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La empresa que llenó Güeñes y Zalla de ceniza negra cierra pero deja abiertas tres investigaciones judiciales

La empresa Glefarán, ubicada entre Güeñes y Zalla

Belén Ferreras / Iker Rioja Andueza

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La polémica empresa Global Efficiency Aranguren (más conocida como Glefaran), ubicada en el barrio de Aranguren de Güeñes (Bizkaia), ha anunciado este miércoles que cesa su actividad y que inicia la tramitación de un ERE para despedir a toda su plantilla, unos 35 trabajadores. La empresa, dedicada a la producción de energía eléctrica por combustión de biomasa forestal argumenta el cierre por “motivos económicos derivados de los ajustes regulatorios”, después de que desde su puesta en marcha en 2016 en los terrenos de la antigua y quebrada papelera Pastguren de Aranguren, haya sido objeto de protestas de los vecinos de Zalla y Güeñes por la contaminación que producía y cuyos efectos más visibles eran las cenizas que llegaron a cubrir las calles y jardines. Además, Glefaran baja la persiana pero deja abiertas tres causas judiciales, según las fuentes consultadas. Todas ellas están impulsadas por la plataforma ecologista Güeñes Bizia.

La primera es un contencioso-administrativo por la concesión de la autorización ambiental a la compañía. Las otras dos son investigaciones penales en curso. “Esto no tendría que afectar en nada al proceso judicial”, entienden estas fuentes. Al margen de estos procesos judiciales en marcha, la plataforma había denunciado ha finales del año pasado a la empresa ante la Ertzaintza por usar para quemar madera tratada industrialmente y también al Gobierno vasco por no estar controlando las irregularidades que cometía la empresa, según ha señalado el portavoz de Güeñes Bizia, Fernando Naranjo.

Glefaran ha justificado la “drástica decisión” del cierre, “por los ajustes en los parámetros retributivos aplicables a instalaciones de producción de energía eléctrica publicados el pasado 14 de diciembre en el BOE, con efectos retroactivos a 1 de enero de 2022”. Esos ajustes han provocado que los costes para Glefaran de la producción de energía eléctrica “pasen a ser significativamente superiores a su precio de venta en el mercado regulado, lo que hace inviable para la sociedad seguir con la actividad de producción de electricidad”. Como consecuencia, la empresa ha iniciado “un Expediente de Regulación de Empleo por causas económicas, con la finalidad de proceder al despido colectivo de toda la plantilla de trabajadores ligada directamente a la actividad de producción de energía eléctrica por combustión de biomasa forestal”.

Desde Güeñes Bizia, Fernando Naranjo no ha ocultado su “satisfacción” por la decisión de la empresa. “Ha sido una muy agradable sorpresa encontrarnos con la planta parada”, señala. No obstante, lamenta que se haya optado por el cierre y no por una reconversión, pensado en los puestos de trabajo que se pierden. Naranjo señala que no esperaban el cierre de la forma sorpresiva en la que se ha producido, pero reconocen que el hecho de que desde el Ayuntamiento de Zalla se hablase del interés de algunos proyectos en instalarse en terrenos de la antigua papelera de Aranguren les hizo prever que Glefaran podía dejar la actividad. Es un extremo que confirman fuentes municipales también. Antes de finalizar 2022, Naturgy también comunicó a los vecinos su interés por llevar a cabo un proyecto en la zona, aunque sin más concreciones.

Naranjo, satisfecho por el hecho de que finalice este episodio tan nocivo para la vida de los vecinos de la zona, señala que “afortunadamente, la empresa ha sido avariciosa y prepotente”, “Si hubiera invertido el dinero necesario en los filtros no nos habría llamado la atención la ceniza que cubría nuestras calles cuando eso era lo de menos. Porque lo más contaminante es lo que no vemos”, recuerda. Por eso, advierte de que estarán “vigilantes ante cualquier otro proyecto que se instale en la zona”.

Causas judiciales pendientes

Las tres causas judiciales pendientes están impulsadas por la plataforma ecologista Güeñes Bizia. La primera es un contencioso-administrativo por la concesión de la autorización ambiental a la compañía. Las otras dos son investigaciones penales en curso.

En una de las causas penales están imputados el exalcalde de Güeñes por el PNV, Imanol Zuluaga, ahora jefe de gabinete de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, y los excargos socialistas de Medio Ambiente Iván Pedreira y Elena Moreno, que ahora ocupan otros cargos en Transportes y Turismo, respectivamente. Se analiza si se falsearon los datos de las mediciones posteriores a la lluvia de cenizas, que concluyeron que no fue un fenómeno que puso en riesgo la salud. Desde el Ayuntamiento indicaron en su día que sí se recogieron todos los resultados sobre benzopirenos y metales pesados y que el resultado es que los hechos fueron “molestos” pero no “tóxicos”. La segunda causa llevó al juzgado de nuevo a Pedreira y Moreno por sus responsabilidades en Medio Ambiente. Güeñes Bizia denunció que Glefaran heredó una licencia de la empresa predecesora, Pastguren, cuando era una papelera y ésta una empresa de producción energética.

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