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¿Es Euskadi la comunidad con más incidencia? Los datos de Sanidad y Osakidetza no coinciden ni en positivos, ni en ingresos ni en fallecidos

La ministra de Sanidad, Carolina Darias

Iker Rioja Andueza

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Si se hace una revisión estadística, en Euskadi hay dos pandemias. Las diferencias entre los datos de incidencia que ofrecen el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) y el Ministerio de Sanidad son muy grandes y continuas. Llega a tal punto el desfase que, que con los datos propios, la vasca sería la comunidad autónoma de España con peor situación epidemiológica (sin contar Ceuta y Melilla) pero no lo es según el Gobierno central, que otorga ese puesto a Navarra. Sea como fuere, los números que se tienen en cuenta para decretar las alertas de colores (amarilla, naranja y roja) y, en su caso, medidas como los cierres perimetrales o reducción del horario en el interior de hostelería se adoptan conforme a los boletines de Osakidetza. Este mismo lunes, por ejemplo, Donostia como antes Vitoria y Bilbao pasará al escenario rojo y tendrá más restricciones.

En números, tomados los informes de ambas instituciones del viernes, Osakidetza afirma que 182.421 personas han recibido un diagnóstico positivo de COVID-19 a lo largo de toda la pandemia, mientras que el Ministerio de Sanidad habla de 174.111 casos. Ni siquiera descontando del total los 7.751 hallados a destiempo con pruebas serológicas diferentes a las PCR o los antígenos se logra una cifra coherente. Este viernes, el equipo de Carolina Darias hablaba de 727 casos, mientras el de Gotzone Sagardui anunció 916 positivos. En detalle, 413 eran de Bizkaia, 389 de Gipuzkoa y 101 de Álava, así como 13 de otras procedencias o entre personas sin residencia conocida, un excedente que se produce todos los días. En estos 14 meses esta última categoría alcanza los 5.074 infectados, por lo que tampoco explica el decalaje.

Esto es lo que lleva a que las tasas de incidencia no sean coincidentes. Según el Ministerio de Sanidad, Euskadi no está en alerta roja, ya que acredita 375 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días y no llega a la barrera de 400, que es el nuevo umbral de riesgo extremo desde hace unas semanas (antes estaba en 500). Pero los datos de Osakidetza sitúan en el domingo 11 de abril el momento en que la incidencia rebasó la barrera del peor de los escenarios. Este viernes la tasa se elevaba ya a 466. En otras fases de la pandemia ya hubo debate de por qué se ofrecían para un mismo territorio datos tan diferentes en el R0, el indicador que mide los casos que genera cada positivo y se llegaron a mantener algunas reuniones telemáticas para analizar esta cuestión.

En los hospitales el resumen de lo que ocurre es el siguiente: no coinciden ni los ingresos diarios, ni los hospitalizados totales, ni las camas de UCI disponibles ni los pacientes que hay en estado crítico. Osakidetza hablaba este viernes de 565 personas ingresadas, 67 en las anteriores 24 horas. ¿De dónde salen entonces los 650 hospitalizados y 78 casos recientes de los que habla el informe del Gobierno central? En la UCI ocurre a la inversa. Sanidad atribuye a Euskadi 123 casos críticos cuando serían 132 y el desfase se dispara al hablar de las camas disponibles y su porcentaje de ocupación con casos de COVID-19. El Ministerio afirma que Euskadi tiene abiertas 430 camas, pero el último dato rebajaba a 331 esa cifra. El tope máximo disponible es de 600.

A nivel local, ya a finales de 2020 hubo problemas con la medición hospitalaria por dos motivos. Por un lado, en diciembre se ajustó el conteo de hospitalizados porque no se estaban teniendo en cuenta los positivos con pruebas de antígenos, que ahora ya representan un porcentaje muy elevado del total. Se estaba infraestimando este indicador en hasta 100 personas. Por otro lado, se debatió qué ocurría con los pacientes que daban negativo pero seguían precisando atención sanitaria como consecuencia de las secuelas provocadas por el Sars-Cov-2.

En cuanto a los fallecidos, también hay diferencias. El último dato disponible ofrecido por el Gobierno vasco es del 11 de abril y eleva a 4.088 los decesos en toda la pandemia. Hasta el 16 de abril el Ministerio de Sanidad hablaba de 4.075. No obstante, aquí Osakidetza también ha tenido sus vaivenes. Por un lado, todas las semanas indica que un porcentaje importante de los muertos no ha tenido la COVID-19 como causa directa aunque los incluya en la estadística como al resto. Por otro lado, en febrero, el ‘número dos’ del Departamento de Salud ya avisó de que "Osakidetza no sabe los fallecidos por COVID-19” porque “los estima". “Son estimaciones: nunca esperen concordancias de datos”, dijo a este respecto. Desde hace muchísimos meses Euskadi solamente informa de la cara más dura de la pandemia una vez por semana, los miércoles.

Preguntados por estas diferencias en todos los indicadores principales, fuentes de Osakidetza indican que Euskadi transmite a Sanidad los mismos datos que hace públicos día a día en sus boletines. Atribuyen las diferencias exclusivamente a los criterios de interpretación o tratamiento informático que pueda hacer el Ministerio. Desde otra comunidad autónoma indican que entienden que los datos aportados por el Gobierno vasco son “transparentes” y muestran su sorpresa por esta diferencia que, en su caso, no se produce de una manera tan ostensible. El Gobierno vasco insiste, en todo caso, en que los número que toma como referencia para la adopción de medidas son los propios.

En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.

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