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El regreso de Rodrigo Rato: reaparece en Madrid para “regenerar España” mientras escribe un libro

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Petra Mateos, Miguel Sebastián, Cristina Manzano y Rodrigo Rato, el pasado jueves.

Antonio M. Vélez

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Rodrigo Rato está de vuelta tras su paso por la cárcel y sin que su futuro judicial esté todavía despejado. El exvicepresidente del Gobierno y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) oficializó el pasado jueves su regreso a la cosa pública.

La excusa, una mesa de debate en el III Congreso Nacional de la Sociedad Civil, una organización que tiene como objetivo “un proyecto común de mejora y renovación de España”. El lema del congreso: “Regenerar España”. La ocasión, un diálogo sobre la confrontación Estados Unidos-China y sus consecuencias para Europa y España.

El escenario, una esquinita del pabellón Wizink en Madrid. A unos 20 minutos a pie del piso en el barrio de Salamanca en el que Rato fue detenido por agentes de Aduanas hace algo más de 7 años, dando inicio a un peregrinaje judicial que todavía colea.

Rato, como recordaba el viernes la periodista de la agencia Colpisa Amparo Estrada, volvía a la escena capitalina menos de una semana después de terminar de cumplir su pena de cuatro años y medio de prisión por apropiación indebida con las tarjetas ‘black’ de Caja Madrid y Bankia, cuya existencia desveló elDiario.es hace casi una década.

En el panel, a tres sillas del exvicepresidente (cada uno sentado en un extremo, casi sin mirarse), el ex gobernador del Banco de España cuando presidía Bankia, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que en su declaración en el juicio por la salida a Bolsa de la entidad (del que Rato salió absuelto) llegó a poner en entredicho la capacidad de Rato para dirigir la que en ese momento era la cuarta entidad del país.

En el centro, el moderador, el exministro del Gobierno Zapatero Miguel Sebastián, que introdujo al exvicepresidente con una frase ambigua: Rato “no necesita presentación”. Sebastián tuvo un recuerdo para el fallecido exministro Pedro Solbes, cuya presencia en esa mesa, dijo, estaba prevista hacía meses.

Ante un auditorio de unas cincuenta personas (media de edad: unos 65 años; el ex ministro Miguel Ángel Moratinos entre los asistentes), a Rato, voz firme y clara, aspecto algo desaliñado para su estándar, se le pudo ver relativamente cómodo durante sus intervenciones. Comenzó agradeciendo “en especial” su invitación al economista Aldo Olcese, especialista en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y presidente de la entidad organizadora del acto. 

“Prestar es muy fácil”

Fuera del contexto del debate, algunas de las reflexiones del expresidente de Bankia invitaron, al menos, a un arqueo de ceja, como cuando afirmó que “los problemas acaban explotando antes o después en todo tipo de regímenes” o que “prestar es muy fácil pero que te paguen no”.

Pero aquello, centrémonos, iba de geopolítica: “En un tiempo razonable, Europa no va a ser neutral” en la disputa entre China y Estados Unidos y, “por desgracia”, vivimos tiempos de proteccionismo, más a raíz de la guerra en Ucrania, “piedra de toque” en las relaciones con China. No confrontó con Fernández Ordóñez, que en su intervención cargó contra “los neoliberales” o el proceso de desglobalización.

Tras el acto, Rato atendió amablemente a la prensa y afirmó que ya había tenido otras apariciones públicas fuera de Madrid, pero esta era su primera aparición en la capital tras su salida de prisión. “Si me invitan a otros actos y me interesa el tema, iré”. También confirmó, sin dar más detalles, que está escribiendo un libro. No quiso avanzar la temática, ni plazos de publicación. 

El debate transcurrió paralelo a otra mesa que presidía otra socialista, María Teresa Fernández de la Vega, expresidenta del Consejo de Estado y exvicepresidenta del Gobierno, con la participación de Olcese y de Rafael Spottorno, ex jefe de la Casa Real que también fue condenado por las tarjetas Black.

Acabada la mesa, Rato no se quedó en el congreso, en el que tras su mesa estaba prevista otra charla con la vicepresidenta segunda del Congreso, Ana Pastor, la exvicepresidenta Carmen Calvo, el exministro Enrique Barón y Moratinos.

Tras saludar a unos cuantos asistentes (varios le pidieron fotografiarse con él, y Rato accedió), abandonó las dependencias del Wizink, entrada por la calle de Jorge Juan. Justo enfrente de la sede de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) que, recordará algún malpensado, inspiró la primera temporada de La casa de papel, la serie en la que los protagonistas pretendían llevarse un botín de 2.400 millones de euros, cifra que equivale al 10% de los más de 24.000 millones con los que el Estado tuvo que rescatar Bankia en 2012.

La entidad que invitó a Rato es, según su web, una asociación de naturaleza civil que “agrupa a un amplio conjunto de organizaciones e instituciones de pensamiento y de acción de la Sociedad Civil en torno a un proyecto común de mejora y renovación de España, con la misión de colaborar de manera leal, comprometida y responsable con los poderes públicos y las principales fuerzas políticas y el conjunto de la ciudadanía en el análisis, valoración y propuesta sobre cuestiones que afectan al bien común de los españoles y al interés general de la Nación”.

Impulsada por, entre otros, el exministro de Defensa Eduardo Serra, cuenta entre sus patrocinadores con grandes empresas como ACS, Abertis, Iberdrola, Telefónica, Mapfre, Coca-Cola, Santander, Barceló, Agbar o la estatal Renfe, además de la Generalitat Valenciana.

Rato fue condenado en firme en 2018 por el Tribunal Supremo junto a otras 63 personas por el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia e ingresó en prisión el 25 de octubre de ese año, aunque desde octubre de 2020 estaba en su domicilio bajo control telemático.

El ex presidente de Bankia todavía tiene pendiente en la Audiencia Provincial de Madrid el juicio junto con otras 16 personas por blanqueo de capitales, corrupción entre particulares y delitos fiscales. Se enfrenta a una petición de 70 años más de cárcel por, supuestamente, ocultar su fortuna en el extranjero cuando formaba parte del Gobierno o del FMI. Pero, por lo pronto, el autor del denominado 'milagro económico español' con José María Aznar ha vuelto a la palestra.

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