Las ventas de los grandes comercios caen en noviembre tras dos meses positivos
Las ventas de los grandes comercios empezaron noviembre con mal pie. Las restricciones para atajar la segunda ola del coronavirus tuvieron un impacto directo en sus ingresos, según se desprende de una nueva estadística publicada por el INE que mide las ventas diarias de estas compañías. Si bien septiembre y octubre cerraron en positivo, los primeros quince días de noviembre registraron una caída del 3,4% respecto al mismo período de 2019.
Los nuevos datos del INE miden incrementos o descensos de facturación, pero no dan las cifras en bruto. Un aumento de facturación podría significar más productos vendidos, pero también una subida de precios. La estadística —publicada como experimental— complementará el índice de comercio al por menor (basado en encuestas), con datos mucho más detallados, pues proceden directamente de Hacienda.
Las grandes empresas de comercio minorista deben enviar a la Agencia Tributaria todos sus registros diarios de facturación en plazos de cuatro días. En esta categoría entran las que facturan más de seis millones al año. Mercadona, El Corte Inglés, IKEA, Decathlon... son el tipo de empresa que reflejan los datos. Aunque la mayoría de empresas de comercio minorista son muy pequeñas, de menos de dos asalariados, la mitad de la facturación del sector la hacen las grandes.
Por meses, el nuevo índice refleja lo bien que marchaban las ventas hasta marzo y cómo se desplomaron por completo entre marzo, abril y mayo, con caídas de hasta el 23%. Los comercios de alimentación permanecieron abiertos y el consumo en ellos, según han ido revelando los datos de gasto con tarjeta, prácticamente se duplicó.
Eso no evitó que el conjunto de ventas del sector se resintiera con el confinamiento. Julio y agosto tampoco fueron positivos. Solo en septiembre y octubre el dato ha sido mejor que el de 2019, con aumentos de entre el 2% y el 4%.
El gasto con tarjeta cae un 6% pese al Black Friday
La historia que cuentan las cifras del INE encaja con la del gasto con tarjetas bancarias. Según el último informe de BBVA, que mide la evolución del consumo a través de sus terminales en puntos de venta (TPV), ni siquiera el Black Friday consiguió salvar la debacle en noviembre. El gasto cayó un 6% con respecto al mismo mes del año anterior. La bajada habría sido mayor de no ser por las compras por internet, que registraron un enorme repunte (+21%) durante la semana de promociones, del 24 al 30 de noviembre.
Si no las tuviésemos en cuenta, la caída sería más dura: hasta un 12%, sumando gasto de tarjetas españolas y extranjeras (cuya actividad se mantiene bajo mínimos desde marzo). Los sectores más afectados siguen siendo el alojamiento (-76%), los viajes (-72%), el transporte (-43%), la moda (-38%) y los bares y restauración (-36%). Las compras de alimentación, libros, tecnología y servicios de internet no compensaron, resalta el informe.
La reducción del gasto va directamente ligada a las restricciones. Madrid, que no ha cerrado el comercio ni la hostelería, ha registrado un aumento del gasto del 5% interanual. Es la única provincia junto a Guadalajara con ese comportamiento. Por el contrario, los bares y restaurantes de Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Galicia, La Rioja, Murcia, Navarra y País Vasco han vivido un noviembre desolador, con caídas de gasto de hasta el 80%.
La llegada de la vacuna no solucionará de inmediato el consumo, sobre todo teniendo en cuenta que hasta finales de verano o principios de otoño de 2021 no volverá la “antigua normalidad”. Otra de las caras B de esta crisis es que la tasa de ahorro de las familias se está disparando. Y no solo porque las restricciones impiden gastar, sino por la incertidumbre. Que el miedo retraiga el consumo es una mala señal de cara a la recuperación.
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