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Más de tres millones de euros y 200 afectados en una gran estafa inmobiliaria en Baleares: “Nos han destrozado la vida”

Imagen de Mallorca Investment, empresa involucrada en la presunta estafa

Angy Galvín

“Nos han destrozado la vida. Hemos tenido mala suerte y hemos perdido más de 60.000 euros. Nuestro destino era caer”, comenta Joana (nombre ficticio), una de las víctimas por la presunta estafa inmobiliaria en Baleares, que supera los tres millones de euros estafados y ronda los 200 afectados. También ha acabado con la detención de ocho personas, las cuales habrían estafado en la venta de viviendas sobre plano: los afectados habrían pagado varias cantidades como señal, pero las viviendas no se construyeron y los promotores no devolvieron el dinero.

Las dos empresas que están bajo el punto de mira son Mallorca Investment y Lujo Casa y el presunto cabecilla de la trama es Carlos García, actualmente en busca y captura. Joana y su marido tramitaron la compra de su vivienda con él, confiados por la buena imagen de la inmobiliaria: “Carlos ocupaba un despacho en Mallorca Investment, aunque él dirigía Lujo Casa. Cuando Carlos se dio cuenta de que todo se iba a destapar, se separó de Mallorca Investment, montó una oficina que cerró a la semana siguiente y desapareció”.

Joana le perdió la vista a finales de marzo, unas semanas antes de que Carlos fuera denunciado por un grupo de afectados representados por el mismo abogado. Según ella, el cabecilla le respondió a algún correo electrónico, pero no era capaz de concretar nada: “Es un vende humo. Pero te puede la ilusión porque has dado mucho dinero, en nuestro caso una parte ahorrada y otra proveniente de un préstamo. Un préstamo a 10 años que nos asfixia cada mes”.

Viajes a Dubai y fiestas con Moët Chandon

En un comunicado, una parte de los afectados, representados por el abogado Bartolomé Salas, explican que las cantidades estafadas varían en función de cada caso: “La mayoría rondan los 30.000 euros aunque en algunos llegan hasta los 200.000”. Tachan a Carlos García de persona sin “escrúpulos”, capaz de quedarse con “el dinero de familias con hijos, de recién divorciados y jubilados”. “Nos queda rezar para que no se haya fundido nuestro dinero en casinos, hoteles de lujo y Moët Chandon”, comentan los damnificados en su escrito.

Joana también critica el nivel de vida de los presuntos estafadores: “En el Instagram de uno de los detenidos se pueden ver las fotos de los viajes a Dubai o a Cuba. En una de ellas está con Carlos y están bebiendo botellas de Moët Chandon”. En cambio, ella ha pegado “un bajón de salud” y sufre “ansiedad, malestar abdominal, y obviamente un desánimo del que es difícil salir”, comenta.

Añade que, en muchas ocasiones, los afectados han vivido “verdaderas desgracias”. En su caso, terminó comprando la casa porque otra persona, cansada de esperar a que se construyera, decidió echarse atrás. “Me alegro por él, pero yo lo he pagado caro”, comenta. “Estuve en el momento y el lugar equivocados, vimos el anuncio en Fotocasa anunciado por Mallorca Investment y nos gustó porque queríamos un piso grande para nuestros hijos”, añade.

Para cuando, a finales de marzo, desapareció Carlos García, Joana y su marido ya habían llegado a consultar y firmar varios documentos, como la memoria de calidades, el contrato de compraventa o la licencia de obras. Pero, cuando empezaron a buscar respuestas, como no encontraron más que silencios, las sospechas fueron creciendo. Finalmente, se convencieron de que eran víctimas de una estafa al comprobar que no empezaban las obras. “Quitaron hasta la caseta de obra del solar, al que íbamos con ilusión de vez en cuando”, recuerda Joana.

Críticas a la legislación

En el comunicado, los afectados critican que se haya derogado una ley de 1968 sobre las cantidades anticipadas percibidas en la construcción y venta de viviendas. Creen que ésta “brindaba cierta protección al comprador”. “Confiábamos en que al hacer el pago por transferencia nuestro dinero estaba protegido. Creímos entender que estas cuentas están controladas por los bancos y no es tan fácil sacar el dinero de ellas, aunque él lo movió a su antojo”.

Tras el gran número de estafas inmobiliarias que ocurrieron en los años del “boom” de la construcción, los afectados cuestionan cómo es posible que sigan “pasando estas cosas”. “¿Cómo puede ser que sea tan fácil estafar a alguien de esta manera? ¿Cómo las administraciones públicas y las leyes nos han dejado desamparados?”, se lamentan.

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