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40 años de la gran manifestación en la que los extremeños dijeron ‘no’ a la central nuclear de Valdecaballeros

Imagen de la plaza de Villanueva abarrotada, con motivo de la manifestación antinuclear

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“Esté autorizada o no, la manifestación se va a celebrar. A ello están decididos los alcaldes y el pueblo”. De esta manera se daban cita el 1 de septiembre de 1979 en la plaza de Villanueva de la Serena miles de extremeños para mostrar su oposición a la construcción de la Central Nuclear de Valdecaballeros.

Este domingo se cumplen 40 años de la gran manifestación. Algunas fuentes hablan de hasta 50.000 personas concentradas de manera pacífica en este protesta ilegal, no autorizada por el Gobierno, pese a que el acceso al municipio se bloqueó y los controles de la Guardia Civil se multiplicaron.

Muchos recuerdan hoy de cómo el gentío, ante la imposibilidad de acceder al pueblo por el bloqueo de todos los accesos, se bajó de sus vehículos y de los autobuses para iniciar un camino a pie durante kilómetros por carriles de tierra y canales hasta llegar a Villanueva.

Supuso la antesala del freno al proyecto atómico. Con anterioridad se había producido el encierro de más de un centenar de alcaldes de Cáceres y Badajoz unidos en un momento decisivo, cuando ya estaba en una fase avanzada la construcción de Almaraz. A ellos se sumaron los agricultores del Guadiana y el movimiento ecologista agrupado en la denominada Coordinadora Antinuclear de Extremadura.

Acto de recuerdo en Villanueva

Este domingo se celebra una concentración en Villanueva “para reivindicar aquel gran movimiento popular y seguir luchando por la dignidad y transformación de Extremadura”. Está convocada por el movimiento ecologista y la Asociación 25 de Marzo.

Los organizadores subrayan que aquel 1 de septiembre de 1979 “despertaba la conciencia de la Extremadura saqueada”. Destacan que fue una gran movilización, con miles de personas “y otras 15.000 mil retenidas por la policía”. Con mensajes de protesta dirigidas al ministro de Industria y a otros cargos del gobierno Español.

Será además un día festivo, en el que desean recordar algunos de los lemas que se gritaron en aquél día, entre los que destacan: “¡Tierra, trabajo, nucleares al carajo!”, “¡Reforma agraria sí, nucleares no!”.

Entre los colectivos que se sumaron a la protesta hace 40 años estaba Adenex, que con motivo de la efeméride recuerda cómo miles de personas, apoyándose en la recién constitución democrática, desafiaban la ilegalidad de la convocatoria para mostrar su oposición a una central con dos reactores que las grandes compañías eléctricas “habían arrancado a la dictadura franquista años atrás”. “El general Franco tenía planes incluso para construir una planta de enriquecimiento de uranio de cara a desarrollar armas nucleares desde el lejano 1965 cuando de la mano de EEUU se puso en funcionamiento un primer reactor no comercial”.

El colectivo conservacionista subraya que fue un acto pacífico, donde el pueblo perdió el miedo a movilizarse, y sin protagonismo partidista. Una protesta que surgió cuando se supo que necesitarían 90 metros cúbicos por segundo para refrigerar la central dejando inutilizados los regadíos del Guadiana.

“La gente masivamente y los alcaldes entendieron que había que ir a por todas. En el verano de 1979 y de manera asamblearia el encierro de 113 alcaldes desde el 28 de agosto en una incipiente democracia supuso que la convocatoria del día 1 de septiembre fuera la más multitudinaria que jamás se ha realizado en la región junto con la oposición al proyecto de refinería y complejo petroquímico paralizado definitivamente en 2016”.

“No a las nucleares”

Ecologistas en Acción destaca que el acto de este domingo también supone un “ejemplo del poder del que dispone la ciudadanía cuando se une para expresarse en contra de imposiciones y proyectos nocivos y destructivos”. Señala que se trata de algo que adquiere especial importancia en el actual contexto de emergencia climática“, y apunta en este sentido a la lucha antinuclear, contra Almaraz, y otros proyectos como el de la refinería de petróleo de Tierra de Barros.

“La lucha contra Almaraz y contra la energía nuclear no ha terminado. Seguimos apostando por el cambio total a energías renovables y por el ahorro energético, en combate contra el oligopolio de las eléctricas y sus gobiernos cómplices que permiten que obtengan grandes beneficios”.

Frente a otros modelos energéticos, defiende la instalación de placas solares en tejados, naves y edificios, y que proliferen las empresas públicas municipales de energías renovables y cooperativas productoras de energía de origen renovable con una base social.

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