Por qué tu próxima escapada debería ser por Euskadi
Existe algo magnético en la llamada de “la carretera abierta” que atrae a todo tipo de viajeros a embarcarse en esta peregrinación atemporal. Ya sea la sensación ilimitada de libertad total, las horas silenciosas de revelación meditativa o el poder hipnótico de contemplar el paisaje: los road trips pueden convertirse en experiencias de viaje más transformadoras, especialmente en un territorio tan concentrado y diverso como Euskadi.
Euskadi Basque Country Grand Tour reinventa Euskadi en un itinerario de 950 kilómetros, que atraviesa tres territorios históricos, 75 municipios, tres lugares UNESCO, una reserva de la Biosfera, seis parques naturales y más de 150 atractivos turísticos. Un itinerario diseñado en ocho etapas para recorrer a tu propio ritmo, parando donde la curiosidad te lleve y conectando con el destino desde la libertad total.
Para este verano hemos seleccionado 4 etapas imprescindibles donde aún queda mucho por descubrir, territorios que respiran a su propio ritmo y conservan intacta esa autenticidad que solo se encuentra fuera de los caminos más transitados.
La propuesta conecta con una realidad gastronómica excepcional: Euskadi concentra 22 restaurantes galardonados con estrellas Michelin, que en conjunto suman 32 estrellas en apenas 7.234 kilómetros cuadrados, una de las mayores densidades de Europa. Pero más allá de la alta cocina, el territorio atesora productos únicos con denominación de origen como el queso Idiazábal, los pimientos de Gernika, las alubias de Tolosa o las cuatro denominaciones de origen vitivinícolas.
Etapa 2: Euskadi azul y verde (Lekeitio-Zarautz)
Los 110 kilómetros de esta ruta conectan la costa vizcaína con la guipuzcoana atravesando el Geoparque de la Costa Vasca. Los flysch de Zumaia revelan 60 millones de años de historia geológica en acantilados que se han convertido en referencia mundial para el estudio del Paleoceno.
Lekeitio conserva uno de los puertos pesqueros más auténticos del Cantábrico, con su isla de San Nicolás accesible a pie durante la bajamar y su basílica gótica de la Asunción. El Faro de Santa Catalina ofrece vistas panorámicas sobre la costa occidental vizcaína.
Mutriku, joya costera de Gipuzkoa, combina un encantador casco histórico medieval —declarado conjunto monumental en 1995— con un puerto de gran tradición marinera, uno de los más antiguos de la provincia. Entre sus calles destacan casas y palacios de los siglos XVI, XVII y XVIII, mientras que su historia marítima recuerda las travesías hacia Terranova y la pesca de la ballena.
Azpeitia alberga el Santuario de Loiola, lugar de nacimiento de San Ignacio, con una basílica barroca del siglo XVII y un conjunto museístico que incluye la casa natal del fundador de los jesuitas. Los jardines y la arquitectura del complejo constituyen una de las joyas del barroco vasco.
Zarautz cierra la etapa con su extensa playa y el Museo Cristóbal Balenciaga en la vecina Getaria, dedicado al famoso diseñador de moda en un edificio de arquitectura contemporánea que dialoga con el paisaje costero.
Etapa 4: Reconectar con los sentidos (Donostia/San Sebastián-Vitoria-Gasteiz)
Esta ruta de 163,5 kilómetros atraviesa el corazón montañoso donde la gastronomía vasca muestra su carácter más auténtico. Tolosa despierta los sábados con uno de los mercados más auténticos de Euskadi, epicentro de las famosas alubias rojas de Tolosa, variedad única que crece exclusivamente en este valle y cuyo cultivo está protegido por Indicación Geográfica Protegida desde 1994.
El mercado de Ordizia (cada miércoles del año) mantiene más de 500 años de tradición comercial ininterrumpida. Aquí, productores de toda la provincia acuden con quesos elaborados a partir de la leche de ovejas de raza latxa, elaborados en caseríos dispersos por los montes, txistorra artesanal curada según recetas familiares y verduras de temporada que crecen en las huertas atlánticas de los valles.
Oñati sorprende con su Universidad histórica, la primera del País Vasco (1540), y un conjunto arquitectónico que incluye la iglesia gótica de San Miguel y numerosos palacios renacentistas.
