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Creatividad sin barreras

Creatividad en WywLab.

Isaac Altable

La creatividad no es el campo al que se suele acudir cuando se trata de montar un proyecto inclusivo para personas con divesidad intelectual. Menos aún el sector de la publicidad, tan asociado habitualmente a los más vanguardistas, a lo más cool y, a veces, a la cara más ruda de la fiereza empresarial, la competitividad por hacerse con los clientes y la apuesta por convertir a las campañas en efectivas.

Visto así, parece difícil dar con un método que combine estos dos mundos. Pero...en Alicante, Wywlab hizo esta fusión. Una agencia de publicidad que incluye en el proceso creativo a personas con discapacidad intelectual (no se dedican a doblar sobres vamos...). Ellos mismo se describen así desde el primer momento: “Nuestra empresa aporta soluciones derivadas de un proceso creativo probado, en el que los creativos son personas libres de prejuicios y con un alto grado de creatividad”. El proyecto fundado en 2010 por Iván Sempere y el empresario Moisés Jiménez, parte de una “ideología integradora” del mundo social y empresarial. Como cualquier empresa ofrecen servicios a clientes que desean impulsar sus marcas. Pero, dentro de ese proceso, se implica a gente con alguna dificultad intelectual ya que, dicen, “creemos en lograr la integración sociolaboral de personas con discapacidad intelectual en trabajos con responsabilidad creativa, por ser personas capacitadas para esa labor”. Resumen.

De esta manera, en esta agencia publicitaria sui generis se desarrolla el laboratorio de ideas del que surge la batería de innovaciones para los clientes y la fase de formación en creatividada para implementar herramientas que encaucen las ideas y las conviertan en elementos útiles en el campo publicitario. “Lo provocador y estimulante del proyecto, es que personas que durante años fueron denominadas ”límite“, gozan de la virtud de desarrollar su creatividad sin límites, aportando soluciones asombrosas”, explican. Los creativos son seleccionados por sus capacidades innovadoras. De los 11 que conforman el equipo “cinco son con discapacidad”.

Una vez puestos estos mimbres, la empresa funciona a base de convencer a otras de que sus proyectos son buenos, de que las maneras que proponen de comunicar o relacionarse con su público serán efectivas y responderán a sus necesidades. Esa parte comercial no cambia. Hay que ganarse su confianza. Así lo resumen: “Aportamos a nuestros clientes ideas originales y refrescantes, inventamos nuevas formas de decir las cosas y trasladamos las ideas de un sector a otro para que surjan conceptos diferentes que sorprendan al consumidor”.

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