Los albergues: la tradición de prestar cobijo y ayuda al peregrino en el Camino de Santiago
Para llegar a Santiago no hay un solo camino, sino tantos como peregrinos que se dirigen a visitar al Apóstol. Y no ya solo por la ruta que siguen sus pies, sino por la experiencia interior que cada uno vive a lo largo de los kilómetros, los pueblos y las ciudades que va dejando a su paso. Jornada tras jornada, el cansancio se va acumulando y al final del día es necesario un lugar donde reponerse, descansar, pasar la noche y recargar fuerzas para continuar al día siguiente. Los albergues de peregrinos, repartidos por todas las rutas oficiales que llevan a Santiago, son ese alto en el camino tan ansiado y necesario que cuida a quienes se dirigen a Compostela.
A lo largo de los siglos, la acogida hospitalaria fue un hecho habitual en la sociedad medieval, e inspiró la fundación de centros específicos para el creciente número de peregrinos. Esta tradición de prestar cobijo y ayuda al peregrino fue asumida en 1993 por la Xunta de Galicia, y nació así una densa red de albergues públicos en las rutas jacobeas. Ya sea a través de edificios históricos restaurados y habilitados, o mediante modernos centros de nueva construcción, los albergues se han convertido en mucho más que un lugar donde pasar la noche. Estos refugios de peregrinos son el punto de encuentro ideal en el que compartir experiencias jornada tras jornada, donde hacer amistad con otros peregrinos y donde ir dando forma a ese camino que avanza al ritmo de nuestros pasos en esa peregrinación universal que es el Camino de Santiago.
El descanso del peregrino
Los albergues están abiertos para todos porque todos los peregrinos necesitan descansar, pero como su capacidad no es infinita, es necesario fijar un orden de prioridad para que quien más lo necesita no se quede sin cama. No está igual de cansado quien inicia ese día su camino que quien lleva varios días caminando, o quien lo hace a pie cargando con su mochila que quien viaja con coche de apoyo, por lo que es necesario marcar ciertas prioridades. De ese modo, los peregrinos con limitaciones físicas tienen preferencia ante todos los demás, y de hecho las personas con discapacidad son las únicas que pueden reservar su plaza con anterioridad. Les siguen en el orden de prioridad los peregrinos a pie, después los que hacen el camino a caballo, seguidos de los que lo hacen en bicicleta, los que cuentan con coche de apoyo y finalmente los que comienzan su camino en ese punto.
Para proporcionar el descanso tan ansiado por los peregrinos y ofrecerles las comodidades necesarias, todos los albergues de Galicia disponen de unos servicios básicos y comunes, que en algunos casos se pueden ver ampliados dependiendo de cada albergue. Por lo que además de una cama, en todos y como norma general, disponemos de baños con agua caliente, calefacción, servicio de cocina sin utensilios, lavadora y secadora de pago, comedor, una sala de estar en la que compartir tiempo con los demás peregrinos, tendedero, conexión WiFi y aparcamiento para bicicletas.
Para acceder a los albergues del Camino de Santiago los peregrinos no necesitan más que presentar su credencial de peregrino y abonar ocho euros por persona y día, lo que les da derecho a pasar la noche y a usar sus instalaciones. Están abiertos de 13:00h a 22:00h y es necesario abandonarlos antes de las ocho de la mañana. Salvo en caso de enfermedad u otra causa de fuerza mayor la estancia en los albergues está limitada a una noche, para así asegurar que nuevos peregrinos puedan descansar bajo su techo al día siguiente.
Albergues para todos y en todos los caminos
Como seguro que sabes, son muchos los caminos que llevan a Santiago, y por todos ellos transitan peregrinos que necesitan un buen descanso tras acumular en su cuerpo cada día kilómetros y kilómetros. Todas las rutas oficiales están bien nutridas de albergues. Desde el más popular, como es el Camino Francés, hasta los últimos en ser oficializados, como el Camino Portugués de la Costa. Y no solo hay albergues hasta llegar a Santiago, sino que estas instalaciones continúan en dirección a la costa para quienes realicen el Camino de Fisterra y Muxía.
Vayas desde donde vayas, en tierras gallegas tienes albergues asegurados en tu camino hacia el Apóstol. En el Camino Primitivo tienes albergues desde A Fonsagrada, en el Camino Inglés desde Neda, en el Camino Portugués de la Costa desde Tui y en el Camino Mozárabe-Vía de la Plata desde A Gudiña. Del mismo modo que en el Camino del Norte desde Ribadeo o en el Camino Francés desde Pedrafita do Cebreiro. E incluso más allá, tras pasar por Santiago, podemos seguir la ruta hasta llegar a Fisterra y Muxía, donde también esperan dos albergues a aquellos que han querido continuar hasta el fin del mundo en la Costa da Morte.