Cómo evitar la discriminación de personas mayores que se comete con el lenguaje edadista
En 1969 el gerontólogo Robert Butler acuñó el término “Edadismo” para referirse a la discriminación por razón de edad, especialmente en las personas mayores, y que, en muchas ocasiones, surge por un uso inadecuado del lenguaje. Este fenómeno está relacionado con la manera de entender la vejez y el proceso de envejecimiento, con las relaciones intergeneracionales, así como con la forma en que se perpetúan estereotipos e ideas preconcebidas sobre las personas mayores, limitando, de este modo, la compresión de la diversidad y la heterogeneidad de la vejez.
De hecho, según explica la Fundació Alzehimer Catalunya, para las personas mayores, la infravaloración de sus capacidades físicas y mentales “puede favorecer una pérdida prematura de la independencia, generando así depresión y una mortalidad avanzada en comparación con las personas que, en otras condiciones, mantienen una vida productiva, satisfactoria y saludable”.
Asimismo, otros efectos ligados al edadismo son la invisibilización de las personas mayores, porque se da por hecho que poco o nada tienen que aportar, excluyéndolas además del entorno laboral. También se limitan cuidados y tratamientos que pueden necesitar, ya que se considera que nada se puede hacer con estas personas.
Un glosario innovador
Es por esta razón que la Fundación “la Caixa”, a través de su Programa de Personas Mayores, acaba de editar un innovador glosario que tiene como objetivo fomentar la conciencia social acerca de las palabras y expresiones que promueven el edadismo en las personas mayores. La redacción del texto ha sido a cargo de la psicogerontóloga y profesora agregada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona Montse Celdrán, que ha subrayado que “un lenguaje edadista es aquel que por un lado refleja los estereotipos hacia las personas mayores (‘Los mayores son dependientes’), muestra los sentimientos negativos hacia la vejez (el miedo a envejecer porque las personas mayores ‘están solas’) o consigue una reacción conductual negativa hacia la persona mayor. Por ejemplo, si una persona mayor nos dice que le duele mucho la rodilla y nuestra respuesta es ‘bueno, es que son cosas de la edad’, estamos quitando importancia a una situación que la persona mayor quiere compartir en ese momento con nosotros. Por tanto, si este tipo de lenguaje está presente en la vida de una persona mayor verá un impacto negativo en su autoestima (cómo se valora a sí mismo) así como en su autonomía y capacidad de decisión en su vida: al final otros harán y decidirán por esa persona”.
Tal y como explica David Velasco, director del Programa de Personas Mayores de la Fundación “la Caixa”, “pensar en las personas mayores como una masa homogénea es limitante para la sociedad”. A su juicio, “el lenguaje construye realidades, y por eso este glosario abre una nueva vía para sembrar conciencias sobre cómo percibimos y valoramos el hecho de hacernos mayores”.
45 palabras más representativas
El glosario es el resultado de un riguroso proceso de recopilación y selección de palabras y expresiones edadistas facilitadas por participantes en las dinámicas realizadas en centros propios de personas mayores de la Fundación “la Caixa” y en convenio con administraciones en distintas ciudades de España.
Asimismo, a través de la campaña en redes sociales No soy tu abuelo, lanzada el 15 de junio de 2022 con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez, se conminó a que las personas mayores expresaran con qué palabras edadistas se sentían incómodos, discriminados o invalidados.
Se recogieron más de 300 palabras y expresiones de las que finalmente se han seleccionado las 45 más representativas para el Glosario del edadismo. Cada palabra o expresión ha permitido desarrollar una reflexión conceptual sobre el edadismo, con un enfoque propositivo que habla sobre la dignidad de la persona y la defensa de la palabra con un contenido ético, con el fin de plantear una reflexión clara y cercana sobre el edadismo.
A este respecto, Velasco apunta que “nuestra voluntad ha sido escuchar a las personas mayores invitándolas a participar en esta iniciativa desde el inicio, focalizando las dinámicas en lo que les preocupa y reflexionando sobre aquellas palabras que les hacen daño o las hacen sentir discriminadas”.
Manifestaciones más habituales de edadismo
Según establece el glosario, el edadismo se manifiesta habitualmente de tres maneras distintas: la infantilización, la despersonalización y la deshumanización. El caso de la infantilización se produce cuando las personas no mayores adoptan una posición de poder frente a las personas mayores a la hora de interactuar, de responder o de tratarles como si fueran niños. Una muestra es el uso del baby talk (lenguaje infantil) o el elder speak (habla de ancianos). Este comporta un tipo de lenguaje que utiliza una entonación exagerada, un tono de voz elevado o el uso de un registro sencillo. Entre algunos de los ejemplos de expresiones edadistas que infantilizan cabe destacar el uso generalizado de diminutivos como viejito o abuelito, o la utilización de diminutivos con los nombres de la persona; además del uso de posesivos tales como nuestros mayores, nuestros abuelos.
Por su parte, la despersonalización consiste en no tener en cuenta la singularidad de la persona mayor, sus necesidades y preferencias, y tratarlas a todas de manera homogénea. Entre las palabras edadistas que despersonalizan se encuentran los jubilados, los pensionistas, los viejos, los abuelos.
Por último, la deshumanización se produce cuando se pierde la empatía en el trato con las personas mayores, no potenciando su autonomía, no respetando su privacidad o no permitiendo su participación en la toma de decisiones. En este caso, términos como carca o trasto son ejemplos de deshumanización.
Calidad de vida de las Personas Mayores
Con el objetivo de mejorar su calidad de vida, el programa de Personas Mayores de la Fundación “la Caixa” promueve programas e iniciativas que contribuyen a sensibilizar a la sociedad y hacer visibles las inquietudes, intereses, necesidades y deseos de las personas mayores poniendo de relieve sus conocimientos, fortalezas y valores, en defensa de su dignidad.