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Cuatro equipos recorrerán el Guadiana a partir de enero para controlar los restos de camalote

Operarios retiran las manchas de camalote en Mérida

José L. Aroca

A principios del año que viene cuatro equipos de técnicos y operarios, con todoterrenos y barcas, empezarán a recorrer sin descanso el tramo del Guadiana entre Mérida (presa de Montijo) y Alqueva (Puente Ajuda a la altura de Olivenza) para evitar que el camalote “colonice” ese gran embalse portugués, y “amenace al desarrollo económico y medio ambiente” de esa zona.

Así reza en el pliego de condiciones del contrato publicado este viernes en el Boletín Oficial del Estado (BOE) por el que el Ministerio para la Transición Ecológica, a través de Confederación Hidrográfica del Guadiana, licita un servicio de prevención, vigilancia y alerta para controlar la dispersión del jacinto de agua entre Mérida y la frontera con Portugal.

El importe es de 1,178 millones de euros, empezará a ejecutarse “a principios de 2019” y durará dos años.

Está financiado por el programa europeo Interreg, como proyecto Aceca España-Portugal de combate contra el camalote y en el que participan el Gobierno español a través de Confederación Guadiana, la Junta (Consejería de Medio Ambiente y Rural), y por parte portuguesa la EDIA (Empresa de Desarrollo eInfraestructuras de Alqueva), y la APA (Agencia Portuguesa de Medioambiente del Ministerio de Ambiente de Portugal). 

Se trata de complementar las grandes operaciones de extracción del camalote que están teniendo lugar y se intensificarán ahora con la Unidad Militar de Emergencias (UME), añadiéndoles un control permanente de las plantas más dispersas y escondidas tanto por el río como las balsas de agua a los lados (de riego, charcas recreativas, lugares para extracción de árido), a fin de evitar que continúen su curso y lleguen hasta Alqueva.

Esto se hará a partir de los meses más fríos próximos, enero y febrero, que es cuando la planta está en parada vegetativa en espera de que suban las temperaturas que es con las que crece, se expande y “explosiona” según la documentación de este contrato.

Urgente

Hay prisa, es urgente, de manera que las empresas interesadas tienen solo 10 días de plazo, hasta el 15 de octubre, para presentar sus ofertas en este procedimiento abierto.

Se especifica que el adjudicatario deberá poner cuatro equipos de personas con sendos vehículos todoterreno, y una barca de aluminio de 4,60 metros (3.700 euros de coste cada una) capaz de llevar hasta cinco pasajeros, provistos además de un remolque de carga adonde echar el camalote.

La función de esos cuatro equipos es recorrer constantemente el Guadiana en su tramo fronterizo, que va desde aguas abajo de la presa de Montijo situada en Mérida, hasta Puente Ajuda en el comienzo de Alqueva; explorar en busca de ejemplares de plantas que queden en lugares recónditos del río o vagando por él, para extraerlos y completar así las tareas de recogida masiva.

No se evitó la expansión

En  la documentación del contrato se refiere la peligrosidad invasiva del camalote, declarado enemiga por la Unión Europea, que aunque se extraiga reparte por el lugar unas semillas que tienen 20 años de vida útil en espera de condiciones favorables de germinación.

Se hace una memoria justificativa de este desembolso de 1,178 millones de euros, recopilando la historia del camalote en el Guadiana extremeño, donde apareció en 2004, hace 14 años.

En principio eran 70 kilómetros de presencia entre Medellín y Mérida, todos los años se hacía extracción aunque en 2011 bajaron los presupuestos, y siempre con la idea de usar la presa de Montijo como barrera importante para evitar se propagara hacia Badajoz y Portugal

Sin embargo en el 2012 sobrepasó esa presa extendiéndose ya a lo largo de 150 kilómetros, en 2015 experimentó en Mérida una “explosión” de la “plaga”, y en 2016 y 2017 se hicieron grandes operaciones de extracción pero sin dedicar trabajos especiales a su expansión territorial.

El trabajo contra el camalote, destaca el contrato y el análisis del problema hecho por un ingeniero de montes, exige un esfuerzo “continuado y constante”.

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