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Los trabajadores de Ryanair, en huelga: “Llevamos desde enero pidiendo un cambio y la empresa no ha hecho caso”

Varios trabajadores protestan en el aeropuerto de Barajas.

Jesús Travieso

Barajas —

Los trabajadores de Ryanair llevan desde esta madrugada en huelga. La demanda de que sus contratos sean españoles y no irlandeses, que no ha sido aceptada por la empresa, ha llevado al paro este miércoles y jueves a los empleados. Al menos 200 miembros del personal de cabina han secundado la huelga, según los trabajadores con los que ha hablado eldiario.es, que aseguran que llevan reclamando una mejora de sus condiciones desde enero. Y algunos de ellos denuncian presiones en forma de llamadas o emails para que no secundasen la movilización.

“Hay compañeros que han recibido llamadas o emails preguntando si iban a hacer huelga. Eso es ilegal, y ya lo hemos denunciado”, explica Sergio, uno de los tripulantes de cabina concentrado a las puertas de la terminal 1 del aeropuerto de Barajas. Para Sergio, estos paros han sido inevitables por la negativa de la aerolínea de negociar con ellos.

Junto a otras decenas de empleados, Sergio lleva desde las 4 de la mañana protestando por unas condiciones que no considera justas. “Tenemos muchas limitaciones en España por tener contratos irlandeses. Desde restricciones laborales hasta tener que contactar con administraciones irlandesas para hacer cualquier gestión”, explica. Lo mismo les ocurre con su aportaciones a la Seguridad Social, por la que cotizan “sólo por parte de los vuelos que operamos desde España”.

Otro de los tripulantes concentrados es Juan, que es uno de los que lleva la voz cantante en la protesta a las puertas del aeropuerto. “Ahora somos menos, ya que vinimos para la entrada de los compañeros de la mañana, que suele ser entre las 5 y las 7. Pero la gente está comprometida e irán viniendo”, explica el trabajador antes de irse a saludar a dos miembros de la compañía en Irlanda, que se han acercado a saludarles.

La situación en Barajas está marcada por el bullicio habitual de un día de julio, con largas colas en los puestos de facturación y en los controles de seguridad. En los mostradores de Ryanair las colas son más cortas de lo normal, según sus trabajadores. “Normalmente ocupan hasta el final del pasillo, y ahora la fila apenas pasa la primera columna”, dice otro tripulante de cabina que se niega a dar su nombre. Aunque reclama lo mismo que sus compañeros: “Mis derechos por trabajar en España”.

“Hay muchos pasajeros que se han acercado a preguntarnos por nuestra protesta. Y muchos, para apoyarnos”, celebran los empleados en huelga, que cantan “No quiero dinero, quiero mis derechos” y piden la dimisión del presidente de Ryanair, Michel O'leary.

Hay pasajeros que esta mañana se han encontrado con que su vuelo estaba cancelado. Es el caso de Otilio, que viajaba este miércoles a Pisa y que recibió un SMS con la cancelación cuando estaba en el parking del aeropuerto. “Cuando llegamos no estaba cancelado en las pantallas. Hemos pasado el control y todo, y al llegar a la puerta de embarque, cancelado”. Él iba junto a unos compañeros por trabajo a la ciudad italiana, y ahora espera para hacer una reclamación en los mostradores de atención al cliente.

El caso de Martín es distinto, aunque también está afectado por la huelga. “Voy a Bruselas. Hace una semana me avisaron de que lo cancelaban, pero ya no me daba tiempo a rehacer mis planes. Tuve que sacar otro vuelo en otra compañía que me ha costado 100 euros más”. Este joven espera que Ryanair le indemnice por lo ocurrido, y por eso hace cola en sus mostradores. “Al menos, por las molestias”, señala.

El caos también afecta a pasajeros cuyos vuelos tienen previsto despegar. Es lo que denuncia un grupo de jóvenes peruanos, que lamenta que en facturación les han mandado a Atención al cliente para lograr el sello que les permita moverse por la zona Schengen. “Normalmente te lo hacen al facturar la maleta, y ahora nos mandan a hacer otra cola cuando el vuelo sale en una hora. Es una vergüenza”, señala uno de ellos, cuyo destino es Londres.

Desde el sindicato USO, su responsable de vuelo, Ernesto Iglesias, denuncia que los servicios mínimos son excesivos. “El seguimiento es el que nos han permitido los servicios mínimos. Por eso hemos sugerido que los que tienen que trabajar intervengan en aterrizaje, despegue y situaciones de urgencia. Que el resto del vuelo estén en su asiento”, expone Iglesias.

Según este portavoz, las cancelaciones inesperadas en España vendrán de los paros en Bélgica, Italia o Portugal, donde “la empresa ha medido mal y no se esperaba tanta movilización”.

Iglesias insiste en que ahora no están hablando de salarios, sino de derechos laborales. “En Irlanda tienen menos días de vacaciones, no pagan mutuas, no existen permisos retribuidos... todo eso se están ahorrando en trabajadores españoles que viven en su país como si fueran turistas por estar contratados en otro país. Y Hacienda no hace nada”, asegura.

También denuncia que ya han sido advertidos de posibles casos esquirolaje en Lanzarote, donde, según su versión, la inspección de Trabajo ha localizado a un empleado londinense de Ryanair haciendo las tareas de sus compañeros españoles.

“No entienden la libertad sindical. Solo nos ofrecen que podamos votar a nuestros representantes, pero vetando a compañeros de otras empresas. Es no entender el sistema en España”, señala el responsable de USO, que califica de “matonismo” las advertencias de Ryanair de despedir a parte de su flota si continúan los paros. “No vamos a permitir estas amenazas”, sentencia.

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