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Necrosis de fémur o cadera: qué es y por qué se da

Foto: Shutterstock

Marta Chavarrías

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La cadera es una articulación esférica. La cavidad está formada por parte del hueso pelvis grande. La bola que se aprecia es la cabeza femoral, el extremo superior del fémur, que está cubierta con cartílago articular, una sustancia resbaladiza que protege los huesos y les permite deslizarse fácilmente unos sobre otros. Es un verdadero mecanismo en el que las distintas partes del cuerpo encajan y se mueven a la perfección.

Los huesos y la médula ósea del cuerpo están compuestos por células vivas que necesitan un suministro constante de sangre para permanecer en buen estado. Si este flujo disminuye hacia las células óseas, las células pueden morir y provocar el hundimiento del hueso. Es lo que en términos médicos se conoce como osteonecrosis, necrosis de fémur o necrosis avascular, una enfermedad cuya prevalencia no está bien definida.

No obstante, se estima que en Estados Unidos se diagnostican entre 10.000 y 20.000 casos nuevos cada año. Sin una alimentación ósea adecuada, por tanto, el hueso en la cabeza del fémur “muere”. El cartílago articular que cubre los huesos de la cadera también se colapsa, lo que se traduce en una artritis incapacitante. Cuando las células óseas están dañadas, la fuerza del hueso disminuye considerablemente.

El cuerpo, lo que hace, es intentar reemplazarlo con hueso vivo en un proceso que suele denominarse “sustitución progresiva”. Pero el ablandamiento del hueso supera la formación de hueso nuevo. Cuando la osteonecrosis involucra una superficie que soporta peso cerca de una articulación, como la cadera, la superficie debilitada se puede romper.

¿Duele la necrosis de fémur?

En la mayoría de los casos, la osteonecrosis aparece en varias etapas (pueden pasar desde varios meses hasta más de un año hasta que no aparecen los primeros signos). Es posible que en sus inicios no aparezca dolor, pero sí lo hará más adelante, y este será el primero de los síntomas que suele aparecer, sobre todo en la ingle o el área de los glúteos.

Al ser una enfermedad progresiva, el dolor será cada vez más intenso y más incapacitante: será más difícil poner peso sobre la cadera afectada, mover la articulación, caminar, es decir, todo lo que implique ejercer presión sobre el hueso. Se estima que solo en un tercio de los casos se produce un inicio repentino que se manifiesta con un dolor que aparece como una puñalada en la ingle, al caminar, hacer ejercicio o cambiar de posición.

Aunque la osteonecrosis puede afectar a cualquier hueso, son especialmente vulnerables los extremos de un hueso largo, como el fémur y el húmero. Además de dolor, la osteonecrosis también puede causar una artritis degenerativa o desgaste de las articulaciones.

Por qué se para el suministro de sangre

Aunque no se sabe con exactitud qué es lo que causa necrosis avascular, hay varias teorías. Algunas apuntan como factores de riesgo:

  • Traumatismos en la cadera (luxación o fractura) que pueden poner en peligro el suministro de sangre en la cabeza femoral.
  • Lupus eritematoso sistémico.
  • Algunos trastornos genéticos.
  • Los corticosteroides como prednisona o cortisona, sobre todo cuando se usan en dosis altas durante un periodo de tiempo prolongado.
  • Consumo excesivo de alcohol.

Pese a todo, se calcula que en un 15% de los casos no hay una causa obvia y, por tanto, tienen lo que se denomina osteonecrosis idiopática de la cabeza femoral

¿Cómo se diagnostica?

Como todas las enfermedades, el diagnóstico precoz es fundamental en la necrosis de fémur. Sin embargo, es complicado de determinar porque la aparición de la enfermedad es insidiosa y los síntomas y signos son generalmente mínimos e inespecíficos en su inicio y no se manifiestan hasta que ya avanzado. Así, la enfermedad suele diagnosticarse en la mayoría de los casos mediante pruebas de imagen: las radiografías y las resonancias magnéticas.

La desventaja de las radiografías es su incapacidad para detectar la necrosis femoral en sus primeras etapas, es decir, que no detectan la enfermedad en su etapa inicial. Ante esta situación, suele realizarse una posterior resonancia magnética para buscar signos tempranos de osteonecrosis de cadera. Esta se considera el método de imagen elegido con mayor sensibilidad y especificidad y la herramienta de detección más útil para el diagnóstico precoz.

¿Se puede tratar?

El mejor momento para tratar la necrosis de fémur es en su etapa inicial. Pero, como se ha visto, no es fácil tener un diagnóstico precoz y, en la mayoría de los casos, no se detecta hasta que la enfermedad ya ha avanzado. Esto aumenta las limitaciones del tratamiento. Uno de ellos, el más conservador, consiste en disminuir la carga de peso en la cabeza del fémur (suele hacerse en la mayoría de los casos con el uso de muletas que reparten el peso del cuerpo).

Sin embargo, los estudios han demostrado que se trata de un tratamiento ineficaz en la mayoría de los casos porque la enfermedad va progresando. De hecho, no hay pruebas suficientes que indiquen que algún método detenga la progresión antes de que la cabeza femoral colapse. De este modo, el objetivo del tratamiento es mejorar el uso de la articulación, detener la progresión y proteger los huesos y las articulaciones.

Su eficacia depende en gran medida de la extensión de la necrosis, su causa, la etapa en la que se ha diagnosticado, el curso de la enfermedad y la extensión del dolor. En las etapas iniciales pueden administrarse antiinflamatorios no esteroideos para aliviar el dolor y la hinchazón. Los anticoagulantes ayudan a evitar la formación de coágulos que obstruyen el suministro de sangre al hueso.

Con el tiempo, lo más probable es que el avance de la enfermedad derive en cirugía, que puede incluir descompresión del núcleo (disminuye la presión dentro del hueso); osteomía (modifica la forma del hueso para reducir la tensión en la articulación); reemplazo de la articulación con una artificial.

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