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Euskadi elimina la figura de los contactos estrechos y no hará pruebas de COVID-19 salvo a las personas “vulnerables”

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui

Iker Rioja Andueza

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El desbordamiento que ha generado la oleada de positivos de COVID-19 tras la llegada en diciembre de la variante ómicron del Sars-Cov-2 ha motivado cambios cruciales en la gestión de la pandemia en Euskadi a pesar de que, formalmente, la consejera Gotzone Sagardui insiste en que es precipitado gestionar el coronavirus como la influenza o gripe estacional y que durante meses la comunidad autónoma ha hecho gala de ser la que más pruebas realizaba. Hace tres semanas se redujo la cuarentena a siete días. Hace dos semanas se anunció el final del rastreo generalizado de casos y se depositó en los contagiados la responsabilidad de autogestionar su caso, salvo situaciones excepcionales como brotes con mayores o personas de riesgo. Este lunes se informó de que se iban a dejar de sumar a las estadísticas los positivos aparecidos en test de farmacias -que han sido miles estas semanas- salvo que precisen una certificación para obtener una baja laboral. Y ahora se ha anunciado que los contactos estrechos ya no tendrán que dirigirse al Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) para pedir una prueba diagnóstica salvo que sean de “colectivos vulnerables”.

“Dicho de otra manera, sólo aquellas personas de los grupos indicados como vulnerables deberán notificárselo a Osakidetza. El resto de la población deberá extremar las medidas de prevención y permanecer vigilante ante la aparición de síntomas”, ha explicado Sagardui, dando a entender que ya no se ordena la cuarentena preventiva para quien haya estado con un positivo. Los que seguirán teniendo que seguir el protocolo de los contactos estrechos son los mayores de 70 años, los inmunodeprimidos, las embarazadas o algunos enfermos crónicos (pero no todos). Se promete para ellos una cita “sin demora” para pasar una prueba, aunque nunca se había admitido públicamente que existían importantes retrasos en un contexto con hasta 36.000 test registrados cada 24 horas. Las citas se podrán pedir por teléfono (al número del ambulatorio que consta en la trasera de la tarjeta sanitaria) o por la web.

“Soy consciente de que son muchos cambios en poco tiempo y que puede haber gente que no lo entienda. La irrupción de la variante ómicron nos ha situado, a Euskadi y al resto de países, en un escenario completamente nuevo y debemos adecuarnos a las circunstancias, algo que sí ha sido una constante a lo largo de la pandemia”, ha argumentado Sagardui. Y ha añadido: “Con estas medidas, lo que buscamos es poder garantizar la salud pública de la población vasca”. Asimismo, ha enfatizado que la prioridad sigue siendo extender la vacunación, abierta ya para refuerzos a todos los mayores de 40 años y a los no vacunados. Según sus datos, 3.500 se han animado en la última semana.

La incidencia sube a casi 7.000 puntos

En este escenario, a pesar de la aparente ralentización de la oleada de ómicron, la tasa de incidencia acumulada de la COVID-19 en Euskadi sigue al alza y es ya de 6.844,35 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Hace una semana este indicador estaba en 4.898,55 casos. Queda a años luz el umbral considerado como asumible epidemiológicamente, situado en 60 puntos. En las últimas 24 horas han aparecido 11.923 nuevos infectados, un dato muy similar al del pasado martes y que refleja los niveles muy elevados que ha generado esta ola. El 40% del total de pruebas registradas en el sistema confirma la presencia del virus.

La titular de Salud ha insistido en que la “supuesta menor gravedad” de ómicron y la cobertura amplia de las vacunas no deben tapar la realidad que está generando semejante volumen de contagios en el sistema sanitario. “A mayor número de personas contagiadas, mayor índice de hospitalizaciones, mayor número de personas ingresadas en UCI, mayor riesgo de muertes entre las personas contagiadas, incluso entre las más jóvenes”, ha aseverado para admitir que los hospitales están “tensionados” y que “el riesgo sigue siendo muy alto para personas vulnerables”, aunque ha puesto en valor la “capacidad” del sistema para afrontar las sucesivas olas e incluso que la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública sitúa a Osakidetza -junto con la navarra Osasunbidea- a la cabeza de España en valoración.

Desde hace días tienen el mayor volumen de entradas en hospitales desde el confinamiento y también la mayor ocupación desde esa época. El último dato actualizado es de 931 ingresados en total, 139 de ellos en la UCI. Es un ligera bajada respecto a los 938 de este lunes. Sagardui ha insistido en la “prudencia” y ha asegurado que no se conoce si se avecina o no un cambio de tendencia, aunque ha explicado que el R0 está ya en valores más bajos que semanas atrás. Este lunes estaba en 1,01 y por debajo de 1 en Gipuzkoa. Este indicador muestra cuántos positivos genera cada infectado y revela que el virus está en expansión cuando supera esa barrera de 1, como viene ocurriendo desde hace meses. A Sagardui le parece precipitado querer equipara ya la COVID-19 con la gripe estacional. “Hoy por hoy, no olvidaría la situación en la que estamos, el gran número de contagios que tenemos, el gran número de personas que necesitan de la atención primaria, el gran número de personas que están hospitalizadas y aquellas personas que, lamentablemente, siguen perdiendo la vida tras haber contraído la COVID-19”, ha enfatizado.

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