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“Euskadi no es un objetivo concreto”

Urkullu, Beltrán de Heredia y mandos de la Ertzaintza, en los actos de condena

Iker Rioja Andueza

Salvo cuando se producen atentados, Euskadi habla poco de la amenaza yihadista. Pero como el resto de España está en alerta 4 (sobre 5) desde junio de 2015, si bien el Departamento de Seguridad ha venido opinando que en ocasiones se debería haber rebajado a 3 porque, como ha incidido este viernes la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, “Euskadi no es un objetivo concreto”.

La realidad es que desde hace tiempo se realizan análisis semanales de riesgos por parte de la Oficina Central de Inteligencia de la Ertzaintza, un cuerpo que ha intensificado la coordinación y el intercambio de información entre la Policía autonómica y las Fuerzas de Seguridad del Estado y que en la calle desarrolla regularmente misiones preventivas y operativos especiales, como el que se vio en Vitoria en el inicio de las fiestas de la ciudad, un acto que concitó a unas 80.000 personas en pocas calles y plazas. El lehendakari, Iñigo Urkullu, que ha encabezado los actos en repulsa por lo ocurrido en Cataluña, ha prometido que Euskadi tiene activos “todos los recursos” contra esta amenaza, aunque los sindicatos policiales insisten en que el Gobierno vasco no termina de creerse la espada de Damocles que supone el yihadismo en un territorio que también está incluido en la Al Andalus que anhelan reconquistar Daesh y otras organizaciones. Prueba de ello puede ser la fotografía que hace unos veranos unos radicales tomaron en La Concha, donde colocaron la bandera negra del autodenominado Estado Islámico. Distribuyeron la imagen en redes sociales.

Nada más producirse el atentado de Barcelona –y antes de los sucesos de Cambrils- la jefatura de la Ertzaintza, que tiene todas las competencias de orden público y seguridad ciudadana y comparte las de investigación e Información con Policía Nacional y Guardia Civil, ya transmitió una orden a todas las unidades para que extremasen las medidas de autoprotección (chalecos antibalas y armas largas) y para redoblar las tareas preventivas y de vigilancia de puntos críticos. La breve comunicación se ha leído en los ‘briefing’ de todas las comisarías (reuniones de coordinación antes de cada turno) y así se está poniendo en práctica. No se trata de hacer nada especial, sino de “recordar” que hay que seguir con las espadas en alto, según mandos policiales.

De manera ordinaria, se vigilan nodos de transporte (en los aeropuertos con la colaboración de Tedax –artificieros- de la Guardia Civil) o lugares de interés turístico, como el Guggenheim de Bilbao. También se peinan infraestructuras críticas o delegaciones diplomáticas. Y, de manera extraordinaria, se realizan operativos especiales como el preparado el 4 de agosto en la bajada de Celedón de Vitoria o los diseñados para los fuegos artificiales de estos días en Donostia o para el arranque de la Aste Nagusia de Bilbao. Sin embargo, al menos en el caso de Vitoria, aquel plan coordinado con la Policía Local no se promocionó como tal, sino simplemente como medidas para evitar el acceso con botellas de vidrio al recinto festivo.

“Hay que creerse que estamos en nivel 4”

“Parece que piensan que cuanta menor presencia o menor visibilización de las medidas, mayor sensación de seguridad. Y se equivocan. Es justo al contrario. La ciudadanía pide presencia policial en estos momentos”, opina Roberto Seijo, secretario general del sindicato Erne, el mayoritario en la Ertzaintza. “¿Qué hay que hacer? Primero creerse que estamos en nivel 4 y cumplirlo”, añade Seijo. En la misma línea se expresó el sindicato Esan en un comunicado de condena de los ataques de Cataluña: “Demandamos al Gobierno vasco que se tome más en serio el tema de la alerta terrorista en Euskadi y las medidas de seguridad a aplicar tanto por parte de la Ertzaintza hacia la ciudadanía como la propia seguridad de los ertzainas”. Según Esan, no basta con publicitar que existe un nivel 4, sino que ello “conlleva medidas como la formación inmediata de todos los ertzainas” o la “dotación de armamento adecuado”.

“Esto no es sólo Inteligencia, que también, e Intervención, que también, sino disponer de policías en sitios estratégicos para dar respuestas inmediatas y evitar víctimas, como hemos visto en Cambrils. Y aquí eso no ocurre. No es una cuestión que ha sucedido sólo en Barcelona, llevamos más de un año y medio en muchos sitios”, explica Seijo.

