Comunicación en femenino
“Comunicar tiene su punto” y Punto Abierto, una cooperativa madrileña formada por cinco mujeres, procura seguir su propio eslogan cada día. Abarcan todos los ámbitos de la comunicación, desde campañas específicas, gestión de redes de sociales, hasta formación, creación de páginas web y diseño de marcas e identidades corporativas. Con su forma de trabajar, que procuran trasladar a todos sus proyectos, buscan reducir la brecha digital y apostar por una Red abierta y colaborativa.
“Hace cinco años comenzamos dos chicas y un chico, los tres procedíamos de movimientos sociales y formar una cooperativa era la figura legal que más se acercaba a lo que queríamos ser”, explica Andrea Kropman, impulsora de Punto Abierto. Hace poco más de un año, dos de los cooperativistas decidieron iniciar otro proyecto y Kropman abrió una convocatoria para buscar nuevos socios. “Las que más respondieron y más abiertas estaban a la iniciativa eran mujeres”, señala la cooperativista, quien decidió seguir ese camino y apostar por una entidad formada por únicamente por mujeres.
“Yo llegué a Punto Abierto a través de un amigo común, quería salir de donde estaba trabajando en ese momento y lo vi como una alternativa de autoempleo que más se parecía a lo que me gustaba hacer”, cuenta María Domínguez. Un año después, las cinco socias, la propias Kropman y Domínguez, María Castilla, Loredana Pelecchia y Ana Pérez, son trabajadoras socias de Punto Abierto y en igualdad salarial.
Su funcionamiento interno es como el de cualquier otra cooperativa: tienen una asamblea extraordinaria dos veces al año, se reúnen una vez por semana y otra al mes de manera física. Porque esa es su diferencia, como ellas mismas afirman, su lugar de trabajo es la Red. “En vez de invertir en un local decidimos invertir en nuestros sueldos”, señala Kropman. Cada una trabaja desde su propia casa o donde surja en un momento determinado y entre ellas permanecen conectadas a través de las redes, ya sea con mensajes de Whatsapp, videoconferencias o correo electrónico.
Trabajar en la Red
“Esta forma de trabajar es lo que a algunos clientes aún les cuesta aceptar”, señala Domínguez, quien subraya que la brecha digital sigue sigue siendo todavía importante. Por ello, hay proyectos en los que mantienen las reuniones físicas que sean necesarias pero también tratan de trasladar todo lo que pueden que trabajar a través de la Red es igual de productivo y eficaz. “La comunicación a través del correo es menos invasiva y permite gestionar el tiempo en función de las prioridades”, indica Domínguez.
Sus clientes van desde universidades, ayuntamientos, empresas privadas, grandes y pequeñas, o campañas en eventos específicos. Forman parte del Mercado Social de Madrid y como parte de él cumplen unos criterios éticos, democráticos y solidarios. “Es un valor añadido más de nuestra cooperativa, además de ofrecer nuestros servicios, también aportamos un compromiso con la economía solidaria”, afirma Domínguez.