000 millones en transferencias, una cifra que se aleja de los 750.000 de la Comisión Europea –de los cuales 500.000 son en transferencias y 250.000 en créditos–. “Alemania no está presentando, de momento, posiciones de negociación duras, es más bien una declaración de intenciones y una defensa de su propuesta original. No han dicho que sea inaceptable la propuesta de la Comisión Europea”, afirman las fuentes.

Mientras tanto, 170.603 personas fallecidas después, aún no se sabe de cuánto dinero será el fondo de recuperación frente al coronavirus; cuándo empezará a llegar ese dinero, si será en créditos o subvenciones, cuánto le tocará a cada uno y a cambio de qué.

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