En un comunicado enviado tras los atentados, Erne planteó una serie de puntos con mejoras necesarias en la Ertzaintza, medidas que la central ve urgentes e imprescindibles y que ya planteó en 2016 en una rueda de prensa ofrecida junto a portavoces de los Mossos d'Esquadra en Barcelona. “Somos la única Policía europea que no tiene un plan específico de tiro. Necesitamos una formación continuada y que el Departamento no tenga miedo a dotarnos de armas largas”, sostiene Seijo, que demanda también una “rectificación” en la orden que impide el uso del arma reglamentaria fuera de servicio.

Euspel también opina en la misma línea: “Es una reclamación que venimos haciendo desde hace meses por escrito, aunque evidentemente no sería lo único a mejorar”. Esan ha solicitado públicamente a la consejera que se reúna con los sindicatos para abordar esta situación interna que muchos portavoces sindicales coinciden en calificar como de “caos organizativo”.

La alerta terrorista, por ejemplo, ha vuelto a poner sobre la mesa la situación del parque móvil de la Ertzaintza, pendiente de renovación. ¿Son necesarios blindados? Este tipo de vehículos que se incorporaron bajo la amenaza de ETA ya no se adquieren y muchos de los que siguen en servicio (Volkswagen Passat) no tienen las lunas protegidas. “A veces se piensa que invertir en seguridad es un gasto superfluo. Pero ayer, hoy y mañana la sociedad está en manos de la eficacia de la Policía”, sentencia Seijo.

12 operaciones policiales desde 2012

En la Cadena Ser, Beltrán de Heredia se ha mostrado partidaria de “mantener” la panoplia de medidas ya activas desde 2015, aunque a la luz de lo ocurrido en Cataluña se puedan “revisar” o “reforzar” sin llegar a alcanzar el nivel 5 sobre 5, que implicaría ya sacar al Ejército a las calles. “A juzgar por las informaciones que tenemos, Euskadi no es un objetivo concreto, aunque no está nadie a salvo de este tipo de actos, pues son absolutamente imprevisibles. Lógicamente, esto hace que los operativos se refuercen”, ha apuntado la titular de Seguridad.

Desde 2012, según la información del Ministerio del Interior, ha habido 12 operaciones contra el yihadismo en Euskadi por parte de los distintos cuerpos de seguridad. Los arrestados, en total, han sido 13. El retrato robot es el de un varón joven radicalizado y que, en su mayoría, hacía proselitismo del islamismo más fundamentalista en redes sociales de Internet. También hay algunos casos aislados de personas residentes en el País Vasco que viajaron a Siria u otras zonas de conflicto como ‘muyaidines’.

En la comunidad autónoma residen unos 50.000 musulmanes. Un elemento de análisis muy importante es que no es una comunidad homogénea y que no puede ser tratada como tal. Primeramente, porque el nivel de radicalización afecta a una ínfima parte. La inmensa mayoría tiene muy claro que Islam verdaderamente significa paz. La Ertzaintza, de hecho, incorpora en su plan contra el yihadismo también medidas contra la islamofobia.

En este sentido, esta comunidad reproduce en su seno las mismas divisiones internas que tiene el mundo islámico a nivel global. Para empezar, hay suníes y chiíes. Y en suelo vasco se dirime también la batalla soterrada entre el Islam oficial de Marruecos y el opositor ilegalizado, vinculado a Justicia y Desarrollo. Eibar o Rentería son lugares donde este grupo que no reconoce al rey Mohamed VI como líder espiritual ha ganado posiciones. El pasado verano saltaron a la primera línea por querer centralizar en San Sebastián un centro de estudios, la llamada Universidad Islámica, a la que se ha acusado de cierto radicalismo.

Finalmente, es una evidencia que en Euskadi no hay mucha presencia de sauditas o iraníes. Pero es igualmente evidente que Arabia Saudí está inyectando dinero en toda Europa para que se haga proselitismo del wahabismo, su doctrina ortodoxa, y que Irán, en menor medida, también mueve sus hilos. También en Euskadi, aunque la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, no respondiera a una pregunta a ese respecto que se le planteó en el Parlamento.

Es en este contexto donde se han dado los casos de radicalización detectados en Euskadi, que en todo caso no tiene una amenaza tan grande como la existente en Cataluña, Ceuta y Melilla, los principales focos de yihadismo en España. La Margen Izquierda, por ejemplo, acogió hace unos años un importante congreso salafista, con predicadores venidos de muchas partes de Europa y Oriente. Algunas pocas mezquitas vascas, además, habitualmente han servido de albergues para esos imames que hacen rutas por Europa con mensajes no siempre homologables a los valores centrales del Islam. Asimismo, la agobiante presión policial en Francia tras los atentados de París de 2015 ha hecho que muchas personas de la zona fronteriza acudan a oratorios en Gipuzkoa. 

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