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Una fórmula para sacar coches de las calles

Isaac Altable

El tráfico de coches es uno de los grandes desafíos de las ciudades en el siglo XXI. La congestión en horas punta y las emisiones de contaminantes a la atmósfera protagonizan el día a día de muchas urbes. Horas y horas tiradas en los atascos y un aire cada vez más sucio son la traducción de este fenómeno.

La reducción del número de coches en las calles y todo lo que eso conlleva es parte crucial en las políticas de movilidad, urbanismo y medio ambiente si se aspira a conseguir ciudades más vivibles, más respetuosas y amables con los ciudadanos. Peroeso hay que conjugarlo y acompasarlo con la necesidad de desplazamiento. El transporte público colectivo es una primera y evidente línea de actuación pero hay más. El carsharing es una opción civil que se extiende en Europa y que tiene posibilidades en España. ¿Utilizar el coche para desplazarse? Sí. Pero sólo cuando es necesario. Y pagar por esa necesidad, no por el lujo de tener un vehículo aparcado horas y horas, días y días. Respiro es una empresa dedicada a maximizar la rentabilidad de los coches que se construyen. La idea es fácil: un mismo automóvil puede dar servicio a muchos ciudadanos. Los ciudadanos pueden utilizar un coche siempre que quieran y sólo gastar lo que utilizan. “El 97% del tiempo de vida de un automóvil lo pasa aparacado”, contabiliza Ines Saralegui directora y cofundadora de esta empresa madrileña.

La fórmula de uso es la siguiente: los usuarios registrados reservan el coche para cuando lo necesitan. Pueden hacerlo por teléfono y por internet. Una vez concretado el horario, se pasa a recoger el vehículo en el punto indicado de la ciudad y se entra en él gracias a un lector de tarjetas. Conduces y lo dejas. Es un “sistema de alquiler de proximidad, que conlleva un uso más racional y ecológico del vehículo”, explican. Este empredimiento verde esgrime cifras para subrayar su impacto social en la comunidad donde se implanta: “Estudios demuestran que el vehículo multiusuario o car sharing quita de la circulación más de 15 vehículos privados. Este uso más racional, junto a los vehículos más limpios, supone una reducción de emisiones del 76%”.

La aventura empresarial nació en 2010 en Madrid “con diez coches en puntos céntricos de la capital” y todavía siguen expandiéndose. Arrancaron “con la financiación que pusimos los socios” y creen firmemente que es una opción de futuro. “La crisis ha hecho ver a muchos que se pueden desprender del coche en propiedad”, argumentan. De hecho, en su página web han implementado un comparador para, según sus datos, demostrar lo que se puede ahorrar si se opta por el car sharing.

Este proyecto es un pequeño compendio de grupo de emprendedores que invierten su esfuerzo y dinero para montar una empresa que ofrece una solución a un problema real como es la masificación del tráfico urbano al tiempo que se hace sostenible económicamente mediante su fórmula de negocio. ¿El futuro?

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