Colegios cerrados, manifestaciones canceladas y ciudades fantasma: el rastro que deja el coronavirus a su paso por Euskadi
Los usuarios de la residencia de ancianos DomusVi Ribera de Bilbao van entrando uno a uno por la puerta de su paseo de la tarde. Antes de cruzar la entrada se paran frente al mostrador, donde una recepcionista les toma la temperatura y determina si pueden seguir adelante o no. Algo estresada por tener que controlar a cada usuario y visitas de éste, la mujer se queja de que “algunos intentan hacer trampa”. “Tratan de pasar rápido para que no les haga la prueba, pero no. Si yo estoy aquí no va a pasar nadie, la salud es lo primero”, asiente con voz firme mientras los ancianos pasan de uno en uno para mostrar que no tienen fiebre y después se frotan las manos con gel desinfectante. Es la crisis del coronavirus.
Las medidas de esa residencia, como las de la mayoría del resto de la capital vizcaína, son claras: restringir las visitas a solo una persona, suprimir las actividades al aire libre y en grupo y asegurar una correcta higiene tanto de la persona como del lugar. Todo ello para evitar el contagio del COVID-19, que suma este jueves en Bizkaia 71 positivos, 20 más que en la medición anterior. De ellos, 38 están hospitalizados y hay dos víctimas mortales. Las dos, al igual que el resto de los 11 fallecidos por coronavirus en Euskadi, cumplen el perfil de personas con edad avanzada y patologías previas.
Hasta este jueves no han empezado a saltar las alarmas en Bilbao. Durante toda la semana, el foco mediático -y el del virus- se concentraba en Vitoria, siendo Álava la zona más afectada con 259 personas contagiadas, 58 más en un solo día. Sin embargo, las medidas preventivas han alcanzado el resto de Euskadi, tras la decisión del Gobierno vasco de suspender desde el viernes toda la actividad de guarderías, colegios, universidades, centros de formación profesionales y similares, medida que se tomará como mínimo hasta el 30 de marzo -24 de marzo para los centros alaveses- y afectará a casi 500.000 escolares. En su lugar, los alumnos recibirán las clases mediante videollamadas o a través de correo electrónico.
“Todo estaba tranquilo hasta este jueves. De repente, hemos empezado a notar que la gente no para de comprar sobre todo papel higiénico, que se nos ha agotado. Lo habrán visto en la tele, que en otros supermercados de Madrid la gente está comprando como loca por si acaso, y aquí ahora empezarán igual”, comenta una cajera de un supermercado del Casco Viejo de Bilbao.
La preocupación ha llegado a las farmacias, donde las existencias de mascarillas y de geles desinfectantes se está agotando. “Estamos esperando a ver qué medidas toman desde el Gobierno, porque algo tienen que hacer, lo que está claro es que no podemos seguir así”, comenta un farmacéutico del centro de Bilbao.
Pero, sin lugar a dudas, la ciudad más afectada es Vitoria, donde la presión asistencial en el hospital de referencia para atender los casos de coronavirus -el de Txagorritxu- es tan alta que las UCI están completas desde hace días. El personal, además, ha de seguir estrictas medidas de protección y una de ellas es el uso de mascarillas, un material que escasea y que se está racionando.
Vitoria, una ciudad al ralentí
Vitoria, una ciudad habitualmente tranquila, ahora lo está más. La emergencia sanitaria provocada por el coronavirus se ha llevado también por delante buena parte de la vida social de la ciudad, uno de los focos a nivel nacional de la epidemia. En la calle Dato, una de las principales arterias de la ciudad, la mañana discurre muy plácida, al ralentí, hasta el punto de que a las 12 del mediodía parece que son las 12 de la noche por la poca presencia de gente.
“Hay una sensación de inquietud. Es algo que se percibe casi sin que te digan nada los clientes”, asegura la camarera de un conocido bar de Dato. “A esta hora y en condiciones normales, no paró de servir cafés. Y hoy, ya ves”. Y lo que se ve es mucha tranquilidad. Se puede hablar de una ciudad atemorizada y que contiene la respiración porque percibe que lo peor aún puede estar por llegar.
“Y cuando tienes miedo”, señala Manuel B, de 65 años, “te vuelves más cauto. Es lo normal porque nunca nos habíamos enfrentado a algo así”. Manuel está sentado en un banco de la calle San Prudencio, que cruza con Dato. Desde ahí reflexiona sobre lo que está ocurriendo. “Mira, por lo general vengo todas las mañanas. Y hoy no es como habitualmente. Apenas hay ajetreo. Es una sensación de calma engañadiza”.
En el paseo por el centro de la ciudad se hace muy complicado ver a un grupo de más de tres personas. “Es inevitable”, apunta Manuela B, de 34 años, “ver alteradas las rutinas y la normalidad, salvo que seas un inconsciente y hagas lo que te dé la gana. Hay que creer a los expertos que son los que saben de esto”. “Lo único que podemos esperar es que no se prolongue en el tiempo”. Manuela se juega mucho porque tiene una pequeña tienda textil en un barrio próximo al centro y empieza a notar que entran menos personas en su negocio.
A medida que el centro queda más lejos, la vida en los barrios entra en estado vegetativo. A las 13,30 horas, el barrio de Judizmendi, habitualmente bullicioso, vive completamente relajado. Sin el soniquete de los niños en los patios del colegio de la zona y con el tráfico al mínimo, en la distancia se pueden escuchar los ladridos de los perros que vagan alegres por el parque. El dueño de uno de sus canes lo tiene claro: “No hay otro tema de conversación que no sea lo del coronavirus. Pero hoy ni eso porque no me he encontrado con nadie por aquí”.
Por el momento, el Gobierno Vasco ha suspendido todas las competiciones deportivas dependientes de las distintas federaciones vascas como medida preventiva para evitar posibles contagios por coronavirus. Por su parte, las Diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa han anunciado la suspensión de las actividades escolares deportivas. En este último territorio, a pesar de ser el que menos afectados ha registrado con un total de 16, 7 de ellos son nuevos casos. Este jueves seis personas se hallan ingresadas y 3 han fallecido.
Manifestaciones y concentraciones pospuestas
“Por un ejercicio de responsabilidad y priorizando la salud de la ciudadanía” la plataforma Zaldibar Argitu ha cancelado la manifestación convocada para la tarde de este jueves en la que, tras un paro realizado durante el día, los vecinos de las localidades más próximas al vertedero iban a mostrar su “hartazgo” por la gestión tras el derrumbe y a exigir que “los responsables den la cara de una vez”. A pesar de ello, el paro se ha realizado y, a lo largo de la mañana, vecinos de Zaldibar, Eibar, Ermua, Elgeta y Mallabia han realizado concentraciones en sus respectivos pueblos.
De igual forma, el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria ha aconsejado suspender las concentraciones que se realizan cada lunes, así como la manifestación que estaba prevista para el próximo 18 de marzo frente al Parlamento vasco. Por el momento, Barakaldo y Santurtzi en Bizkaia, Eibar en Gipuzkoa y Vitoria en Álava son las localidades que han decidido seguir las indicaciones. En Bilbao se mantiene la convocatoria del próximo lunes, donde se informará a los asistentes de la propuesta de la asamblea y será entonces cuando decidan qué hacer en cuanto a la concentración del Parlamento.
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