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¿Qué hay detrás del fervor de los multimillonarios Soros y Slim por la inmobiliaria Realia?

Carlos Slim el magnate mexicano que está invertiendo cada vez más en España.

Marta Garijo

El ladrillo en España vuelve a recuperar el atractivo de los inversores tras el estallido de la burbuja. En este contexto, la inmobiliaria Realia ha pasado de ser una compañía con el cartel colgado de “se vende” pero que nadie quería comprar a despertar el interés de un gran inversor internacional como el mexicano Carlos Slim, que incluso se ha visto obligado a elevar el precio de su oferta.

En los últimos años, la situación de Realia ha sido un indicador de cómo ha ido evolucionando el ladrillo en España y cómo los grandes inversores han vuelto a fijar la vista en este sector. Un interés también mostrado por otra de las personas más ricas del planeta, George Soros, que, a través de su participación en la socimi Hispania, también intentó comprar la inmobiliaria el año pasado.

Slim, que ya controla un 30% de Realia a través de su participación en la constructora FCC, ha ofrecido ahora un precio de 0,8 euros por acción lo que supone mejorar en un 38% la oferta que lanzó en marzo para contrarrestar la de Soros. En aquel momento, ninguna de las dos ofertas fructificó, pero la última de Slim parece encaminada a prosperar.

En sus últimas cuentas presentadas el 30 de septiembre de 2015, Realia contaba con una cartera de suelo de 5.724.863 metros cuadrados brutos y 1.870.289 de metros cuadrados edificables. El 49% está situado en Madrid y zona centro. El interés en el inmobiliario (y por ende el repunte de precio) se sitúa sobre todo en las zonas prime de las grandes ciudades, por lo que esta cartera puede suponer una oportunidad de negocio en un posible escenario de rebote de precios impulsado por los grandes inversores.

En el primer semestre de 2015, la inversión inmobiliaria en España se situó en 8.434 millones de euros impulsada por la compraventa de Testa, la filial de patrimonio de Sacyr, que se quedó la socimi Merlin, una cifra que supera la contabilizada en los últimos ocho años, según la consultora inmobiliaria CBRE.

“Después de años parados el ladrillo ha vuelto a despertar el interés de los grandes inversores”, explica Luis Lorenzo de Dif Broker. Entre los puntos a favor de este interés se encuentran los bajos precios del residencial. “Se están comprando viviendas con muchísimo descuento, entran fondos para alquilar esperando rentas o esperando una recuperacion”, añade.

Esta mejora en las inversiones en el sector que se ha visto reflejada en las ofertas por Realia, aún está a años luz de los máximos de cotización de la burbuja cuando la acción de la inmobiliaria valía 6,8 euros. El precio de la compañía ha sufrido los vaivenes de sus pujas. La oferta de Hispania (Soros) de noviembre de 2014 arrastró al valor hasta cerca de sus mínimos (0,36 euros). Tras el anuncio de Slim la cotización ha escalado rápidamente por encima de la oferta del magnate mexicano.

El cartel de 'se vende' y la guerra de OPAS

El rumbo de la compañía cambió en 2013 cuando sus dos accionistas de control -la constructora FCC ligada a las Koplowitz y Bankia- anunciaron su decisión de ponerla en venta. FCC, con un 36%, quería salir del ladrillo en un momento complicado para sus cuentas mientras que Bankia, con un 24,95%, estaba obligada por Bruselas a desinvertir en sus empresas participadas.

A partir de ese momento, los rumores sobre quién compraba la inmobiliaria se fueron sucediendo. Desde Amancio Ortega, a través de Pontegadea, hasta otras empresas del sector como Colonial junto con el fondo inversor de Qatar o la inmobiliaria Torreal. Ninguna fructificó y el cartel seguía puesto pero el haz de relaciones de las Koplowitz (que lograron colocar parte de la constructora FCC al mismísimo Bill Gates) ha conseguido encontrar una pareja con buena dote para una de las pocas supervivientes del ladrillo español.

En noviembre de 2014, se produjo el anuncio de la oferta del millonario George Soros, aunque a un precio que los analistas calificaron en ese momento como de “derribo”. La OPA de Soros ofrecía 0,49 euros por acción, lo que suponía valorar a la compañía en 150 millones de euros. El consejo de administración rechazó la propuesta y en el interim la entrada de Slim como accionista de control en FCC cambió la decisión de la constructora de deshacerse de la inmobiliaria.

“Lo del año pasado fue un disparate (en referencia a la oferta de Hispania), fue publicidad gratuita, es como si te lanzo una OPA por Inditex a diez euros”, apunta Rodrigo García, analista de XTB. “Era una forma de dar a conocer que había una empresa con ese nombre, pero si te quieres hacer con una empresa vas a tener que hacer una oferta con prima sobre la cotización”, añade.

Tras la oferta de Hispania, Slim contraofertó a través de su brazo inmobiliario –Inmobiliario Carso– con una propuesta de 0,58 euros. En julio de 2015, Soros se retiró de la puja y decidió no mejorar su propuesta. Esto dejaba vía libre para que el empresario mexicano se hiciera con el control de la compañía, una vez que ya había adquirido la parte de Bankia en marzo en una operación de 44,48 millones de euros

Ahora falta por ver la opinión del consejo de administración de Realia y si la oferta sale adelante. En un punto de inflexión para el sector todavía está por ver si Carlos Slim se convierte en la nueva cara del ladrillo español.

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