El Santuario de Arantzazu, enclavado en un paisaje kárstico espectacular, combina arquitectura contemporánea de los años 50 con un entorno natural de gran belleza. Las vistas panorámicas desde este santuario franciscano abarcan gran parte del territorio guipuzcoano.
Etapa 5: De viaje al pasado (Vitoria-Gasteiz-Laguardia)
Vitoria-Gasteiz arranca con su Catedral de Santa María, actualmente en proceso de restauración pero visitable, que inspiró la novela “Los pilares de la Tierra” de Ken Follett. El Anillo Verde de la ciudad ofrece una red de humedales y parques naturales únicos en Europa.
Salvatierra/Agurain, fundada en 1256, conserva intacta su estructura medieval con murallas, pórticos y un trazado urbano que no ha variado en ocho siglos. Sus pinturas románicas en las iglesias de Alaiza y Gazeo constituyen uno de los conjuntos artísticos medievales mejor conservados de Euskadi.
Laguardia, capital de Rioja Alavesa, conserva su perímetro amurallado medieval completo y un entramado de calles que descienden desde la iglesia de Santa María de los Reyes, famosa por su pórtico policromado del siglo XIV. Las bodegas subterráneas excavadas bajo el casco histórico crean una red de galerías de varios kilómetros, que no te puedes perder.
Etapa 6: Deteniendo el tiempo (Laguardia-Urduña/Orduña)
Esta etapa de 89 kilómetros descubre uno de los paisajes culturales más singulares de Europa. El Valle Salado de Añana atesora una de las tradiciones salineras más antiguas de Europa: las investigaciones arqueológicas revelan que la producción de sal en este valle se remonta a hace 7.500 años. La sal del Valle Salado de Añana, obtenida mediante un ancestral proceso de cristalización natural, es un producto gourmet de pureza excepcional. Apreciada por reconocidos chefs, esta joya gastronómica realza el sabor de todo tipo de elaboraciones, desde pescados frescos hasta las mejores carnes, convirtiéndose en un ingrediente imprescindible para quienes buscan la excelencia en la mesa.
El Conjunto Monumental de Quejana incluye el palacio fortificado de los Ayala (siglo XIV) y la capilla funeraria donde reposan los fundadores del linaje. Este conjunto arquitectónico representa uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura señorial medieval vasca.
Urduña/Orduña, a las faldas de la sierra Salvada, constituye un conjunto histórico-monumental declarado en 1997 que sorprende por la conservación de su patrimonio arquitectónico. La villa atesora una muralla medieval que llegó a alcanzar de la cual se mantiene en pie el 65%, especialmente visible en los alrededores de la iglesia gótica de Santa María (siglo XV). El patrimonio arquitectónico incluye destacados palacios renacentistas y barrocos como el palacio Ortés de Velasco, el palacio de Mimenza o el palacio Díaz de Pimienta, que muestran la importancia histórica de esta villa alavesa. La plaza de los Fueros, corazón del casco histórico, alberga La Aduana, edificio neoclásico de finales del siglo XVIII que testimonia el pasado comercial fronterizo de la localidad.
Euskadi: un territorio que sorprende en cada curva
En menos de 500 kilómetros, estas cuatro etapas conectan experiencias que van desde caminar por túneles medievales hasta contemplar acantilados de 60 millones de años. Euskadi demuestra que la intensidad de un viaje no depende de la distancia recorrida, sino de la capacidad del territorio para sorprender.
Aquí conviven 22 restaurantes con estrella Michelin en apenas 7.000 kilómetros cuadrados con sidrerías centenarias donde el ritual del txotx permanece intacto. Los mismos valles que conservan universidades renacentistas producen queso Idiazábal siguiendo métodos que no han cambiado en siglos. Y las laderas que descienden hacia el Cantábrico cultivan txakoli con técnicas que combinan tradición atlántica e innovación vinícola.
Esta concentración gastronómica no es casualidad: Euskadi funciona como “un restaurante de 7.000 km² con una mesa siempre disponible”. Desde los arrantzales (pescadores) que abastecen cada mañana los puertos pesqueros hasta los artzainas (pastores) que elaboran queso en caseríos de montaña, pasando por las bodegas excavadas bajo pueblos medievales, cada parada del Grand Tour revela por qué este territorio atesora la mayor concentración de estrellas Michelin de España. Aquí la cocina no es solo gastronomía, es un estilo de vida.
Información completa del itinerario en euskadibasquecountrygrandtour.eus
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