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Las denuncias de abusos contra un religioso se extienden de Bermeo a otro colegio de Bilbao

Colegio Berrio-Otxoa de Santutxu, en Bilbao

Maialen Ferreira

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“Te toqueteaba, te cogía la mano para que le tocaras (...) yo estaba aterrorizada, ese verano me quitó la niñez. Había veces que te llamaba por megafonía y para mí era como ir al matadero”, cuenta Maite sobre el que fue su profesor de refuerzo y director del colegio Menesiano San José de Bermeo (Bizkaia) en el año 1979, cuando tenía 10 años. “Te trincaba hacia él, te acercaba sus partes a las tuyas y te empezaba a dar besos por el cuello y la cara (...) tenía miedo, temblaba”, asegura Karmele, que sufrió los abusos cuando tenía 8 años. Karmele, harta de lo que estaba ocurriendo, un día consiguió escaparse de él. “Le pegué con el pie y le dije '¿qué pasa?', entré llorando en casa, gritando y les dije lo que me hacía, les conté todo. Cogieron referencias sobre otros padres y les dijeron que también sabían que algo estaba pasando y que tenían que hablar con él”, indica Karmele, que recuerda perfectamente lo que su hermana le dijo a su abusador en aquel momento: “Aquí hay dos opciones, o desapareces del pueblo definitivamente o te metemos una denuncia”, asegura la mujer. Según reconoce, en aquel entonces los religiosos “eran dioses” por lo que el tabú era mayor.

Estos son los testimonios recabados por el periodista Asier Sánchez para EiTB que sacan a la luz los abusos que el director del centro realizó hace 40 años. Tras las denuncias realizadas en aquel momento, el religioso fue trasladado en 1982 al colegio Berrio-Otxoa de Santutxu, en Bilbao, donde la investigación del periodista ha revelado que también hubo caso de abuso sexual a menores. En el centro de Bilbao, las víctimas que se han atrevido a hablar cuatro décadas después, son hombres, debido a que el colegio era masculino en aquella época. “Se ganaba el cariño de los críos, y cuando ya te tenía, te llevaba al despacho, te sentaba en las piernas, te daba caricias, besitos”, asegura uno de ellos, que prefiere no decir su verdadero nombre. Años después de lo ocurrido, quiso volver al colegio en busca de respuestas. “Me levanté y dije, cagüen diez, este cabrón… y de la misma me vestí y fui a buscarle, pero me dijeron que el Berrio-Otxoa se había hecho mixto y que había tenido problemas con algunas niñas, por lo que se había ido al Berrio-Otxoa de Valladolid”. “Me imagino que habrá seguido perfeccionando la técnica”, lamenta. Por el momento, la investigación ha destapado los testimonios de 13 afectados por el profesor, al que llamaban el hermano Felipe.

Ante las denuncias, la portavoz de los Menesianos, Isabel Llauger, ha explicado que exdirector del colegio de Bermeo fue apartado de todo contacto con menores e insiste en que los actuales representantes de la institución “no tienen manera de conocer esa posible verdad” por la lejanía de los hechos y porque el colegio cerró sus puertas hace años. “Al hermano Felipe se le apartó de cualquier contacto que pudiese tener con menores y se le pidió que explicase si recordaba estos hechos acontecidos hace más de 40 años. Él reconoció los hechos e hizo un vídeo donde explicaba y pedía expresamente perdón a las personas que se hubiesen sentido víctimas y que él había hecho víctimas”, ha explicado Llauger, quien ha asegurado que el religioso actualmente “no está en ningún ámbito que tenga que ver con menores” y que no disponen de más información sobre el caso.

Las denuncias han llegado hasta el Vaticano, que está investigando al hermano Felipe, después de que el Instituto de los Hermanos de la Instrucción Cristiana (Menesianos) realizasen una investigación interna de lo ocurrido cuando los casos salieron a la luz el pasado febrero. Sin embargo, desde la orden religiosa señalan que las personas que estaban en aquel momento en le colegio “han fallecido o no saben nada” y la documentación desapareció al cerrar sus puertas. Según reconocen, contactaron con la Ertzaintza y la Fiscalía para informar de los delitos y después con el Vaticano para que fuera el Supremo Tribunal Apostólico quien “resolviera la manera de actuar”.

Este jueves el obispo de Bilbao, Joseba Segura, hablará del caso en el programa '12 minutos' de ETB2, donde la cadena ya ha adelantado algunas de las declaraciones que ha realizado, en las que el obispo indica que la petición de perdón del hermano Felipe a las víctimas “no es suficiente”. “La cosa no acaba con una petición de perdón, acaba con un cambio de actitud”, ha indicado para después asegurar que desde la Iglesia “no estamos guardando nada”. “Yo tengo claro que la mejor manera de que nosotros pasemos página, si es que podemos pasar página en algún momento, será porque hemos asumido todas las responsabilidades que debemos asumir con toda transparencia”, ha asegurado a los micrófonos de la televisión pública vasca.

Nuevos casos de abusos sexual en Elgoibar

Este jueves también ha salido a la luz un nuevo caso de abuso sexual por parte de un religioso a una niña de 12 años en la década de los 60. Según recoge el diario Berria, el párroco de la localidad en aquella época, conocido como Don Andoni, realizó “tocamientos” a una niña de 12 años del pueblo, que ha decido hacer público lo vivido para “ayudar a otras víctimas” y “reclamar a la Iglesia y a las instituciones” más medidas para que los casos de pederastia no vuelvan a ocurrir. En su caso, según reconoce la víctima, el cura impartía clases de latín en el pueblo y un día la castigó y le ordenó a acudir a su casa un domingo, donde aprovechó que estaban solos para sentarla en su regazo y tocarle. Poco después de aquello, el párroco abandonó el pueblo.

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